De algunos mensajes recibidos ayer en ocasión
del Día de los Padres, este que me envía desde Cuba el Pastor bautista, Mario F
Lleonart Barroso resulta sobrecogedor y en gran medida muestra la entereza y dedicación
del pastor Lleonart a su ministerio, su vocación de compromiso social y su desempeño
como padre. Aquí les dejo este artículo con la certeza de que todos
aprenderemos algo de este ejemplo. El Editor.
Mi misión como padre.
Por:
Mario F Lleonart.
Tal
vez el ministerio más difícil de todos los que ejerzo en Cuba sea el de padre.
Debo agradecerle mis dos hijas encantadoras primero a Dios y luego a mi
insistente esposa. Yo me negaba a engendrar hijos en un país sin libertad,
ellos me convencieron. Hoy doy gracias a ambos pues aunque mi país sigue
secuestrado, Rocío y Rachel me hacen la vida más llevadera y constituyen una de
los mayores estímulos para seguir dando lo mejor de mí a fin de conseguir una
Cuba donde puedan tener la juventud plena que nosotros no tuvimos.
Ser
padre en Cuba significa para mí, además de enfrentar la difícil tarea, como
para la mayoría de los padres cubanos, de proveer para mi casa, de ser juzgado
además como un padre irresponsable. Luchar abiertamente por una Cuba libre,
aunque sea con las armas del amor, me atrae el juicio de muchos. Incontables
veces he escuchado de boca de amigos y enemigos la frase: «No piensas en tus
hijas». En los últimos tiempos este ha sido el principal argumento de los
gendarmes de la Seguridad del Estado.
Rachel..., esposada |
El
25 de enero, vísperas de la reunión de la CELAC en La Habana, fui detenido
públicamente en presencia de mis hijas. Aquel sábado las sacaba a pasear al
mediodía, habíamos planificado visitar la vecina villa de San Juan de los
Remedios, a punto de cumplir los quinientos años, aprovechando el día libre de
clases de las niñas, y comer en familia fuera de casa. Mientras esperábamos el transporte público
dos agentes de la seguridad aparecieron repentinamente en su Suzuki para
decirme que se me prohibía moverme libremente. Les expliqué que no iba a
desistir del plan que tenía que salir con mi familia y no les dejé más
alternativa que arrestarme, lo cual hicieron violentamente y sin miramientos me
llevaron esposado ante mis hijas. Ya preso en el cuartel cuestionaron mi
condición de padre ya que según ellos habían provocado la escena frente a
ellas.
Cuando
me detuvieron otra vez el pasado viernes 6 de junio para intentar impedir la
gira de conciertos que habíamos organizado como Instituto Patmos con David de Onni
Zona Franca y me trasladaron esposado de Santa Clara hasta mi casa, y no
teniendo ninguna razón convincente para justificar este nuevo arresto, el
agente que me llevaba en la patrulla solo arguyó: «Lo llevamos pastor porque es
un padre irresponsable, su hija está con fiebre en casa, y usted anda perdiendo
el tiempo por Santa Clara». En efecto, mi hija Rachel por estos días estaba
pasando por un virus de gripe y de vez en cuando tenía alguna fiebre. Cuando me
despedí por la mañana dejé a la niña con 37 grados Celsius de temperatura, pero
todo bajo control y bajo el cuidado de mi esposa con la cual estuve en contacto
telefónico todo el tiempo. La escena con el agente me confirmó lo interesada
que está la Seguridad del Estado en mi rol como padre y en el estado de mis
hijas acerca de las cuales se encuentran muy pendientes. Así de interesados
estaban en la familia Payá y ya sabemos el «regalo» que hicieron a Rosa María y
hermanos hará dos años el cercano 22 de julio.
Hace
unos días mientras escribía en mi oficina me interrumpió mi hija Rachel con su
inocente sonrisa infantil, había envuelto sus manos en una cinta como si
estuviese esposada: «Mira papá, lo mismo que te hicieron a ti». Entonces le
tomé la foto que ahora comparto como recuerdo de estos aciagos días que
inevitablemente dejaremos atrás porque precisamente a nombre de nuestros hijos
nos urge construir a los padres cubanos una Cuba libre donde no sucedan nunca
más los desmanes que ahora mismo tienen lugar. Lo que no comprenden quienes me
juzgan es que el móvil principal de mis esfuerzos son precisamente esas dos
niñas a quienes me he empeñado en regalar un país en libertad. Y no cejaré
hasta lograrlo, en el nombre de Cristo.
Foto
del autor del artículo.
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