Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es
invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos
caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré
su tierra. 2 Crónicas 7:14
Convocatoria y entrevista al Pastor Dr. Alejandro Torres
Pastor: La Iglesia Agua Viva de
Nadales, Camagüey, está invitando a
todas las iglesias a unirse, el próximo 10 de octubre, al “Encuentro de Reyes”
(2 Crónica 7:14) en ayuno y clamor por nuestra nación y casas paternas.
Pregunta: ¿Cómo se realizará la actividad?
Pastor: Comenzamos el ayuno el domingo 9 a las 6:00 pm hasta las 6:00 pm
del 10 de octubre. Este ayuno lo comenzará cada creyente en su casa y luego se
incorporará a su iglesia en la mañana del lunes 10 aprovechando que este día es
feriado, para así unirnos en este clamor.
Pregunta: ¿El horario del ayuno tiene algún significado especial?
Pastor: El día bíblico no comenzaba a las 12 de la noche, como el nuestro,
sino que se extendía desde las 6 de la tarde de un día hasta las 6 del
siguiente.
Pregunta: ¿Tiene planificado algún acto de fe para esa actividad?
Pastor: Sí. Cada creyente vendrá con su primer apellido colgado del cuello,
sí su primer apellido es Torres, se pondrá (CASA TORRES), según sea el caso.
Pregunta: ¿Cómo funcionará la Iglesia?
Pastor: Nuestra Iglesia comenzará a las 6:00 am, los ministerios y hermanos
de la ciudad que quieran sumarse a nosotros, en los diferentes horarios del
día, serán bienvenidos. Terminamos a las 6:00 pm del lunes 10 de octubre.
Pregunta: ¿Cuál es la razón para celebrar esta actividad?
Pastor: Nuestra nación ha sido, por muchos años, víctima del legado
generacional de brujería (religión afrocubana) y el sincretismo religioso
(catolicismo). Por otro lado heredamos la mentalidad atea, el orgullo y la
rebeldía de los que nos antecedieron. Por ello, Cuba es una mezcla de rebeldía
dual: brujería y humanismo; dos religiones que han traído sobre nuestra tierra
maldición, miseria, y enfermedades.
Este ayuno tiene como objetivo principal traer una apertura divina sobre
nuestra tierra, por medio de la humillación y el clamor de sus hijos, la
Iglesia. Somos un pueblo de sacerdotes y reyes y debemos funcionar como tal.
Como sacerdotes: vamos a mediar entre Dios y nuestro pueblo para pedir
perdón por cada casa paterna representada en nuestro apellido. Cada creyente va
a pedir perdón por su familia, identificar cada pecado, confesarlo y humillarse
delante de Dios. Con esto vamos a traer una brecha generacional sobre nuestra
casa y familiares.
Como Reyes: vamos a arrancar, derribar y destruir todo lo que ha estado
trayendo maldición sobre nuestra familia (alcoholismo, adulterio, pornografía,
deudas, vicios, miseria...). Luego vamos a plantar y edificar nuestra familia
conforme a la voluntad divina. Todo esto lo vamos a hacer con nuestra boca,
proclamando, decretando y estableciendo la Palabra y el Propósito de Dios, para
nuestra casa. Lo mismo vamos a hacer con la Nación.
Pregunta: ¿Cree usted que este ayuno será efectivo en el plano individual?
Pastor: Tengo la certeza que muchos terminarán profetizando por el Espíritu
Santo, un nuevo destino para su familia y descendencia. Creo que habrá
liberación y que será un nuevo comienzo de esperanza en Cristo.
Pregunta: ¿Cómo se concluirá?
Pastor: Terminaremos este tiempo con danza, adoración, acción de gracias
por la victoria recibida y una siembra de pacto de rompimiento, estableciendo
así un nuevo tiempo sobre nuestra casa y familiares representados en nuestro
apellido.
Pregunta: ¿Es la primera vez que tienen esta iniciativa para estas fechas?
Pastor: Nuestro ministerio todos los años en el mes de octubre, recoge una
siembra de Pacto. Esto lo hacemos bajo dirección profética, según el Espíritu
nos indica. Este año vamos a sembrar por nuestra casa, para que nuestra
descendencia y familiares (abuelos, padres, hermanos, tíos y demás
parientes...), conozcan al Señor y puedan ser salvos.
Hacemos extensiva esta convocatoria divina a todos los pastores e iglesias
que quieran participar. El Día de la Expiación, en Israel, era el 10 del
séptimo mes del calendario religioso judío, día de humillación nacional, donde
el sacerdote entraba una vez al año al lugar santísimo. Este día precede a la
Fiesta de los Tabernáculos (15-21 de octubre). El 10 de octubre es un día
profético, busquemos a Dios... (Oseas
10:12).