Por: Pr. Mario F Lleonart Barroso.*
Yo, el presbítero Mario Félix Lleonart Barroso, pastor de la iglesia
Bautista Eben Ezer en el poblado de Taguayabón, Cuba, me veo en la penosa y
extrema necesidad de condenar ante el mundo hasta donde llegan los descalabros
de la manipulación y chantaje de la denominada Oficina de Atención a
los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba
hacia mi persona, familia y ministerios; al menos para que estos no ocurran
impunemente:
Pr. Mario F Lleonart Barroso |
- Desde mediados de 2009 dicha Oficina acosa a los líderes de la Asociación
Convención Bautista de Cuba Occidental para que tomen medidas en contra de
mi persona y ministerios. Estos líderes constantemente son llamados a dicha
Oficina para recibir regaños y presiones por no interferir en mi ministerio
pastoral, ni en las decisiones como iglesia autónoma que es la nuestra, pero
asociada a dicha Convención Bautista, como es propio de la doctrina y práctica
eclesial de nuestras iglesias en las que esta Oficina política del Comité
Central intenta interferir a toda costa violando nuestro principio fundamental
de separación Iglesia-Estado.
-En enero 2010 esta Oficina utilizó sus redes y voceros para
interferir mi traslado como pastor de la iglesia en Taguayabón a la iglesia
bautista en Bejucal, entonces provincia Habana, ahora Mayabeque. Según el
vocero que utilizaron para comunicarse con el pastor Iván Elio García Muñoz
quien me invitaba con el apoyo de esta congregación a ser su copastor: «En Taguayabón se le ha tolerado, pero no lo
harán en Bejucal». Lo cual constituyó toda una amenaza e intimidación al
libre ejercicio de la libertad religiosa a la iglesia bautista en Bejucal. Ante
esta coacción yo mismo dirigí carta de agradecimiento a dicha iglesia por
tenerme en cuenta pero respondí que ante las amenazas referidas yo rehusaba a
su invitación para evitarles las presiones anunciadas.
A la derecha el Pastor Lleonart Barroso participa en el funeral del disidente asesinado Juan Wilfredo Soto.
- Desde 2007 mi esposa Yoaxis Marcheco
y yo fungimos también como profesores adjuntos del Seminario Teológico Bautista «Luis
Manuel González Peña» de la iglesia
Bautista «La Trinidad» de la ciudad de Santa Clara. A esto también se opone la magnánima Oficina,
y no solo lo ha dado a conocer verbalmente, sino que lo evidencia mediante la
inoperatividad de la cuenta bancaria de
esta como cliente No. 287 en el Banco Financiero Internacional (BFI). Se trata
de la cuenta en divisas de alrededor de 27000 USD que permanecen inaccesibles
bajo el No. de cuenta 030000000028738. Por supuesto, aquí las sanciones
políticas también son compartidas con el Reverendo Homero Carbonell, rector de
este Seminario, y quien por más de veinte años fuera pastor de dicha iglesia, y
también contra su familia que comparte sus ministerios; históricamente ellos
también han sido objeto de presiones que ya en su momento denunció el Rev.
Homero al jubilarse el 31 de octubre de 2011 mediante su «Carta
abierta a quienes aman a nuestro Señor Jesucristo».
- En diciembre de 2012 por presiones de esta Oficina la vicepresidente
del Consejo
de Iglesias de Cuba en Villa Clara me excluyó de los equipos de capellanía
que fueron organizados en ese mes para visitar las principales prisiones en
Villa Clara, a pesar de mi participación activa desde el principio en el curso
que desde dos años antes se impartía para tales efectos. Contradictoriamente
fueron incluidas personas no matriculadas en dicho curso pero que al parecer
poseían una cualidad que yo no tengo: la de ser Personal Confiable para la
Oficina.
A la derecha carteles de denuncia del Pastor Lleonart Barroso cuando estaba bajo arresto domiciliario.
- En el último año mi esposa Yoaxis Marcheco y yo participamos de un
curso de nivelación como aspirantes a un doctorado en teología (PhD) ofrecido
por el Instituto Teológico FIET en colaboración con la FTS de Londrina. Es
primera vez en la pobre historia de la educación teológica en Cuba que un grupo
de personas puede realizar un doctorado sin tener que salir del país, es una
vergüenza que a estas alturas de la historia esta sea la primera experiencia, y
peor aún, que haya por ello que dar una palabra de agradecimiento, como se
intentará hacer a la pretendida «omnipresente» Oficina en culto de apertura el
próximo 9 de junio. Aunque desde el comienzo sabíamos que el participar de la
nivelación era obligatorio y se consideraba parte del proceso, pero que no
implicaba la aceptación en el programa doctoral, nos llama la atención que a
pesar de cumplir con todos los requisitos exigidos, y poseer los currículos
mínimos necesarios, las únicas personas de entre quienes asistieron desde el
principio a los encuentros, que fueron rechazadas, fuimos mi esposa y yo. Para
nosotros la evidente discriminación ha sido por motivos políticos y no tenemos
que ser adivinos para saber que esta Oficina que en materia religiosa todo lo
pretende dirimir en Cuba se encuentra detrás de la infeliz decisión. Claramente
se percibe la manipulación a hermanos nuestros que han tenido que escoger entre
nosotros o la materialización de este ansiado proyecto, que supuesto en el
orden personal no deseamos sea sacrificado por nuestra causa.
- Los miembros de nuestra iglesia son víctimas de proceso constante de
presiones, intimidaciones, chantajes, coacciones e incluso reclutamientos en
medio de una guerra fría y psicológica cuyo objetivo final sería mi ansiada
renuncia o revocación como pastor. Esto demuestra el doble rasero de este
régimen cuyos agentes, en detención arbitraria que se me realizó el miércoles
12 de octubre de 2011, y en su afán de presionarme para que firmase un Acta de
Advertencia, a lo cual por supuesto no accedí, me conminaban a que me
concentrara en mi actividad pastoral y dejase a un lado mis preocupaciones
sociales, cual si estas no fuesen dos caras de la misma moneda. Lo triste es
que en la práctica son estos mismos agentes, amparados por la nunca mal
ponderada Oficina política en La Habana, quienes dificultan y entorpecen todo
lo que intento realizar en mi comunidad, en las bases.
- Pero el colmo de los colmos que como pastor me veo en la penosa
decisión de denunciar, es que dicha Oficina, no satisfecha con esta sucia
política de interferencia constante a mi trabajo pastoral, que por demás
todavía no ha dado el resultado esperado, aprovechando su poder de otorgar o
rechazar permisos, extender o retirar privilegios, en extrema crueldad, y en la
imperdonable postura de «echar a pelear a los creyentes», para interferir en nuestra misión
evangelizadora para con el pueblo (Juan 17.21), ha extendido permisos y privilegios
a otra congregación «evangélica» para que, en una primera fase, prohibiera a
sus fieles cualquier tipo de relación no solo conmigo o mi familia, sino para
con cualquier miembro de nuestra iglesia; se les prohibió invitarnos a sus
actividades, o asistir a las que nosotros cordialmente les invitábamos. Tras
esta postura discriminatoria y segregativa para con los hermanos, dignas de las
palabras de la Segunda Epístola del apóstol Juan (versos 9-10) referidas al
liderazgo tiránico de Diótrefes; lo más triste es que esta congregación con
privilegios que no resultan difíciles de advertir para nuestra comunidad y todo
el mundo sabe a costa de, ha pasado a una fase más triste que consiste en
priorizar por encima de una evangelización para la que existe terreno más que
suficiente en nuestro pueblo («La mies es mucha pero los obreros pocos»), un
proselitismo agresivo y sin disimulo evidentemente dirigido a los miembros de
nuestra iglesia local con el objetivo de captar a cuanto hermano nuestro pueda
(que en el argot evangélico cubano se conoce como «pescar en vivero ajeno»),
sin tener en cuenta ni la más mínima regla de ética, y en lo cual tristemente ya han cosechado
algunos frutos.
Algún día se escribirá la historia de esta triste etapa del
cristianismo en Cuba, en el cual nuestro caso lamentablemente no constituye una
excepción, y será fuerte descubrir datos y hechos que dejarán pasmados a los
más escépticos. Entonces tal vez se sabrá cuánto daño ocasionó esta Oficina,
que sobra, y que nuca debió estar, a la iglesia en Cuba, «si bien sus puertas
no prevalecerán contra ella». Entre
tanto cuento con lo más preciado, ese Dios quien es mi ayuda y fortaleza y el
cual me es también testigo de estas breves denuncias que solo constituyen un
punto en la cúpula del iceberg que son las violaciones de la libertad religiosa
en Cuba.
*Pastor de las iglesias bautistas en las comunidades de Taguayabón y
de Rosalía, en Villa Clara. Profesor de Nuevo Testamento en el Seminario
Teológico Bautista Luis Manuel González Peña. Licenciado en Ciencias de la
Información por la Universidad de la Habana y Master en Teología por el
Seminario Evangélico Los Pinos Nuevos y por la Facultad Latinoamericana de
Estudios Teológicos (FLET, hoy Laurel University). Colabora con el Blog
Religión en Revolución. Su mensaje profético ante el gobierno es ejercido desde
su Blog personal http://www.cubanoconfesante.com y desde su cuenta twitter
@maritovoz
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