Por: Pastor: José Enrique Pérez.*
El pasado 4 de abril, en la nota informativa No. 4, por la Campaña “50 Días de Oración por Cuba”, pedimos sabiduría de Dios para tratar de orientar a nuestra sociedad sobre el tema de la “preferencia sexual”.
Lo limitado de nuestro clamor, y lo bajo de nuestra voz, no nos impide dejar de decir lo que de la Palabra de Dios hemos aprendido.
Declaramos en aquel escrito “Es urgente dar a conocer a nuestra nación las consecuencias que deberá pagar como resultado de este “extravío”.
Permítanme ahondar un poco más en las consecuencias históricas sobre nuestra nación al desobedecer la ley de Dios:
El divorcio fue establecido en Cuba tempranamente, en 1918. Incluso fue reconocido en la Constitución de 1940. La acción del divorcio se regula a través del Código de Familia. En 1994, por cada 100 matrimonios hubo 48,4 divorcios. En 1995, hubo 57,4 por cada 100 uniones. En los años 1996, 97 y 98 las cifras fueron de 63,4, 67,6 y 61,3, respectivamente. Mas la cifra se relanzó en ascenso, pues en 1999 hubo 69,9 disoluciones de matrimonio por cada 100 uniones.
La acción de desobedecer a Dios al quebrantar el mandato “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Mateo 19:6), ha traído para la familia cubana múltiples desgracias. Quizás la mayor de ella ha sido el daño que hemos hecho a nuestros hijos, al obligarlos a vivir separados de uno de sus progenitores. Nosotros los pastores como pocos, conocemos las heridas tan grandes que esta acción genera en la familia.
¿No se deberá a esta infracción de la ley de Dios, el alto índice de suicidios que tiene nuestra nación? Porque quiero que sepas que a la vez de tener uno de los primeros lugares mundiales en divorcios, también lo tenemos en suicidios.
En Cuba, fue legalizado el aborto en 1965. El Perfil Estadístico de la Mujer Cubana, publicado en 2000 por la gubernamental Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), reveló que entre 1968 y 1996 se registraron 5,6 millones de nacidos vivos y se realizaron unos 3,2 millones de abortos. Actualmente, se realizan unos 100 mil abortos anuales en Cuba. Somos el país con el mayor índice de abortos en el mundo; pero también el país de América Latina con menor índice de crecimiento demográfico.
El actual envejecimiento que vive la población cubana, “exige el aumento de los gastos de la Seguridad y la Asistencia Sociales, de los servicios médicos y la atención especializada a los ancianos. Ello plantea retos aun mayores y más difíciles a la sociedad”. (Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), Departamento de Estudios sobre Familia).
La Biblia prohíbe matar. (Éxodo 20:13). La Biblia relata que en el embrión están codificadas todas las cosas que Dios tiene planificadas para la nueva vida: “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas sin faltar una de ellas”. (Salmo 139:16) “El aborto es un asesinato en las entrañas...”
Tal vez nuestra población no estaría frente a una crisis de envejecimiento como la que hoy vive, si los 3,2 millones de niños que debían haber nacido entre 1968 y 1996, no hubiesen sido “asesinados”.
Para este tiempo se pretende modificar el código de familia respecto al matrimonio, tratando de cambiar: “El matrimonio es un acto voluntario entre un hombre y una mujer que se unen para hacer vida en común (Art. 2)”, por “el matrimonio es un acto voluntario entre dos personas”. Ya en el '75 se pretendía algo así, sin embargo no prosperó, porque el consenso popular no aceptó estas cosas. Hoy se trabaja intensamente para que esto se logre. Al hacerlo nos opondríamos a lo establecido por Dios: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?” (Mateo 19:4-5)
Como toda desobediencia a la ley de Dios, nuevos daños traeremos a nuestra sociedad, de modificar el código de familia respecto al matrimonio.
*Pastor Iglesia Bautista “Betel” de Vueltas. Villa C lara. Cuba.
El pasado 4 de abril, en la nota informativa No. 4, por la Campaña “50 Días de Oración por Cuba”, pedimos sabiduría de Dios para tratar de orientar a nuestra sociedad sobre el tema de la “preferencia sexual”.
Lo limitado de nuestro clamor, y lo bajo de nuestra voz, no nos impide dejar de decir lo que de la Palabra de Dios hemos aprendido.
Declaramos en aquel escrito “Es urgente dar a conocer a nuestra nación las consecuencias que deberá pagar como resultado de este “extravío”.
Permítanme ahondar un poco más en las consecuencias históricas sobre nuestra nación al desobedecer la ley de Dios:
El divorcio fue establecido en Cuba tempranamente, en 1918. Incluso fue reconocido en la Constitución de 1940. La acción del divorcio se regula a través del Código de Familia. En 1994, por cada 100 matrimonios hubo 48,4 divorcios. En 1995, hubo 57,4 por cada 100 uniones. En los años 1996, 97 y 98 las cifras fueron de 63,4, 67,6 y 61,3, respectivamente. Mas la cifra se relanzó en ascenso, pues en 1999 hubo 69,9 disoluciones de matrimonio por cada 100 uniones.
La acción de desobedecer a Dios al quebrantar el mandato “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (Mateo 19:6), ha traído para la familia cubana múltiples desgracias. Quizás la mayor de ella ha sido el daño que hemos hecho a nuestros hijos, al obligarlos a vivir separados de uno de sus progenitores. Nosotros los pastores como pocos, conocemos las heridas tan grandes que esta acción genera en la familia.
¿No se deberá a esta infracción de la ley de Dios, el alto índice de suicidios que tiene nuestra nación? Porque quiero que sepas que a la vez de tener uno de los primeros lugares mundiales en divorcios, también lo tenemos en suicidios.
En Cuba, fue legalizado el aborto en 1965. El Perfil Estadístico de la Mujer Cubana, publicado en 2000 por la gubernamental Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), reveló que entre 1968 y 1996 se registraron 5,6 millones de nacidos vivos y se realizaron unos 3,2 millones de abortos. Actualmente, se realizan unos 100 mil abortos anuales en Cuba. Somos el país con el mayor índice de abortos en el mundo; pero también el país de América Latina con menor índice de crecimiento demográfico.
El actual envejecimiento que vive la población cubana, “exige el aumento de los gastos de la Seguridad y la Asistencia Sociales, de los servicios médicos y la atención especializada a los ancianos. Ello plantea retos aun mayores y más difíciles a la sociedad”. (Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), Departamento de Estudios sobre Familia).
La Biblia prohíbe matar. (Éxodo 20:13). La Biblia relata que en el embrión están codificadas todas las cosas que Dios tiene planificadas para la nueva vida: “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas sin faltar una de ellas”. (Salmo 139:16) “El aborto es un asesinato en las entrañas...”
Tal vez nuestra población no estaría frente a una crisis de envejecimiento como la que hoy vive, si los 3,2 millones de niños que debían haber nacido entre 1968 y 1996, no hubiesen sido “asesinados”.
Para este tiempo se pretende modificar el código de familia respecto al matrimonio, tratando de cambiar: “El matrimonio es un acto voluntario entre un hombre y una mujer que se unen para hacer vida en común (Art. 2)”, por “el matrimonio es un acto voluntario entre dos personas”. Ya en el '75 se pretendía algo así, sin embargo no prosperó, porque el consenso popular no aceptó estas cosas. Hoy se trabaja intensamente para que esto se logre. Al hacerlo nos opondríamos a lo establecido por Dios: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?” (Mateo 19:4-5)
Como toda desobediencia a la ley de Dios, nuevos daños traeremos a nuestra sociedad, de modificar el código de familia respecto al matrimonio.
*Pastor Iglesia Bautista “Betel” de Vueltas. Villa C lara. Cuba.
2 comentarios:
Muy buen Blog, Nuestros Saludos y Felicitaciones.
Los agregamosa nuestros links
Un gran Abrazo Republicano
Movimiento Argenlibre
Muy buen artículo que ayuda a entender un poquito la especial y sui generis perspectiva de vivir que tienen los cubanos, sobre todo en temas tan sensibles como el divorcio y el aborto.
Soy un cristiano chileno que pronto se casará con una cubana que recibió a Cristo como su Salvador Personal hace poquito tiempo.
Bendiciones.
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