Escrito en la Navidad del año 2013, este articulo lo encuentro perdido
en un archivo. Entonces no entiendo por qué no lo incluí en el libro: “Notas
sobre la religiosidad del cubano bajo una dictadura prolongada” o en el de reciente
aparición: “Algunas
informaciones amables y otras no tan amables”. Tampoco aparece en la red,
pero si aparece en el archivo da artículos de una página web. Es de ahí que
rescato las fotos que le acompañan. Habla este artículo del Fin de Año en La
Habana del 2012 pero también y es lo más interesante, del fin de año del 1959, y
como lo pasó la alta dirigencia de la Revolución en su primer año gobernando. Yo
en cambio tuve ese diciembre unas memorables vacaciones de Navidad no menos “revolucionaria”
apegado al recuerdo, incluyo el artículo en el Blog Religión en Revolución.
Fin de Año en La Habana.
Por Eloy A González.
El anuncio de una cena de fin de año en la Plaza de la
Catedral de La Habana resulta sugestivo y hasta aleccionador. Habaguanex, una empresa adscrita a la oficina
del historiador de la ciudad, que maneja los caudales nada despreciables en
divisas de los negocios con que cuenta esta en el área de la Habana Vieja; se
ha encargado de preparar una fiesta a un precio de 150 CUC (150 dólares) por
cada comensal y fiestero que allí acuda. Habrá un menú exquisito, baile y
música para los que paguen, aseguran los organizadores.
Postal de Navidad, Cuba 1961 |
Celebraciones de fin de año y unas Navidades
prohibidas, abandonadas al recuerdo y desaparecidas han tenido los cubanos
desde que el régimen Castro comunista se hizo del poder. Nunca faltó el
ambiente festivo en ese último mes del año y aunque la Navidad desapareció,
la gente se las arreglaba para hacer algo para el 24, día de
Nochebuena. Despedir el año era otra cosa. Como el régimen llegó al poder el 1°
de enero del 1959, cada año más que celebrar el Fin de Año se esperaba el Día
de la Liberación; la liberación de una dictadura que nos trajo otra…, peor.
Ahora que se preparan en La Habana para que aquellos
cubanos que tengan 150 dólares disponibles puedan degustar de un exquisito
menú, bailar y disfrutar de un espectáculo artístico, recuerdo algunos eventos
que ocurrieron en los primeros años de la Revolución.
En la Navidad del año de 1959, la mal llamada
Revolución cubana había comenzado a consolidarse, quiero decir que los
fusilamientos y las tropelías de los nuevos amos se hicieron evidentes ya en
aquel primer año de la Revolución; la gente comenzó a hacerse los desatendidos
y a olvidar casi de inmediato. Todavía estaba vivo el sentimiento de euforia
colectiva y el entusiasmo inicial que despertó el triunfo de la revolución en
el pueblo.
Se orientó en aquella Navidad…,- ya habían comenzado
las orientaciones- , que se adornaran los pueblos y ciudades; parecía que un
nuevo sentido se daba a la Navidad. Los libertadores- salvadores se hacían del poder para proclamar una
revolución “ más verdes que las palmas”
y comenzaban a mostrar un populismo pedestre que nos llevó a asumir que,
aquellos “barbudos” en realidad eran
una hueste de secuaces que nos garantizarían una vida plena; la felicidad
estaba aprobada para los cubanos…, para todos; decían que era una revolución “con todos y para el bien de todos” Por
lo tanto aquella Navidad y las que estaban por venir serian de gran gozo porque
la revolución se parecía mucho al mensaje de la Navidad. Ese año hubo noticia de gran gozo, llegaron los salvadores
y aunque no sabemos cuánto Dios era gloriado,- o no salía de su turbación y
enojo-, parecía que a nuestra tierra vendría un periodo prolongado de paz y buena voluntad para con los hombres que
allí habitaban. Nadie miraba a su alrededor como para pensar que los salvadores
de la Patria ya mostraban sus excesos; y el sonido de los disparos de los
pelotones de fusilamiento, eran acallados con el regocijo de la liberación, el
festejo y la disipación.
Fue en aquella Navidad del 1959 que al recién
estrenado dictador cubano, se le ocurre salir de La Habana con algunos de sus
cortesanos de verde olivo para la Ciénaga de Zapata a pasar la nochebuena con
los carboneros; se le llamó la primera nochebuena revolucionaria, porque había
que dejar claro que aquella revolución era de los humildes y para los humildes.
Cena de Navidad en Soplillar, Cienaga de Zapata, Cuba
1959
A Soplillar llegó el dictador y su comitiva a cenar en
un pobre bohío de la familia que allí vivía. Ya adelantan el lechón asado y
completan la comida, aquella familia muy pobre con una fuente de yuca, la ensalada
de lechuga y rábanos y el arroz blanco. El vino es de frutas cubanas y los
turrones, comprados en la Tienda del Pueblo, han sido producidos en el país;
vamos a ver que los turones no son españoles para que la cena sea completamente
cubana ¡y revolucionaria! Para amenizar
un guajiro de la zona, guitarra en mano canta esta décima: Ya tenemos carretera / gracias a Dios y a Fidel / ya no se muere la
mujer / de parto por dondequiera / ahora sí es verdadera / nuestra cubana
nación / ya los hombres del carbón / jamás serán explotados / porque a Cuba ha
llegado / esta gran Revolución (…)”.
Dice un cronista:
En las fiestas de 1959, la mayoría de los cubanos celebraron la tradición y la
esperanza de un futuro mejor. La Nochebuena, Fidel, la pasó con los carboneros
de la Ciénaga de Zapata y en la Plaza de la Revolución hubo una cena gigante
para los fidelistas que entonces eran la gran mayoría de los cubanos. Hasta
donde sé, en el 1959 si hubo Nochebuena con los carboneros pero no cena gigante
en algún otro lugar.
Nunca más se repitió esta cena de nochebuena
revolucionaria…, al menos con los más desfavorecidos que siempre han estado
presentes en Cuba, al fin que los pobres siempre están entre nosotros.
Fue unos años después, en el 1966, que se celebra una
Cena gigante de Fin de Año en la Plaza de la Revolución. Esta plaza, sede de
los actos políticos masivos también se convierte en área festiva, cuya
trascendencia social impulsa a la integración totalizadora o totalitaria. El 31 de diciembre de ese año, más de
100 mil personas se reunieron allí en una cena gigante, para esperar el año
nuevo. No hay más datos sobre esta cena, quienes participaron y cuál fue el
menú. Por esos años ya se estaba extinguiendo la Navidad en familia.
El discurso y el hacer populista, se sustituyó por el
más rancio socialismo real, que como alguien afirma, lo único real es el
socialismo; dejamos a un lado la Navidad y sobrevino los años oscuros de
privaciones y desencantos. Hasta que un día nos llegó la feliz noticia de la
caída del comunismo, esto en Europa, porque el efecto dominó que todos
esperaban no llegó a Cuba; lo que nos tocó fue un periodo, llamado especial y
que nada tenía de especial, donde el país se hundió en el abismo.
Fue entonces que los comunistas apostaron por un
capitalismo de estado, bien cauteloso para que los explotados no se
soliviantaran. Es así que de a poco a los cubanos nos fue llegando un
capitalismo que algunos llamaron capicastrismo, pues, a fin de cuentas hasta
ahora allí controla el poder el mismo
dictador y sus acólitos; que no sueltan prenda y siguen en sus treces
manteniendo un régimen dictatorial y un despotismo canallesco que ya lleva más
de medio siglo….y sigue.
Como el socialismo es el camino más largo entre el
capitalismo y el capitalismo, es que ahora, con comunistas gobernando como
sucede en otros países; esta dictadura se aviene a las prácticas capitalistas y
las hace suyas. Hay de todo, la iglesia católica anda dando entrenamientos
mediante cursitos de gestión económica, dejando a un lado la evangelización a tono
con la doctrina social de la iglesia; la gente quiere ser capitalista pero el
régimen los entretiene con negocios que manejan unos pocos y que nada
significan en una sociedad competitiva y prospera. Así que no nos sorprendamos
, en La Habana capitalista , de pacotilla y mercado negro, comunismo corrompido
y represión totalitaria, bien se puede despedir el año si usted cuenta con una
cantidad de dinero que puede significar el salario medio de seis meses para los
trabajadores de aquella isla.
Pero espero que no se desanimen si es que algún lector
de allí me lee. Si alguien logra pagar los 150 dólares podrá disfrutar de un
cóctel de bienvenida, con mojito criollo; "gran plato surtido del chef" con salpicón de filete de res,
masas de cerdo fritas a la camagüeyana, escabeche de tres quesos y crepes de
jamón serrano; panecillos y paté de queso saborizado con albahaca y pimiento;
pavo y glaseado de frutas, aceitunas verdes y negras; solomillo de ternera,
salsa de ciruela, romero y vino Crianza Cabernet, y papas a la crema. Asimismo,
jugo de frutas, refresco, cerveza nacional, vinos blanco, rosado, tinto y
espumoso, ron añejo y whisky, además de cócteles cubanos. De postre, tarta de
queso y guayaba con confitado de manzana y salsa de caramelo al café, además de
surtido de turrones españoles y "uvas
de la suerte". Mientras come podrá admirar un escenario como el que
descubre La Habana Vieja, esto dicen los organizadores.
Siempre me recuerdo ese juego de palabras donde se
afirma que en el socialismo todos somos iguales, solo que hay algunos más
iguales que otros.
No sé todo lo igual que soy de los otros, vivo en una
sociedad donde cada uno disfruta de estas festividades en proporción con sus posibilidades y motivaciones. En Cuba
como en el exilio más que disfrutar de un exquisito menú y el consabido
festejo; estamos a la espera de un evento que aproxime a las familias
cubanas divididas, nos permita vivir en
libertad, andemos el tiempo del decoro, fomentemos el derecho y nos encontremos
un día en aquella tierra de donde salimos y a donde regresaremos para
saludarnos y reencontramos en un abrazo; como lo hacen los sencillos y humildes
de corazón. ¡A fin de cuentas nadie se regocija más que los virtuosos!
Navidad
del 2013 ©