octubre 13, 2010

AQUÍ LA TIENEN.

Por: Pr. Mario Félix Lleonart Barroso.*
Siempre lo tuve claro. Sabía en contra de quien enfilarían fundamentalmente sus maquiavélicos cañones. Enemigos como lo han sido siempre de la familia no dudé que sus dardos se dirigirían hacia la persona que más cerca tengo y con quien comparto las buenas y las malas desde hace catorce años. Mi esposa Yoaxis -otro nombre característico de la generación Y- sería el blanco fundamental. Si lograban estimular la dosis de miedo que como buena cubana tenía inoculado casi desde su nacimiento lograrían una de dos: o mi Eva me desestimulaba en ser fiel a mis principios, o rompían mi matrimonio. Calcularon que además de mujer cubana era la madre de las dos preciosas niñas que me ha dado y por tanto su miedo se multiplicaría por cuatro, por ella, por mí y por las dos nenas. Fue por ello que al regresar de la conferencia Agua de Vida (23 al 26 de marzo), lo primero que hice, luego de orar, fue tratar de concientizarla al respecto, ya que, como decimos en cubano –guerra avisada no mata soldado. En dicha reunión yo había cometido el atrevimiento imperdonable de lamentar en declaración pública la evitable muerte de Orlando Zapata Tamayo y de llamar la atención sobre la otra posible muerte, también evitable –como gracias a Dios logró impedirse- de Guillermo Fariñas. Mis palabras, escuetas y moderadas nacían no de una posición política determinada sino de la conciencia bautista arraigada en mí desde niño, y por cierto, muy a tono con los cuatro objetivos fundamentales de la Alianza Bautista Mundial que auspiciaba la Conferencia: EVANGELIZACIÓN, UNIDAD DE SUS MIEMBROS, AYUDA A LOS NECESITADOS Y DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Aún cuando traté de concientizar en lo posible a Yoa me era una tarea difícil que comprendiera la realidad de mis palabras, a ella le pareció más bien que yo había regresado de La Habana con complejo de persecución y cierta dosis de neurosis. Entonces comenzaron a sobrevenir los hechos para convencerla, solo que de los sitios más sorprendentes. Apenas dos semanas después, el viernes 9 de abril, al atardecer, recibimos la inesperada visita de dos notables líderes de nuestra Convención que a su vez venían bien frescos de una sorpresiva cita que le realizara el día anterior la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. En dicho encuentro —tan repentino como la visita que ellos nos realizaran— las autoridades políticas del país les dieron a conocer su oposición a nuestro posible traslado a la Iglesia Bautista de Bejucal, en la comunidad rural donde servimos se nos había tolerado pero allá se les agotaría la paciencia. El resto de la conversación estuvo dirigido al PELIGRO al que yo desconsideradamente estaba sometiendo a mi familia.
En aquel momento mi esposa no podía percatarse que la situación acerca de la cual yo había tratado de alertarla ya estaba en movimiento. La invitación a Bejucal estaba en pie desde diciembre del 2009. En enero habíamos participado allí de una inolvidable campaña de evangelismo en la que se había puesto en evidencia que existía química entre nosotros y dicha Iglesia. Yo pedía más tiempo para orar y decidir, pero a mi esposa y a las niñas les encantó la posibilidad de realizar el cambio. Ellas literalmente soñaban con el traslado.
(Foto de la Izquierda, El Pastor Mario Felix Lleonarto y su familia)
Yo no dudo que nuestros representantes denominacionales hayan venido con las mejores intenciones del mundo y de que portaran auténtica preocupación por nosotros, ellos son nuestros hermanos y nadie logrará que perdamos de vista donde realmente se encuentra el enemigo, eso nos queda claro; pero evidentemente como buenos cubanos al fin y al cabo también tenían miedo y sin darse cuenta estaban siendo usados por la camarilla de la oficina de Asuntos Religiosos, la mano política del Partido Comunista de Cuba especializada en manipular y entrometerse en los asuntos de las iglesias cubanas que tienen el privilegio de pertenecer a la selecta lista del Registro de Asociaciones. Mi esposa se sintió en confianza ante ellos y dio rienda suelta a su instinto común y a su miedo. Fue su primera reacción. Y este era el objetivo, más aún, que mi hogar se dividiera o destruyera. Allí mismo me dirigí a mis líderes para asegurarles algo: ellos habían sido testigos de la vulnerabilidad de una mujer y de una madre que veía amenazados el futuro y la seguridad de sus niñas y el suyo propio; pero que cuando ellos se marcharan comenzarían a actuar su amor a mí, probado ya sobradamente, y su confianza en la protección divina, que es algo también más que probado y sobreasegurado. De la misma manera que mis líderes deben recordar las lágrimas de mi esposa y la intranquilidad de mis niñas que sin darse cuenta les habían mandado a recoger, recordarán también la tranquilidad y la seguridad con que les afirmé que nadie lograría destruir a mi familia.
Pues bien, ya han pasado meses suficientes, durante todo este tiempo y a partir de aquella noche mi esposa comprendió la realidad de mis vaticinantes palabras. Los negros propósitos de la «Oficina» no han tenido lugar: ni mi Eva me amordazó, ni se rompió mi matrimonio. Aquí estamos juntos como un desafío más contra este mal gobierno. Porque como dije a esos hermanos que me visitaron: si ustedes hubieran venido a convencerme a mí con argumentos sólidos de que yo estaba mal juzgando a un buen gobierno, tal vez hubiesen conseguido algo en modificar mi firme posición profética; pero si han venido para pasarme el mensaje de que al resto de las atrocidades ya notorias al mundo entero estos pistoleros que han tomado el dominio de un país a su antojo, amenazan también la integridad física o psicológica de un par de hermosas niñas y de una inofensiva mujer, todo a cambio de unas simples y mesuradas palabras, entonces, lamentablemente, yo estaba en lo cierto, pero que como ahora la guerra es en contra de mi propia familia, esa que Dios me ha asignado primordialmente para defender y sostener, ahora ya no habrá retroceso.
Es más, aprovecho este espacio para agradecer a la «Oficina» por ayudarme a fortalecer a mi familia y unirnos mucho más, distamos mucho todavía de una entidad perfecta, pero algo puedo asegurar, sus amenazas trasmitidas utilizando a nuestros preocupados hermanos solo han conseguido que ahora estemos más fuertes que ayer y que nuestro amor haya crecido ante la tribulación y las dificultades.
Pero ahí no queda todo, la «Oficina» ha conseguido mucho más, y es el hecho fascinante de que mi esposa también, hoy por hoy, en un proceso de maduración donde ellos han tenido buena parte, haya radicalizado también su conciencia cívico-cristiana y a partir de ahora tendrán también que soportar o destruir junto a la mía su voz alzada. AQUÍ LA TIENEN. Nuevamente sus cañones, cada vez más herrumbrientos y comidos de salitre como los de La Cabaña, han fallado. Veamos ahora que otra malévola estrategia adoptan. AQUÍ ESTAMOS.
*Pastor Bautista, trabaja para la Convención Bautista de Cuba Occidental. Iglesia Bautista de Taguayabón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy orgullosamente la hermana de sangre de este humilde pastor que ha mostrado ante todos poseer una grandeza intelectual y espiritual que lo hace capaz de ver mas alla de lo que su govierno tanto de su pais como el de su denominacion eclesiastica le tienen permitido.Yo estoy aqui para apoyarlo como hermana en Cristo que soy ademas.Se que a diferencia de Mario tengo el privilegio de ser ciudadana de Los Estados Unidos de America y desde aqui puedo alzar mi voz y letra sin represion y a la vez me duele no poder estar junto a ellos y ser parte directa en esta lucha por llevar a Cuba la paz de Jesucristo que es la mas eficaz para que se ejersan los derechos humanos con justicia y equidad. Se ademas que el mundo no cuenta todavia con una nacion con governantes cristianos con un coazon de acuredo al corazon de Dios como lo fue Salomon y otros reyes del pueblo de Israel en otro tiempo; pero quiza ya Dios tenga preparado a un hombre asi para hacerlo en un futuro no muy lejano y ese hombre contaria con personas como Mario Felix y otros pastores y hermanos que Dios sabe que estan en una situacion parecida a la de el que han alzado sus voces en revistas, libros y redes de internet para no callarse ante las injusticias de la sociedad en la que viven y Dios les ha puesto con un proposito y aunque son los que mas represion estan recibiendo y carencias y abandono; su labor no sera en vano pues Cristo lleva su bandera!

buscando una nacion justa dijo...

Soy nuevamente Mirka Lleonart,hermana de Mario, y recien he avierto mi propio blog para apoyarlo mejor y me llenaria de gozo ver los comentarios de otros hermanos y amigos de el apoyandole y animandolo con palabras de aliento y consuelo en estos dificiles momentos que Mario Felix atravieza junto a su esposa e hijas. Te queremos Mario y estamos muy orgullosos de ti por tu valentia y por cuan brillante eres; pero se que la gloria se la dejas para Dios y el es quien te bendice y sostiene en pie!

Religion en Revolucion Blog dijo...

El Pastor Lleonart como otros pastores han encontrado en este Blog una via para dar a conocer sus puntos de vistas.
Este es el animo de este Blog , servir a los que no tienen voz en Cuba.
Si se revisa el Blog podran ver que desde su aparicion ha dado cavida a todas las informaciones provenientes de Cuba.