Por: Abel Mirabal.
Tengo cuarenta y tantos y llevo media vida esperando por las promesas que me inventé de niño y las que me hicieron de joven; pero nada, todo en reversa y a más tiempo que pase, más y mayores sacrificios serán demandados a mi pueblo por este gobierno embustero.
La Revolución fue levantada sobre los rieles del Programa del Moncada, las promesas de la defensa-proclama denominada “La Historia me Absolverá” de la que hoy solo se ha cumplido, si acaso, una de las promesas hechas al pueblo.
Con el descarrilamiento del tren militar en Santa Clara se cortaron esos rieles y el tren de nuestra República sucumbió ante los intereses de la pareja de hermanos. Ahora, golpizas reiteradas a mujeres, un pueblo que prefiere el mar turbulento lleno de escualos hambrientos a vivir y trabajar en su tierra, una nación viuda que se hunde en el fango de la ignominia mas burlesca, un pueblo que llora sus muertos en silencio y palpa la cesación de ser enterrado vivo y sin juicio.
Clamemos hoy hermanos por el juicio de Jehová, si nuestro pueblo es culpable de pecado mortal, morirá y desaparecerá la nación pues la ira de Dios vendrá sobre nosotros. Pero: ¡Y si no es así!:
(Justicia de los ciudadanos)
Proverbios 16:12 Abominación es a los reyes hacer impiedad, porque con justicia será afirmado el trono.
(Patriotismo)
2 Samuel 10:12 Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere.
(Corrupción social y política)
Isaías 59:14 Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir.
El fin de la historia actual según Pablo:
2 Timoteo 3: 1-5 También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
Sobran hermanos mis vanas palabras, hoy El ha proveído, desde el espíritu, el ayuno, solo falta nuestra oración de corazón limpio; entonces papito: Si tú estás con nosotros, ¿quién contra nosotros?
Dios bendiga nuestra República.
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