octubre 17, 2012

Pastores por el cambio, una nueva propuesta de la sociedad civil cubana.

BAYAMO, Cuba, octubre, 2012 -Es otra propuesta desde la sociedad civil, que demuestra el desplazamiento político a lo interno del país, de cara a la transición democrática. Pastores por el Cambio, una plataforma surgida en la ciudad de Bayamo, en la oriental provincia de  Granma, une a Pastores Cristianos en rebeldía contra el yugo de una iglesia, cristiana, católica o sincrética, controlada por el departamento religioso de los comunistas y sus organizaciones satélites.
Desde su fundación, el 10 de abril de 2012, es una de las manifestaciones de la sociedad civil más reprimidas por la policía política, tanto en la provincia de Granma como en el país. Su activismo cívico y el hecho de pregonar “la palabra de Dios” en las calles, mantiene nerviosa a la policía local en Bayamo, ciudad donde tienen su sede principal.
La policía política, vestida de civil, con el apoyo de las brigadas de respuesta rápida, arremete con violencia contra sus miembros. Los Ministros Yohandri Gutiérrez,  Wilber Anach y Julio Magaña, tres de los más reprimidos, muestran en sus cuerpos señales de golpizas y otras violencias.
Foto: Pastor Antonio Rodriguez- Presidente de pastores por el Cambio , durante una predica en Bayamo
En la avenida Frank País, frente a la tienda Las Novedades, la más importante de la ciudad, tiene su casa-templo el Presidente de la organización, Antonio Rodríguez Estrada. En presencia de Cesar Serrano Palacio, vicepresidente de Pastores por el Cambio, Cubanet se puso al tanto de este proyecto cívico-religioso, que podría dar un salto en el comportamiento de las bases religiosas de la sociedad cubana, tan complacientes con la dictadura militar.
La organización, autoproclamada no gubernamental (ONG), y sin fines de lucro, está integrada por pastores, ministros y hermanos cristianos. Ellos se ven como alternativa para la unidad de las distintas generaciones de cristianos, que buscan “la libertad prometida por Cristo en su palabra: Si el hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”.
Según sus palabras, promueven un cambio en el país, a favor del Evangelio, para que de esa forma sea aprobada la Ley de Culto y puedan ser inscritas las distintas iglesias y organizaciones cristianas que día a día pagan el precio del acoso, la amenaza y en ocasiones la destrucción de sus propiedades. Además, demandan la libertad de instituir seminarios teológicos y que sus hijos puedan disfrutar de una educación conforme a su fe. También requieren libertad para construir templos y casas pastorales donde puedan desarrollar con excelencia la práctica de sus cultos.
Pastores por el Cambio da importancia a los medios de comunicación, y pide libertad para expresarse libremente a través de estos medios, a nivel nacional y regional, sean la televisión, la radio y la prensa escrita. También demandan acceder con libertad al ciberespacio, “como una herramienta en la comunicación y la información”.
Pretenden ejercer liderazgo en el entorno social en que se encuentran, arrebatándoselo a los comunistas, que lo mantienen por la imposición política y represiva. Por lo general, el entorno de Pastores por el Cambio se ubica en las zonas más humildes  de la sociedad. Por ello plantean servir como un canal, facilitando cursos, entrenamientos e impartiendo conferencias. Además de ayudar  espiritual y materialmente a jóvenes pastores y misioneros voluntarios en el establecimiento de nuevas misiones y congregaciones. Asimismo, se han propuesto contar con un fondo bibliográfico científico-técnico-cultural y cristiano.
Al ubicarse en zonas marginales y periféricas, según nos dice su Presidente, Antonio Rodríguez Estrada,  esta organización trabaja con adictos (alcohólicos, violentos, narcómanos), enfermos de VIH-SIDA y otras ITS (infecciones de transmisión sexual) en las comunidades, presentándoles una alternativa del cambio a través de Cristo.  Incorporan a su trabajo el apoyo espiritual a pobres, menesterosos y discapacitados, así como a ancianos sin protección social o familiar. Es en las comunidades donde despliegan su mayor labor, creando grupos de autoayuda para el trabajo con diferentes tipos de adicciones, a través de la creación de grupos de intercesión.
Adjuntan al trabajo la proyección de seleccionar a miembros de sus organizaciones, con carácter voluntario,  para capacitarlos como capellanes, para desarrollar el ministerio en hospitales y en las numerosas prisiones, trabajando con enfermos, presos y sus familiares.
* Julio Antonio Aleaga, Granma, 1960, licenciado en Historia del Arte. Diplomado en Marketing Estratégico, y realizó una Maestría en Relaciones Políticas Internacionales, con una tesis sobre la Transición a la Democracia. Durante 10 años dirigió un equipo de publicidad, que desapareció a instancias de la policía política.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Adelante, los saludo y los felicito por su trabajo para predicar el Evangelio como palabra de Dios y no como fraude comunista.