En
nuestro país hay grandes impedimentos que limitan el intercambio en el área
religiosa y que forman parte de lo que muchos denominamos "el bloqueo
interno". Para que las políticas recién anunciadas tengan el efecto
ansiado, al menos los siguientes cambios tendrán que ocurrir en el ámbito
nacional:
1.
La Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del
Comité Central del Partido Comunista de Cuba debe desaparecer. Es inadmisible
que una oficina enclavada en una organización de ideología atea, que es además
el único partido legalmente reconocido, pretenda dirimir todo lo relacionado
con religión en un país.
2.
El Registro de Asociaciones del Ministerio de
Justicia de Cuba deberá actuar con total independencia y no bajo presiones,
como ocurre ahora, provenientes principalmente de la Oficina de Atención a los Asuntos
Religiosos. Para comenzar deberá acceder a la legalización de decenas de grupos
religiosos que desde hace años aspiran a ello.
3.
Se debe crear una Ley de Culto aprobada por todo el
pueblo y cuya letra defienda las libertades religiosas. A pesar de su imperiosa
necesidad hasta el momento brilla por su ausencia.
4.
Debe terminar el monopolio y privilegios que la
referida Oficina otorga al Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) y que no aglutina,
como se pretendía, a la mayoría de las instituciones religiosas del país.
Al
menos en la arena religiosa cubana estos cuatro obstáculos, inamovibles hasta
el momento, deberán transformarse a fin de que las libertades religiosas sean
auténticas. De esa manera toda la ayuda que el mundo desea ofrecer, fluirá
libremente y sin el arbitrio de un Estado que hasta el presente pretende
ejercer el control total. Por cierto, el mismo Estado que, con manuales
estalinistas en mano, un día pretendió destruirnos.
Esta es
una nota del artículo: Las 'cabañuelas'
para la libertad religiosa, del pastor Mario F Lleonart B. que usted puede leer
completo haciendo CLIC
AQUÍ.
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