En el último ayuno de 3 días, en uno de sus
amaneceres me puse a interceder por la condición de la familia cubana alrededor
del mundo. Me pasaron muchas imágenes e ideas, es más, Dios me dio un libro en
mi mente.
Meditaba acerca de mi propia familia, de amigos, de
hermanos de la iglesia, etc.; de cómo estaban unos en tal y otros en mas cual
nación, y como de ambos lados había sufrimiento por la lejanía y falta del tan
necesario calor familiar.
Un hermano de mi esposa en Estados Unidos, y cómo
sus ancianitos padres acá sufren en silencio la separación y la imposibilidad
circunstancial de no ver el día de otro re encuentro con su hijo mayor. Mi
hermana única de madre y padre, con su hijita en Beersheva, Israel; mi otra
hermana por mi papá en el Canadá; y cómo mis padres tratando de salvar la
distancia y el dolor mitigado miserablemente con un correo semanal por “detrás
del telón”, o una llamadita esporádica desde Tierra Santa.
Se podrán dar varios argumentos lógicos o ilógicos,
que al final, serán improcedentes respecto a los móviles por las cuales la
familia se han separado en Cuba en estos últimos 54 años.
Con la sola excepción de la nación de Israel,
ninguna otra familia en el planeta tierra ha estado más errante por el mundo
que la cubana. El pueblo de Israel lo mantuvo firme la fortaleza de su unidad y
el valor a sus costumbres; a los cubanos, la capacidad de resistir su propia
miseria espiritual, compensada con su carácter jocoso y dicharachero; tal vez
seamos el único pueblo en el mundo que tenga la osadía de reírse de su propio
drama.
A los cubanos cada vez que le han dado un chance,
han emigrado en masas, que no son más que válvulas de escape a la presión de
cada momento.
Como olvidar en 1965, los 30 mil que salieron por
agua desde el norte de Matanzas por el lugar conocido como Boca de Camarioca.
Los más de 125 mil en 1980, con los sucesos de la
Embajada de Perú y el Célebre Marielito.
Los miles que se salieron en la “crisis de los
balseros” entre 1993 y 1994 por cuanto punto al mar se pudo, como locos en
desbandadas. No por gusto han muerto en intento de emigrar unos 77 mil cubanos
en medio siglo.
Primera edicion del libro En el ojo del huracan. |
Ahora desde el 14 de enero, es otra vía de escape,
solo que de otro modo y circunstancias. Los visados se han recrudecido, ya
hasta Ecuador y Haití piden cartas de invitación y decenas de “requisitos”.
Muchos de los que salgan demorarán en regresar si las condiciones no cambian.
Aunque a estas alturas y para los que piensan poco, parezca una medida a
aplaudir, no es si no un chantaje, una burla, una ironía de ser los cubanos tal
vez uno de los pocos pueblos en el mundo que tengan que agradecerles a su
propio gobierno que se les permita salir sin un permiso del mismo. ¿Quiénes nos
metieron en su finca y nos secuestraron como esclavos?
Más que “logros”, constituye una imborrable mancha
en el calcañal de la nación. Que a decir de Albita Rodríguez: ¿qué culpa tengo
yo, de haber nacido en Cuba?
Les decía a alguien, que el deseo de viajar por
conocer lo desconocido, se puede confundir como que es deseo de emigrar de
manera definitiva del país. Quisiera estar equivocado, pero la gran mayoría de
los cubanos que van a viajar, al menos en su mentalidad, no tendrán concebido
regresar por muchos años.
Como a la gran mayoría nunca se le ha dado la oportunidad
de viajar, ahora quieren largarse y punto (…).
Retomando el trato del Señor en el amanecer de aquel
día, allí mismo Dios me dijo que a pesar de la realidad de lo que los parientes
están viviendo respecto a las salidas de sus consanguíneos, no soy responsable
de estos. Pero que sí soy responsable de mantener la unidad familiar de los que
han salido de mis lomos (…). Entonces es cuando medito en mi hija, hijo, 3
nietos y mi yerno. El Señor me dijo llámalos y diles como sacerdote de la
familia que de Cuba no se mueven. Que cortas el flagelo que ha alimentado a la
nación cubana y que no será tu familia otra de las que ha caído en las fauces
del drama de la miseria de la condición de la nación cubana.
El ciudadano cubano es el único ser en el mundo que
la mejor noticia que le puedes dar es que saldrá a otro país. Nunca podré
olvidar los últimos años de la década del 70 y la del 80, cuando jovencitos de
apenas 17 años se iban para Angola o Etiopía, y su móvil era traer una doble
casetera y tres o cuatro trapitos. ¡Lo sé, lo viví, lo sufrí con amigos del
barrio o del aula!, que hoy yacen olvidados bajo el húmedo suelo del cementerio
como parte de los más de 2,000 cubanos que murieron sin sentido alguno en
África u otros países.
Estados que a decir verdad, jamás quisieron la
injerencia de los cubanos. En Angola los del MPLA que supuestamente querían
echar el capitalismo de su país; hoy gobiernan el mismo país donde están yendo
cubanos a hacer negocios del beneficio del capitalismo que vive hoy la nación.
Angola está decenas de veces más desarrollada que la Cuba que “la fue a liberar
de los malos”.
Cuba siempre fue un país de inmigrantes, hasta con
don Cristóbal vinieron Judíos para probar suerte del lado de acá del Atlántico.
Cuba en 54 años del periodo republicano, 1902-1959, (descontando de 1906 a 1909
sin gobierno al mando) recibió a 1 millón 375 mil inmigrantes. Resulta
interesante que ahora van también 54 años, de 1959 a la fecha: en estos años
han salido unos 2 millones de cubanos, constituyendo el 15% de la población.
El drama de las salidas no se ha acabado, no nos
volvamos locos con todos los cambios que llegarán sin tiempo casi ni de
asimilarlos.
El viejito de las famosas batallas de Palo Seco,
Naranjo y Las Guásimas dijo acertadamente: “el cubano cuando no llega se pasa”.
Por la mitad de un siglo todo ha estado cerrado, por las próximas semanas y
meses los cubanos serán tan abiertos que no dudemos que hasta nos pasemos (…).
Gracias a Dios por haber nacido y ser parte de un
pueblo tan laborioso y bueno, razón por la que le serviré con mi familia como
guía espiritual hasta mis últimos días.
*Apóstol, Licenciado en Biología, líder del Ministerio Internacional Fuego y Dinámica,
Camagüey, Cuba.
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