Por Eloy A González.
Sorprende la dedicación
a la barbarie que nos ha sacudido en los albores de este siglo 21. Nadie
esperaba esto. Solo que había una plétora de iniquidad, profundas dedicaciones
al mal y probado ejercicio a la vileza. Un odio acumulado que no encontraba sentido
alguno por que las nuevas generaciones, lejos de buscar empleo en la virtud, se
someten al desenfado existencial, la perversa deslealtad de la conciencia y al confuso
escenario de tecno-media, dispuesto y pérfido en sí.
Fue suficiente
que mataran a un negro para que las turbas desenfrenadas, motivadas, según
argumentan por las acumuladas injusticias sociales y el racismo arrojadizo; se
emplearan a fondo en la violencia, las agresiones y toda suerte de desmanes.
Todo en procura de una justicia que quieren para unos pocos en tanto que destrozan
y agreden a los más.
Las estatuas han
sido un objetivo providencial para usar a su antojo, delante de los
complacientes medios de difusión, alentadores de estereotipos sociales; siempre
a la mano de políticos oportunistas y líderes ínfimos de virtud y abundantes de
impiedad.
Entonces aparecen
los profanadores de siempre, les van arriba a las estatuas y de paso desprecian
la historia. Esta última no les interesa, están dedicados al barullo. Hay que
verlos en las calles, cobardes como son, atacando a personas inocentes y
desprotegidos y destruyendo la propiedad ajena.
Jesús Lloró |
Les dicen partícipes
de un movimiento antirracista, denominado Black Lives
Matter (BLM), esto es que las vidas de los negros
importan. Como van contra todos nos les basta el discurso racial y
arremeten con todo lo que creen es fascista; palabreja que en boca de los violentos
puede significar todo lo que ellos quieran. Entonces aparecen para completar el
pedido, los ANTIFAs.
Toda estatua o
monumento les sirve, a fin de cuentas, el odio es su patrimonio, la historia no
les interesa; van de un lado a otro tumbando, quemando y vandalizando las estatuas.
Desde el navegante genovés quien descubrió América hasta el insigne escritor
Miguel de Cervantes. Al paso que andan los bárbaros en pocos meses nos quedamos
sin estatuas y sin referencias históricas. Apúrense en fotografiarlas y
ponerlas en un archivo porque las generaciones venideras serán unos idiotas carentes
de referencias sobre el pasado. Todo esto porque muchos, pero muchos; fueron “supremacistas
blancos”, “esclavistas”, “misóginos”, “explotadores
colonialistas”, “brutales capitalistas” y todo lo que pueda
descalificarse.
La religión no se
salva, ahora han puesto la mirada del odio sobre la figura de Jesucristo y por
extensión sobre la Virgen María, la madre de este.
Un conocido y
escuchado activista de izquierda, como era de esperar, de nombre Shaun King dijo que “las
estatuas de Jesucristo que lo muestran como un “europeo blanco” deben ser
derribadas porque son “una forma de supremacía blanca”. Siguió diciendo el peligroso
energúmeno: “Sí, creo que las estatuas del europeo blanco que dicen es que
Jesús también deberían ser bajadas,”. “Son una forma de supremacía blanca.
Siempre lo ha sido. En la Biblia, cuando la familia de Jesús quería esconderse,
y mezclarse, ¿adivina a dónde fueron? ¡EGIPTO! No Dinamarca. Derríbalos.”.
Como para no quedarse corto, ya que la ha tomado con los cristianos, en su
momento dijo que: la Navidad y la Pascua son “herramientas de supremacía
blanca.”
No quiero
exagerar sobre el tema que me ocupa; pero lo cierto es que nunca alcancé a
imaginar que, en este país, el país de los libres, los Estados Unidos de América;
un grupo de exaltados y violentos derribaran las estatuas de personalidades como:
George Washington y Thomas Jefferson. Que dieran cuenta
también de Cristóbal Colón y Fray Junípero Serra, que vandalizaran estatuas
y monumentos con inscripciones soeces y la imagen de la hoz y el martillo.
Ahora se proponen ir por las estatuas y monumentos que honran el legado judeo- cristiano
de este país.
Muchos hablan de
estatuas y monumentos erigidos a hombres relacionados con la esclavitud. Bien
que se revise la historia una y otra vez. ¿Por qué no? Solo que debemos
remitirnos al punto de inicio de ese basto emprendimiento de la esclavitud; que
se prolongó por muchos años y trajo del África a miles de negros a trabajar en América.
Es que el punto de inicio está en las luchas en África entre las tribus,
reinados e imperios africanos que siempre estuvieron enfrentados en guerras crueles;
que dejaban como botín miles de esclavos que eran vendidos en las costas a los traficantes
de esclavos europeos que después los traían a los territorios de las Américas.
No hay un solo
monumento o estatua que nos recuerde que los primeros esclavistas eran los
propios negros que, habiendo vencidos a los iguales de su raza, los amarraban y
vendían a los traficantes europeos que los despachaban en sus barcos a través
del Atlántico. Estas estatuas no se pueden derribar, no existen; pero en la historia
están ahí como esperando a que recordemos que la responsabilidad por el crimen
colectivo de la esclavitud empezó en el África profunda, siguió con la práctica
criminal de la explotación despiadada y terminó con la emancipación y los
derechos establecidos y ejercidos en la América moderna.
Ahora van contra
el significado del cristianismo y contra la América cristiana el Pastor Shaun
King y los asociados del BLM y ANTIFAs. Mas les vale que vivan en el temor de
Dios. Pero si prefieren apostar por Baphomet o Bafometo, el
encargado en el purgatorio de los siete infiernos y de los diferentes demonios
de los siete pecados capitales; bien pueden dirigirse por allá, por Detroit, donde
instalaron un monumento a esta deidad para hacerla presente en esta
sociedad, tan dedicada a la impiedad.
Hace algún tiempo
en un viaje a la ciudad de Oklahoma encontré una estatua (Jesús Lloró, ver foto)
de Jesucristo muy cerca del lugar donde un acto terrorista terminó con la vida
de 168 personas, entre ellos diecinueve niños menores de
seis años, e hirió a más de 680. Cristo, en una imagen sobrecogedora, da la espalda y se cubre
el rostro como avergonzado ante tanto dolor y tanta destrucción.
Traten de
derribar a Jesús de Nazaret; pienso que van a fracasar, muchos lo han intentado.
Mejor prueben a explicarse todo el misterio que hay en estas palabras:
En el principio
era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
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