septiembre 24, 2020

¿El fundamentalismo religioso cristiano intenta dividir a la sociedad cubana?

 

Esta pregunta parte de una afirmación, y subyace en la entrevista que la cadena Rusia Today hiciera en la Televisión Cubana; a la pastora de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) Elaine Saralegui. Una reacción en las redes sociales se ha producido, sobre todo en Facebook. Sale al paso de las declaraciones de la entrevistada y la manipulación torcida del periodista y la producción del programa; porque se emplearon imágenes de la congregación y el liderazgo de la Liga Evangélica de Cuba. Esta es la declaración oficial de esta. Ninguna otra iglesia, organizaciones religiosas se ha pronunciado al respecto.

DECLARACIÓN OFICIAL DE LA LIGA EVANGELICA DE CUBA (LEC)

Cómo iglesia rechazamos las declaraciones de la ciudadana Elaine Saralegui, que dice ser activista social y pastora de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) en entrevista con el periodista Oliver Zamora Oria, corresponsal de la cadena Rusia Today.

A raíz de dicha entrevista, transmitida por la Televisión Cubana en repetidas ocasiones, nos sentimos agraviados pues, aunque no se mencionaron expresamente nombres de Iglesias, en el lenguaje visual sí está presente la alusión a nuestra Asociación Religiosa. Las imágenes de nuestra congregación y liderazgo mostradas de forma simultáneas a las palabras de descrédito de Saralegui no dejan margen a la duda. Tales acciones las consideramos violatorias de los códigos éticos que deben acompañar el accionar de los medios de comunicación.

Entendemos que cualquier medio periodístico tiene el derecho de publicar sus trabajos, así como cada persona de expresar su opinión. Lo que no es correcto es que exponga una sola visión y silencie otras opiniones al punto de criminalizarlas. Ese es el caso de un amplio sector de la iglesia cubana que no cuenta con espacios públicos reconocidos para expresar sus argumentos.

Nuestra Iglesia no es de izquierda ni derecha. Es Cristocéntrica y sí cree en la interpretación literal de la Biblia, su carácter infalible e inerrante. Estas son creencias y prácticas que datan de siglos. Quizá esta sea la razón principal para tildar a la iglesia de “fundamentalista”. El concepto eje que sustenta la constante estigmatización actual que intenta denigrar a la mayoría cristiana en el país. Vale mencionar que dicho término nació a principios del siglo XX y rápidamente pasó a definir ideologías cristianas que buscaban un regreso a las posturas fundacionales del cristianismo, enarbolando la infalibilidad de la Biblia. Se trataba de un fundamentalismo bíblico. Sin embargo, su interpretación se ha desvirtuado por sectores anticristianos para asociarla al fanatismo, el extremismo, incluso al fascismo y terrorismo. Desde la Real Academia de la Lengua se plantea una última acepción: “Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida”.  Un conocido sociólogo europeo sentenció que:

“Es importante comprender que hay secularistas tan fundamentalistas como los religiosos: unos y otros coinciden en no estar dispuestos a cuestionar sus opiniones, así como en su militancia, agresividad y desprecio hacia los que discrepan de ellos”.

¿Qué hubiera pasado si fuera la “iglesia fundamentalista” la entrevistada y hubiera expuesto sus razones bíblicas y teológicas, sus principios? ¿Habría el mismo respeto que hemos mantenido nosotros ante cada ofensa y agravio? Habría que valorar desde esta última acepción quiénes son los verdaderos fundamentalistas.

La entrevista intenta vender que el fundamentalismo religioso intenta dividir a la sociedad cubana. A nuestros templos asisten personas con diversas posturas ideológicas, se les acepta, y en ninguno se toma partido. Confluyen diferentes razas, ninguna predomina sobre otra. Hombre y mujer trabajan por igual, sin que exista discriminación. Esto es más que palabras, son hechos. A aquellos que nos tildan de misóginos les recordamos que la Liga Evangélica de Cuba es presidida por una mujer hace diez años.

Representamos al obrero, al intelectual, al deportista, al empresario, al estudiante, la ama de casa, en fin, a toda la sociedad. Como Iglesia somos una sola familia, no hay distinción, nos une la fe. Esas son las mismas personas que quedaron expuestas en esas imágenes televisivas reforzando el mensaje de descrédito.  Nos preguntamos, entonces, quiénes de verdad quieren dividir a la sociedad. En un contexto pandémico que nos hace vulnerables a todos y donde la iglesia unida ha colaborado activamente apoyando programas sanitarios y de alimentos, queda en evidencia que “amar al prójimo como a ti mismo” no es algo creado por un grupo para ganar “adeptos”, sino que se trata de un mandamiento dado por Jesucristo.

No pretendemos rebatir los argumentos expuestos en el material televisivo, quizá si Oliver Zamora u otro periodista nos invitara a la televisión, estaríamos en igualdad de condiciones.

De cualquier forma, una vez más reafirmamos:

1. La misión de la Iglesia no es política; es anunciar las buenas nuevas de Jesucristo (Mateo 28:29)

2. Ni somos peligrosos ni poseemos tesoros terrenales, más bien vivimos “como entristecidos, más siempre gozosos; como pobres, más enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, más poseyéndolo todo.” (2da Corintios 6:10)

3. Somos fundamentalistas de la fe, la esperanza y el amor.

Y para aquellos que tratan de silenciar con injusticia la verdad. Jesucristo sigue siendo el camino, la verdad y la vida.

Fuente: Facebook

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