julio 16, 2021

Declaraciones a modo de Manifiesto del Pastor Yunier Enríquez Cordero, en ocasión de las protestas en Cuba.

 

MANIFIESTO

1Co_7:21 ¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más.

En estos días he leído varias publicaciones de hermanos en la fe. Unos conocidos y otros no. He tenido el gusto y también el disgusto de leer varios pronunciamientos oficiales de diferentes concilios (hablando en nombre de todos sus feligreses, aún sin saber exactamente lo que la mayoría ellos piensan), sobre el estallido social que ocurrió el 11 de julio, en casi todas las provincias del país. Un estallido social que dejó en evidencia varias cosas. Mostró, que los cubanos, independientemente de nuestras creencias religiosas, nivel educacional y cultural, estamos cansados de vivir en un país donde nuestros derechos más elementales son violados todo el tiempo. Donde existe una dictadura militar por más de 60 años, que controla, encarcela y aniquila, según su conveniencia, a todos aquellos que eligen pensar de manera diferente y actuar según la libertad de sus conciencias.  La Iglesia ha sido blanco permanente en esta batalla ideológica. Aunque no siempre ha existido una persecución frontal y encarnizada contra los cristianos en Cuba, sabemos, y la historia no nos dejará mentir, que el régimen comunista cubano encarceló, torturó y fusiló a muchos creyentes en el pasado. Esta es una verdad que no podemos ocultar, aun con el paso del tiempo.

Yo he sido miembro activo del cristianismo institucional casi toda mi vida. Y desde que me convertí, en el año 97, hasta la fecha, he podido conocer de cerca la postura que los pastores, líderes y cristianos en general tienen respecto al gobierno cubano y su ideología política. Aprendí que el comunismo y el cristianismo son enemigos irreconciliables. Ambos persiguen ideales que pudieran parecer similares en algunos aspectos, pero que parten de fundamentos completamente opuestos entre sí. Es por eso por lo que me sigue sorprendiendo la tranquilidad y la pasividad que la iglesia en Cuba ha mantenido, en este contexto inmediato en que nos encontramos ahora. Así como también he tenido el orgullo de ver a muchos cristianos y pastores al lado de su pueblo, marchando, de manera pacífica, por las calles del país y dando la cara por la comunidad cristiana. Algunos de ellos han sido encarcelados por ese motivo. Muchos cristianos que han comprendido que es un acto de cobardía y de hipocresía burda, criticar al gobierno en secreto y no alzar la voz ante las injusticias que aun hoy, se están cometiendo contra muchos ciudadanos dignos de este país, nuestro país.

Me he dado cuenta de que la palabra: política, paraliza e impresiona a los cristianos cubanos. Hemos escuchado en boca de tantos líderes, que los cristianos no se meten en política, que de tanto repetirlo, lo hemos terminado por aceptar como una verdad sagrada, aun cuando la biblia no dice nada al respecto. No me siento cómodo escribiendo esto, pero siento que voy a explotar si no lo hago. No voy a generalizar y mucho menos a señalar a alguien en particular. Pero si creo que la Iglesia en Cuba debe decidir, si va a ser sal en todos los sentidos, o solo va a ser la sal que permanece dentro del salero, sin correr riesgos. Creo que no podemos mirar hacia otro lado, mientras todo un pueblo está reclamando una libertad ciudadana que todos deseamos. No podemos guardar silencio, mientras hombres, adolescentes y hasta mujeres, están siendo baleados y asesinados por el único delito de salir a sus calles a reclamar sus derechos y mostrar su inconformidad, con los errores históricos de este gobierno y sus promotores.

La base moral, espiritual y ética de los cristianos se construye sobre los diez mandamientos. Cada uno de ellos guarda en su esencia, toda la gama de principios y verdades que deben regir la vida de los creyentes y por extensión, de la Iglesia. Rechazamos el aborto y lo consideramos un asesinato, porque Dios dice: No matarás. En base a ese mandamiento, la Iglesia hace campañas contra el aborto y hace oír su voz de todas las maneras posibles, para dejar claro que no apoyamos el asesinato de un niño por nacer, por respeto a la vida. Mi pregunta es: ¿Como debería calificar la Iglesia Cubana a un gobierno que usa fuerza letal contra sus ciudadanos, por el solo hecho de exigir sus derechos? ¿No constituye eso una violación a uno de los mandamientos de Dios? ¿Si está mal con el aborto, por qué callamos ante lo que está pasando en Cuba en estos momentos? Han sido contados con los dedos de mi mano, los pastores que han dicho las cosas como son. El régimen dice que las calles son de los revolucionarios (comunistas), o sea que nosotros no tenemos derecho a caminar por ellas, aun cuando también las mantenemos y las sostenemos con nuestros salarios. ¿No es eso robar acaso? ¿No deberíamos denunciar semejante atropello, en nombre de la ley de Dios? ¿O es que solo tenemos valor para pelear contra la comunidad LGBTIQ+? A nuestros hijos les están metiendo en la cabeza todo el tiempo las doctrinas comunistas, y nosotros tranquilos. Les están enseñando que el hombre no es creación de Dios, sino que salió de un puñetero mono, y nosotros tranquilos como ovejas. Los obligan a repetir que quieren ser como el Che y a ponerle flores a Camilo y nosotros tranquilos. Ellos se están encargando de formar políticamente a nuestros hijos mientras nosotros cantamos alabanzas y miramos para otro lado. Unos lo hemos hecho por ignorancia y otros por miedo a la confrontación con el sistema.

Entre los cristianos se puede percibir la constante inconformidad con la realidad de nuestro país. Pero nadie debe hablar en voz alta porque eso es pecado. Los pastores no hablan sobre política porque me imagino que para algunos eso es un tema tabú y sienten mucho miedo, y para otros, tal vez, eso puede comprometer ciertos beneficios que disfrutan desde su posición de autoridad, dentro del “ministerio”. Al final de sus carreras ministeriales, la mayoría termina emigrando al exterior y desde allí, desde allí si pueden expresar su descontento con el sistema político cubano y hasta denunciarlo, diciendo que han sufrido persecuciones a mano de los comunistas. Después que dejaron una congregación a la que le negaron, en nombre de Dios, la oportunidad de ser coherentes con sus ideales de libertad nacional en su propia tierra. Se que estas palabras son duras, y pudieran herir la sensibilidad de algunos. A esos hermanos les hago la misma pregunta que hiciera el apóstol Pablo: Gál. 4:16 ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?

Vivimos en un país donde todo es político. No hay forma humana en que la Iglesia cubana no se encuentre, de manera frontal, con este sistema hostil y humanista, que desafina totalmente con los preceptos de la fe. ¿De qué manera los cristianos cubanos podemos cumplir con nuestra misión en este mundo, sin tocar la política? El Aborto es un tema político, La agenda LGBTIQ+ es un asunto político, La crianza de los hijos es un asunto político. Hasta predicar el evangelio es un asunto político. Si 62 años de comunismo no nos alcanzan para comprenderlo, que el Señor nos ampare. Veo a muchos hermanos citando textos fuera de contexto, formulando pretextos. Yo no quiero que nadie salga a tirar piedras o a atacar a algún agente del orden, o del desorden, según quedó en evidencia. Pero si creo que la Iglesia no debe darle la espalada al pueblo de Cuba, mientras este lucha por dar a luz su libertad nacional. Hemos orado por una Cuba libre en todos los sentidos. ¿A nadie se le ocurre pensar que no existe una forma romántica en que esa libertad llegue? Ni aun en las escrituras Israel obtuvo la tierra prometida sin tener que pelear, sin tener que usar las armas, por orden de Dios mismo. ¿No pudo Dios acaso intervenir de manera sobrenatural y conquistar la tierra con señales milagrosas y prodigios en el cielo? Pero no sucedió de esa manera. Aun hoy los judíos tienen que defender su territorio y su soberanía con armas y misiles. Nosotros queremos que Cuba entera sea para Cristo, vivir bajo una teocracia divina. Y a esos románticos espirituales les hago la siguiente pregunta: ¿Si Cuba entera se convierte al evangelio, no va a necesitar tener más un ejército para defender su soberanía nacional? ¿No tendríamos nosotros que tomar las armas y como Israel, defender nuestra tierra, a nuestras esposas e hijos y a nuestros bienes? Admiramos a EE. UU. y muchos de los que llegan a ese país afirman que es el mejor lugar del mundo para vivir. Y lo realmente interesante es que en esa nación los cristianos en su gran mayoría son patriotas, que comprenden que deben defender a su país de los enemigos externos y tomar las armas si es necesario. Pero los cubanos no. Nosotros hacemos un sabio llamado a la oración y al silencio. Los verdaderos cristianos no se meten en política, solo hablan de ella en secreto.

Cuba no solo necesita de nuestras oraciones en este momento. Cuba necesita de nuestro apoyo y acompañamiento espiritual y presencial. ¿Y si esta es la respuesta a lo que hemos estado pidiendo en oración por muchos años? Lo que Dios nos está mostrando en lo secreto, debemos gritarlo desde las azoteas. Nadie quiere que corra la sangre, nadie quiere recibir golpes o ser encarcelado. ¿Pero me pregunto si acaso no fue eso lo que Jesús hizo por este mundo? Se hizo hombre y bajo la ley de los hombres, padeció y murió para darnos libertad plena. Nosotros sabemos que todo es espiritual. Pero también debemos comprender que lo espiritual siempre debe tener un impacto en el mundo material. Lo que Dios quiera hacer en Cuba, ha de hacerlo de la misma manera en que siempre han sucedido las cosas. Los cambios políticos en una nación no llegan solo con oración, aunque esta es la que sostiene todo. Siempre alguien tiene que salir y pagar el precio, poner la mejilla. Lo vergonzoso es, que siendo nosotros también cubanos, y deseando un cambio real para Cuba; Nos escondamos en nuestras casas a orar solamente, mientras otros les ponen el pecho a las balas, son golpeados, encarcelados y asesinados, por salir a manifestarse de manera pacífica. Es un acto de cobardía, que la Iglesia no haga oír su voz y denuncie los atropellos y los abusos que el régimen está cometiendo contra los ciudadanos, llamándolos por su nombre. Y que elija expresar de manera ambigua, maquillada y protocolar, su opinión, para en la medida de lo posible, quedar bien con todas las partes. Recuerda que debes orar solamente, la próxima vez que te quejes de lo mala que esta la situación en Cuba por culpa del comunismo. La hipocresía también es pecado.

La historia del buen samaritano nos desafía hoy mucho más. Iglesia: ¿Quién es tu prójimo?

"Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?

Él le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?

Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.

Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.

Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?

Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto.

Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo.

Asimismo, un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo.

Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia;

y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él.

Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.

¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Vé, y haz tú lo mismo."

Nosotros debemos ser esos samaritanos que una Cuba herida y golpeada necesita. Debemos ser el prójimo de los que están luchando por un beneficio que es también para nosotros, no lavarnos las manos como Pilato. Ya es hora de que la Iglesia cubana, sea cubana.

Pastor, Yunier Enríquez Cordero

Fuente: Facebook

Yunier Enríquez Cordero.  Pastor, también es Fotógrafo en Fotografía para eventos sociales. Vive en La Habana, Cuba.

1 comentario:

Unknown dijo...

Mi nombre es Yunier Enriquez Cordero. Y no estoy detenido. Soy el escritor de: Manifiesto. Aclaro que la información de mi detención es falsa.