julio 05, 2019

Una dilatada alineación de las denominaciones evangélicas en Cuba. (II)

En la madrugada del 1ro de enero de 1959 el triunfo de la Revolución era una realidad que sacudió a la sociedad cubana de tal forma que, aún no nos reponemos de tan súbito y prolongado zarandeo. Las iglesias evangélicas cubanas no estuvieron al margen de esto.
El 8 de enero cuando las tropas rebeldes hicieron su entrada en La Habana, en la tribuna desde donde Fidel Castro se dirigió a la nación se encontraban,  el obispo episcopal Hugh Blankingship y el reverendo Raúl Fernández Ceballos de la Iglesia Presbiteriana. El 15 de enero, el anticipado dictador  recibió a un comité de representantes del Protestantismo integrado por Agustín González Seisdedos (pastor bautista), Raúl Fernández Ceballos (del Consejo e Iglesias Evangélicas de Cuba, CIEC) y José M. Sánchez (del Comité de Defensa de la Libertad Religiosa). [1]
Un mes después ,como para no quedar fuera del hechizo colectivo que significó el triunfo revolucionario , fue convocado por las iglesias evangélicas  un Culto de Acción de Gracias en el Parque Central de La Habana donde participaron más de doce mil personas y una coral de doscientas voces de miembros de iglesias  evangélicas de la capital . Muchos líderes evangélicos expresaban abiertamente su simpatía por la Revolución.
En medio de esa euforia colectiva, tal vez una de los aspectos mas interesante y desgraciado fue un artículo que apareció publicado en la Revista Bohemia donde su autor, el pastor presbiteriano Rafael Cepeda, afirmaba: Yo tengo la convicción –que comparto aquí con toda responsabilidad– de que Fidel Castro es un instrumento en las manos de Dios para el establecimiento de su Reino entre los hombres. Esto produjo una reacción enconada  en la opinión del público en general. Creo que hay que leer esta afirmación en el contexto del artículo, que por lo demás es extenso y bien argumentado. Mostraba este la exaltación a la que sucumbía toda la nación y selló la opinión de un pastor, tal vez el más noble y honesto que se desempeñó dentro del movimiento ecuménico, si bien proclive al régimen.
Desde los primeros días irrumpe en este escenario el pastor Raúl Fernández Ceballos, este si sabía cómo coligarse con el régimen, envolver los medios y lanzarse sin miramientos a apoyar y servir al régimen. Junto a este personaje, del cual nunca sabremos lo suficiente, venían los pastores, Sergio Arce Martínez quien nos obsequió a los cubanos su Teología de (en) la Revolución  y por ultimo un oscuro personaje, pastor bautista el, llamado Adolfo Ham Reyes; dicen que filósofo y rara eminencia gris del protestantismo cubano entregado al régimen.
Pero hay más, muchos más; porque la dedicación a cooperar con una dictadura recién estrenada pero poderosa es una entrega peligrosa pero gratificante. En este escenario y con estos actores, hay un hilo conductor entre las organizaciones ecuménicas afines que ya venían desde la década de los cuarentas y que mantienen relaciones de trabajo con organizaciones ecuménicas internacionales a saber: Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y sus organizaciones afines. Igual de interesante, y que puede tener y aún tiene creciente interés en el tema que nos ocupa, es el vínculo existente entre el Consejo Mundial de Iglesias y los servicios de inteligencia de la ex Unión Soviética (KGB) y otros países del Este comunista por una parte, y las organizaciones regionales y nacionales ecuménicas; todo lo cual sería de provecho para un  artículo futuro.
Por lo pronto podemos afirmar que una organización colaboracionista desde los tempranos años en que se establecía la dictadura en Cuba, como lo fue y lo ha sido el Consejo de Iglesias de Cuba(CIC), toma control de buena parte de las iglesia evangélicas cubanas y sirve, en una suerte de vinculo útil, a la dictadura Castro comunista.
Para el control de las iglesias evangélicas en Cuba el régimen cuenta con la eficiente Oficina de Asuntos Religiosos (OAR). Esta organización que siempre le denomino: Sicariato para las religiones,  fue creación y entrega del infame personaje conocido como: José Felipe Carneado. No solo esta organización es la encargada de controlar y reprimir, si es necesario, a las iglesias en Cuba. También el así llamado Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia trata de establecer que hay una base legal en todo esto (Ley No 54, Ley de Asociaciones). Pero la parte tenebrosa está en las manos de los organismos de inteligencia adjuntos al Ministerio del Interior (DSE) que se encargan del trabajo sucio en las iglesias e instituciones religiosas y fraternales.
Siendo el Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) una organización ecuménica creada desde 1941 y teniendo como referente internacional al Consejo Mundial de Iglesias, CMI (1948) me pregunto: ¿por qué buena parte de las iglesias evangélicas cubanas no asumieron el ecumenismo antes de 1959 o después y por qué no lo hicieron a la sombra de la Alianza Evangélica Mundial ? En realidad acepto que, después del 1959, la confusa colocación del CIC a favor del régimen por una parte y la inclinación progresista del CMI por otra ahuyentó buena parte de las iglesias evangélicas cubanas de un ecumenismo; que no escondía sus preferencias por la izquierda de salón (CMI) y el nuevo Castro ecumenismo habanero.
En esto punto quiero señalar que, no todas las iglesias evangélicas que participaban en el CIC eran procastristas, menos aún las feligresías de las mismas. Como no se puede argumentar que las iglesias evangélicas que no estaban dentro del CIC, sus líderes, eran abiertamente anti castristas y su feligresía anticomunista. De un lado al otro había de todo.
Lo cierto es que la mayoría la población evangélica cubana no eran parte de las iglesias adscritas al Consejo de Iglesias de Cuba, probablemente ahora la diferencia sería más acentuada.
Me sorprende  conocer que, mucho antes de fundado el Consejo Mundial de Iglesias y el Consejo de Iglesias de Cuba, ya existía una organización internacional que agrupaba a las iglesias evangélicas en el mundo; me refiero a la  Alianza Evangélica Mundial o AEM (en inglés, World Evangelical Alliance o WEA) fundada en 1846 en Londres, Inglaterra. Si es así, ¿por qué las iglesias evangélicas cubanas no fueron parte de esta alianza antes del 1959 o incluso después?
El pastor bautista, Mario F Lleonart señala lo siguiente:
El 8% de los evangélicos, unas 30 denominaciones, están afiliadas al CIC…, que tiene como referente internacional al Concilio Mundial de Iglesias (CMI). Otro 80% de las denominaciones evangélicas sin embargo simpatiza con la Alianza Evangélica Mundial (AEM) pero ha visto negado sus intentos de fundar con reconocimiento legal la Alianza Evangélica Cubana (AEC) que le tendría como referente, aunque ya en la práctica existe extraoficialmente; su principal oponente es precisamente la OAAR que ha invalidado todo intento de solicitud; e incluso ve con malos ojos y obstaculiza que los líderes de estas denominaciones evangélicas celebren reuniones de oración o de confraternidad entre ellos, a pesar de lo cual sus líderes colaboran y mantienen todo contacto posible.[2]
Esto quiere decir que, en los senderos indescifrables de la iglesia en Cuba, ya venía avanzando la idea de crear una alianza de iglesias evangélicas y que algunas eventos hicieron posible la aparición de esta comunidad de iglesias tal y como acaba de presentarse en el escenario nacional religioso.
Continuará.
20019©



[1] Caridad Massón Sena. La Iglesia presbiteriana de Cuba Una contextualización de la Fe (1959-1968).
[2] Mari F Lleonart. Mi lectura cubana al ensayo The Stand dedicado al 500 Aniversario de la Reforma Protestante (V) https://cubanoconfesante.com/theeconomist-mi-lectura-cubana-al-ensayo-the-stand-dedicado-al-500-aniversario-de-la-reforma-protestante-v/

1 comentario:

Carlos M. Estefanía dijo...

Ha sido mediante las iglesias protestantes y la masonería que el castrismo ha mantenido sus contactos secretos con los grandes poderes le auspiciaron desde Los Estados Unidos e Inglaterra, ya en los tiempos de la lucha subversiva contra Batista y todavía lo protegen. Sólo así se explica que no se les eliminaran como pasó en el resto del mundo comunista.