Ciudad de La Habana, Cuba, diciembre 2010.―San Lázaro o Babalú, el misionero de las muletas y perros que le lamen los pies cubiertos de yagas, reconocido en las Iglesias del sincretismo religioso afrocubano, junto a la Virgen de Las Mercedes y/o Obatalá, son los santos que los cubanos tienen la certeza de ser los más venerados.
De San Lázaro, desde que reina diciembre, las casas comienzan a relucir los altares con velas y otras acciones al venerado santo. En La Habana, creyentes y seguidores se desbordan en una batahola de fanaticada que raya en muestra de increíble o locura treman. En las avenidas se ven personas de todas las edades con un carretón con el santo vestido purpúreo acompañado por varios perros y los creyentes vestidos de saco de yute y descalzo pidiendo una limosna.
El más famoso de toda Cuba transita por la capital tirando una roca aferrada a una de sus piernas, un Babalú en carretón, una pareja de ancianos, en la víspera inician el peregrinaje por toda la Avenida de Boyero al Rincón donde está ubicada la Iglesia del santo milagroso a 20 kilómetros del centro de la ciudad.
Los esclavos arrancados de África, idearon en sus barracones mantener las tradiciones espirituales y sus dioses, que fabricaban con maderas y barro. Sus verdugos le obligaban a cristianizar. Entonces idearon fusionar los santos cristianos de los europeos a sus creencias autóctonas y nace lo que se llama sincretismo religioso.
El Gobierno Revolucionario persiguió a todas las nominaciones cristianas y el clímax de tortura se destacó en la década de 1960, cuando fueron a parar a los campos de concentración, eufemísticamente nombrados Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), algunos babalao y sacerdotes sincréticos.
Fidel Castro, el jefe de la Revolución, abogado y estudiante de escuelas católicas, fue un ateo incorregible. En el presidio con el tercer hombre de la Revolución, Juan Almeida Bosque, negro y de creencias afrocubanas, lo invitó a convertirse. Fidel, hijo del hacendado más grande del Oriente de la Isla, recibía haitianos y forjó la acumulación originaria de su riqueza de estos. Castro pernoctaba en los barracones y se le atribuye desde entonces admiración a la religiosidad haitiana.
Foto arriba a la derecha: Un creyente transita por una calle de la capital cubana. Foto del autor del articulo.
Ya en la Sierra Maestra, los lugartenientes más cercanos de Castro, la finada Celia Sánchez y su médico René Vallejo, ambos de raza blanca y clase media, practicaban el sincretismo, incluso Vallejo, fue el médico de la medicina humana y espiritual, ya que estaba ungido como babalao.
Castro en la década de 1970 fue a recibirse a África, dignatarios de esas religiones lo visitan para darle salud. Se atribuye, que por esto nunca han sido tan perseguidos como los cristianos. El actual Cardenal Jaime Ortega y Alamino y el cantautor Pablo Milanés, fueron cautivos de la UMAP.
Castro, en el 2006 se desploma y debe penetrar en el quirófano a riesgo de su vida, le es practicada una “limpieza” en el malecón habanero donde sacrificó dos animales. Otro seguidor de esa religión es el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que sistemáticamente el anciano babalao “Bacilio” lo visita para corregirlo espiritualmente con la anuencia de su padrino Fidel Castro.
Hoy existe una lucha entre el Consejo de Sacerdote oficialista de Enriquito y el de Lázaro Cuesta, que leen la letra del año. El oficialista se desplomó la credibilidad y ética, cuando éste anunció en mesa Redonda-TV, que había que ir frente a la Embajada de EE.UU. a la marcha del pueblo combatiente…
*Periodista independiente cubano. Agencia Hablemos Press.
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