¿Tú quieres una Revolución?
He visto muchas imágenes en estos días. El enojo que
suscita la muerte de un ciudadano, donde los implicados ya están detenidos y
bajo investigación, No explica vandalizar, destruir, saquear y atacar a
personas que nada tienen que ver con el evento inicial. En realidad, no honra a
la comunidad negra de los EE. UU., ver a miles de ellos, atacando a transeúntes
indefensos, golpeando a ancianos y mujeres y saqueando los negocios. No acepto
que procurar la justicia y el bien social pase por atacar a una mujer en silla
de ruedas con un extinguidor y salir corriendo de una tienda Target con un
Televisor de alta definición.
Y claro, todo supuesto movimiento social reivindicativo
requiere de un himno, de una bandera y de consignas, muchas consignas.
Aquí esta el himno de los violentos, de los
saqueadores y de los incendiarios. Se trata de una canción del director coral y
musico de temas religiosos-cristiano (góspel), Kirk Franklin, que compuso e interpretó
esta canción con el título de “Revolution”; dentro de la tendencia conocida
como: urban
contemporary gospel.
De nuevo el tema vuelve a escucharse. Ahora miles de personas,
sobre todo miembros de la comunidad negra de los EE. UU. se dan cita en las
calles para protestar.
La pregunta y el clamor de la pieza musical es
significativo: ¿Tú quieres una Revolución? Tal vez muchos de los que
hemos vivido bajo una dictadura, fruto de una Revolución que buscaba
reivindicaciones sociales, sabemos o podemos dar una respuesta. Como sea esto
queda para un próximo artículo.
Aquí les dejo las letras de la canción-protesta en su traducción
al español, aunque puede ser comparada con la versión original.
Revolution
– Kirk Franklin
16 ya no
tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno;17
porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a
fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Apocalipsis 7:16-17 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
(¡Sí señor!)
Nunca más
tendrán hambre ni sed.
(Reza,
Predicador)
Por Dios,
borra esas lágrimas.
(¡Sí
señor!)
Cada
lágrima de sus ojos.
(¡Sí
señor!)
Prepárense
para una revolución.
¿Qué
decís?
¿Queréis
una revolución?
Decirlo:
¿queréis una revolución?
¡Vamos!
¿Queréis
una revolución?
Decirlo:
¿queréis una revolución?
¡Vamos!
Enfermo,
y cansado de ver a mis hermanos
matarse
unos a otros.
De ver a
padres abandonar
a sus
hijos con sus madres.
De ver a
hombres holgazaneando
y jugando
por ahí con cualquier cosa.
Escucha,
compañero.
Deberías
ser bastante hombre
para
permanecer firme.
Enfermo y
cansado de la iglesia,
hablando
de la religión.
Y todavía
continúan hablando unos de otros,
tomando
sus propias decisiones.
¡No más
racismo! ¡Ni fascismo!
¡Ni
polución! ¿Cuál es la solución?
¡Una
revolución!
¿Queréis
una revolución?
Decirlo:
¿queréis una revolución?
¡Vamos!
Sin
crímenes, ni moribundos.
Ni
políticos arrastrándose.
Todo el
mundo intenta.
Ganar
dinero. Es algo que me hace gritar.
La forma
con la que manejan mi vida.
Quieren
moldear mi vida a su antojo.
Llegará
un día más soleado.
Todos tus
problemas se quedarán atrás.
Una
revolución está llegando. Sí, está llegando.
La
revolución está llegando. Ya llega. Ya llega.
Está
llegando.
¿Queréis
una revolución?
Decirlo:
¿queréis una revolución?
¡Vamos!
¿Qué se
siente? ¿Qué es lo que quieres, hijo?
¿A quién
llamas?
Sabes que
Jesús es el hijo verdadero.
El
segundo de la Santísima Trinidad.
Sé que lo
sientes.
Abandonado
quinientos días
hasta la
llegada del Nuevo Milenio. Los escuchas.
Las
trompetas resuenan en el cielo. Cristo, el último.
El
primero. El primero. Y el último.
No pasará
de largo.
Así que,
que no te cojan durmiendo, hermano.
No
tropieces, hermano.
Porque,
cuando te vea,
mejor no
estés bajando
A
cualquier sitio que vayamos, hablamos demasiado.
Nos
movemos demasiado. Hacemos demasiado.
Pero
cuando das un paso frente a nosotros,
pierdes
demasiado.
No hay
vuelta atrás para lo que estoy haciendo,
cuando me
mueve el espíritu.
No odies
lo que estoy haciendo.
Soy el
barco en el que navega.
A
cualquier sitio que vaya,
intentan
juzgarme, intentan sacudirme,
intentan
hacerme cambiar de opinión.
Pero no
podrán conmigo,
porque
tengo a Cristo de mi lado.
Darkchild
y Nu Nation te hacen sentir bien.
¿Dónde
están mis santos de la costa este?
¿Dónde
están mis santos de Detroit?
¿Dónde
están mis santos de Dallas?
¿Dónde
están mis santos de Atlanta?
¿Dónde
están mis santos de Miami?
¿Dónde
están mis santos de Nashville?
¿Dónde
están mis santos de Fort Worth?
Todos
juntos, nuestros santos, ¡elevar las manos!
¡Con las manos arriba!
Nota del
Blogger: Se han omitido todas las interjecciones de la canción para limitarnos
al mensaje escrito de la canción en sí.
Para ver
ambas versiones de la canción hacer CLIC AQUÍ
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