No lo dude, en Cuba hay libertad religiosa. La revolución que se proclamó
ateísta, por ser Marxista Leninista fue soltando la soga con la que asfixió a
la religión y hoy muchas entidades
religiosas pueden decir que respiran y tienen libertad, porque aunque de
papales la revolución sigue siendo Marxista en esencia, aunque creo que jamás
lo fue, porque desde que bajaron de la Sierra traían en sus pechos collares de
santa juana, que delataba sus creencias. El marxismo cubano no es ateísta,
porque sus máximos dirigentes le meten duro a los diferentes cultos africanos.
Hoy hay fiestas
nacionales diabólicas aprobadas por el
gobierno de los Castros, como es la Fiesta del Fuego en Santiago de
Cuba donde se adora a Satanás. En la televisión y la radio, se escuchan
canciones de adoración a los orichas por disimiles grupos musicales y los
santeros, babalaos y paleros hacen sus cultos y dan sus toques de tambor sin
ser molestados por autoridad gubernamental alguna. Obviamente que excluyo al
cristianismo, porque este no es una religión, sino una relación con un Dios
vivo. Pero libertad cristiana es otra cosa muy diferente.
Foto a la derecha: Fiesta del fuego.
¿Quién dice que en Cuba
hay libertad de cultos cristianos? Cómo se podrá hablar de libertad cristiana
en un país, donde jamás se han vendido Biblias en las librerías de la nación,
ni se han producido; no hay libertad religiosa en una nación donde los cristianos no tiene una sola
estación de radio o televisión, es más no se cuenta ni con un espacio semanal
de media hora por los medios de difusión nacional, ni se edita una sola revista
o periódico cristiano; no puede existir libertad religiosa donde se veda en las editoriales del gobierno
cualquier tipo de literatura cristiana,
que sean elaboradas por creyentes, que
no pertenecen al Consejo de Iglesias de Cuba; no hay libertad religiosas donde
no se aprueba una nueva denominación desde hace 50 años y son tenidas por
ilegales todas las iglesias independientes evangélicas y apostólicas, que no
aceptan meterse bajo sombrillas de denominaciones tradicionales, que han
vendido el evangelio y que responden más a los intereses comunistas que a los
del Rey Jesús.
Foto : lideres del CLAI en La Habana
¿De qué libertad
religiosa se pretende hablar cuando las iglesias independientes y apostólicas
no tienen derecho de rentar cines, salas teatrales, estadios u otras
instituciones estatales, que son alquiladas para otros fines, pero negadas a la
práctica del evangelio? Hago la salvedad
que a las denominaciones que están comprometidas o forman parte del inmoral
Consejo de Iglesias de Cuba, se le abren las mismas puertas, que les son
cerradas a las iglesias antes mencionadas. ¿De qué libertad religiosa pretenden
hablar los líderes latinoamericano del CLAI,
cuando hace sólo unos meses el presidente de la nación Raúl castro dijo, que
los parques son de los revolucionarios, por lo que no se pueden reunir grupos
cristianos ni a cantar himnos, porque el síndrome del terror a las multitudes
los marea? ¿Cuál es la libertad religiosa que se intenta proclamar cuando existen
seminarios bíblicos cerrados por décadas, casas, escuelas y otros inmuebles que
fueron confiscados por la Revolución y después de más de 10 lustros no han sido
devueltos? ¿De qué libertad se pretende hablar cuando hay líderes cristianos en
la isla con cuentas congeladas por el gobierno, mientras que a otro se les
niega el derecho de salir de su nación cuando tienen visas aprobadas por otros países?
¿Cómo se pretende
enmarcar como rebeldes a hombres valientes, que desde pulpitos perseguidos o
con pluma grácil defienden los derechos que les confiere la carta magna cubana?
¿Por qué se les llaman sediciosos a quienes defienden a Dios y a su obra? No
hay ninguna rebeldía como muchos intentan sellar a pastores y apóstoles que no se someten a las
autoridades por el mero hecho de no
tener una interpretación religiosa de la
Palabra de Dios, en Romanos 13 cuando dice: Sométase toda persona a las
autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las
que hay, por Dios han sido establecidas.
(Romanos 13.1).
Por eso no debe
interpretarse a la ligera este texto,
que han esgrimido políticos, sin escrúpulos, para manipular a la iglesia sus líderes. Dios es lo primero en la vida de cada hombre
cristiano, ninguna ley gubernamental puede estar por encima de la Ley de Dios.
Es necesario servir a Dios antes que al hombre. Eso lo dijeron sin miedo y con
autoridad los apóstoles del Cordero, Pedro y Juan antes los líderes políticos y
religiosos de Israel. Entonces pregunto. ¿Cuál es el nivel de sometimiento que
quieren algunos peleles del gobierno y camaleones religiosos? Mi experiencia,
que es la misma que la tenida por otros colegas del ministerio de iglesias
independientes, es esta:
Jamás hemos tenido
vínculos con ninguna organización contrarrevolucionaria de Miami. No conocemos
ni, tenemos vinculación con un solo líder opositor del país o fuera de este.
Nos tildan constantemente de mafiosos,
terroristas y subversivos, sólo por el hecho de no compartir sus ideas, porque
somos hombres libres, sin miedo a ningún hombre, institución o gobierno, y que
hemos preparado a las iglesia locales bajo esos preceptos, porque no estamos comprometidos
con ningún partido político, ya que nuestro compromiso solamente es con Cristo
y su obra. Por otro lado ninguno de nosotros, aunque por pura gracia divina,
tiene antecedentes penales de ningún tipo. Ahora a título personal, pregunto:
me han venido a cerrar la iglesia. ¿Lo acepto? Me han venido a detener los
cultos ¿Lo apruebo? Me han venido a cambiar la sana doctrina. ¿Lo hago? Me han
querido poner un dios humano por encima de Cristo. ¿Lo admito? Me han sugerido,
recomendado y ordenado, que dé gracias a la Revolución antes que a Cristo. ¿Me hago el de la vista gorda? Me han
recomendado, que acepte el casamiento homosexual. ¿Lo consiento? Reiteradamente me han venido a poner injustas
y altas multas que dejarían las arcas de
las iglesias en una indigencia extrema. ¿Las acepto?
En algunas reuniones
gubernamentales citan a los diferentes líderes religiosos, donde incluyen a
pastores, babalaos, Abakuá, espiritistas, etc. y se les llama a todos por igual hermanos. ¿Admitiré como
hermano a aquellos que ofende a
Dios prefiriendo los sacrificios de chivos,
gallos y perros antes de aceptar el sacrificio expiatorio del Hijo de Dios?
¿Accederé a aprobar como
hermano a un espiritista, que prefiere halar cordón para que los demonios se
manifiesten y que desdeña la Palabra de
Dios, que alumbra como antorcha en las noches más oscuras de los hombres? Si es
a eso a lo que algunos llaman
sometimiento, nosotros tenemos otro epíteto para ello. “Herejía”.
Someterse a los
comunistas de Castro y dejarse manipular en cuestiones eclesiásticas es
traicionar a los campeones de la fe que nos antecedieron y que ya no están
físicamente, pero que miran la carrera desde las gradas de Hebreos 12: 1.
Obedecer la resolución 46
del Ministerio de Justicia (MINJUS) es matar el evangelio. Sentarme con los
enemigos de la cruz y aceptarlos como hermanos sin antes haberse arrepentido,
es hollar la sangre preciosa del Cordero de Dios.
El creyente de la Biblia que acepte todas esas
falacias y las aprueba es un inmoral, que carece de los más elementales valores
de la dignidad humana.
¿Por qué entonces hay
tantos pastores en la nación que se han plegado al gobierno acatando sus
preceptos anticristianos? Los pastores y líderes de iglesias que quieren
agradar al gobierno de los Castros, entendiendo
su llamado y propósito es porque
no quieren padecer persecución de las autoridades, porque saben que ni los
mismos comunistas están seguros en sus puestos. La persecución es parte de la cruz
de Cristo, que muchos han querido obviar. Pero los que son verdaderamente de
Cristo han crucificado al mundo y sus deseos por tal de no ser un bochorno al
evangelio. Estos son los que han entendido que viven en esta tierra para
defender la fe, por la cual Jesucristo dio su vida, y no se pliegan con
doctrinas, partidos o comités que tratan de aplastar, manipular, o desvirtuar
la Ley de Dios.