Por: María Ileana Faguaga Iglesias.*
La Habana.- En la mañana de este viernes 4 de abril, en la céntrica esquina de 23 y F, en el Vedado, fue conmemorado en La Habana el 40 Aniversario del asesinato del Dr. Martin Luther King, Jr., pastor bautista afro estadounidense y el líder más relevante de la lucha pacífica por la reivindicación de los derechos civiles de su pueblo, durante los años ’60 del pasado siglo XX.
Con la presencia de representantes del Consejo de Iglesias de Cuba, de la Dra. Caridad Diego ---diputada nacional y jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba---, de representantes del Departamento de América de esa institución partidista, del Departamento de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), de miembros de otras Iglesias y religiones, y de algunos estudiosos, tuvo lugar la evocación del Dr. King, mientras cuatro jóvenes estudiantes de la academia de artes plásticas “San Alejandro”, empleaban la técnica del carboncillo para dejar plasmada la figura del religioso.
Martin Luther King, Jr., cuyo protagonismo en la lucha por los derechos civiles va entrelazado con igual posición en la lucha contra la discriminación racial ---una y otra iban/van, en toda Afroamérica, unidas---, rebasó en significación sus límites de origen territorial ---donde por su importancia es la única persona a la que se dedica una jornada anual---, religioso, político, racial, instituyéndose entre las personalidades de mayor relevancia mundial.
Mientras en la mañana del viernes los cuartetos Voces Negras y Catarsis le dedicaban negros spirituals, llegaba a su jornada de clausura el VII Congreso de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), que durante sus cuatro días de sesiones (del 1ro. al 4 de abril) tuvo entre sus temas de debate la marginalidad y el racismo, ambos presentes en la sociedad cubana a pesar de tener un sistema social surgido de una revolución nacional, de carácter socialista, que creyó haberlos eliminado por decreto, para cuatro décadas después comprobar que estaban/están ahí, reproduciéndose, y que es preciso enfrentarlos con planes estratégicos.
Algo que ya sabían los jóvenes raperos, en La Habana como en Nueva York, quienes en la impetuosidad juvenil expresan mayores afinidades por el también líder afro estadounidense Malcom X, coincidente en el tiempo con el pastor bautista, pero que empleó una estrategia más radicalmente belicosa que aquel.
En palabras en las que pudieron algunos interpretar cierto trasfondo anticatólico ---en momentos en los que las autoridades políticas del país y las de la Iglesia católico-romana muestran muchos elementos de sintonía, y recién finalizada la visita del Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de la Santa Sede (febrero del 2008)---, el pastor bautista y diputado nacional Raúl Suárez, Director fundador del Centro Memorial Martin Luther King, Jr. ---que tuvo a su cargo el discurso conmemorativo---, expresó: “hoy celebramos no su muerte, porque nosotros los cristianos ¡¡protestantes!! y ¡evangélicos! no rendimos culto a la muerte. ¡Nuestro Cristo no es un Cristo derrotado en la cruz! ¡Ni lo paseamos! El Cristo nuestro es un Cristo que ¡vive! ¡y lucha! junto a todos los que luchan por la igualdad y la justicia social de nuestros pueblos. No rendimos culto a la muerte ¡sino a la vida! Porque hoy el es más ¡vivo! que nunca”.
En el mes de enero, la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana había conmemorado, en acto igualmente sencillo, pero íntimo, el nacimiento del reverendo King. En esa ocasión, funcionarios del cuerpo diplomático acreditado en la Isla, opositores cubanos y algunos estudiosos participaron de una sobria velada en la que se proyectó un video con momentos significativos de la activa vida cívica del Dr. King, incluida su marcha hacia Washington.
Febrero, “Mes de la Africanía” en el cercano país, de hermano pueblo, tradiciones históricas y culturales compartidas, y gobierno divergente, también fue motivo de convocatoria a celebración por su sede diplomática. En una noche fresca y con concurrida participación, se escucharon poemas, jazz latino y música para los orixas, excelentemente bailada por una joven negra española, aunque muchos creyeron que era cubana.
Hace más de cuatro décadas (28 de agosto de 1963), ante el monumento a Abraham Lincoln, en Washington, había dicho Martin Luther King, Jr.: “Y, si América debe ser una gran nación, que eso se haga verdad”. Lo que no podría suceder mientras no fueran reconocidos y puestos en práctica los derechos de parte de su población. A inicios del Siglo XXI, Estados Unidos de América, como el resto del mundo con población afro descendiente, tiene pendiente al menos parte su deuda con esta.
Durante el VI Congreso de la UNEAC (1998), el entonces presidente cubano Fidel Castro Ruz, ante intervenciones de los delegados en las que explicitaban sus preocupaciones por el racismo en la sociedad cubana, se refirió a la necesidad de hacer al respecto “un análisis verdaderamente profundo”. Transcurridos 10 años, continúa el tema continúa vigente. Se ha tardado 100 años para por primera vez recordar la creación del Partido de los Independientes de Color, ilegalizado, masacrados sus miembros que se levantaron en armas y prácticamente silenciado en la historia nacional. En el presente Congreso se supo de la creación de un grupo de trabajo adscrito al Comité Central del Partido, para ampliar y socializar las acciones tendientes a enfrentar la discriminación racial.
Tras cuarenta años del asesinato del reverendo, la política estadounidense no ha cumplido el sueño de King, según el senador Barack Obama. "En vez de tener una política que cumpla con el pedido de unidad del doctor King, tuvimos una política que ha usado la raza para separarnos", ha dicho quien pudiera convertirse en el primer presidente afro estadounidense (demócrata), y que ya ha sido entre los de su raza el que más ha conseguido avanzar en la estructura política de su país.
“No, no, no estaremos satisfechos ni nunca lo estaremos, hasta que el derecho corra como el agua, y la justicia como un torrente que no se agota”. El enfático juicio del Dr. King en su ya histórico discurso de Washington, ante 250 mil personas ---unas 70 mil eran blancas, porque el racismo es asunto de todos y todas---, sigue vigente, en su país, en el nuestro, en cualquier espacio físico en que se manifiesten las discriminaciones ---raciales u otras---, que siempre fragmentan, segmentan, atomizan, enturbian, inquietan y disgustan.
* Antropóloga e Historiadora. Directora del Programa de Diálogo Intercultural e Interreligioso de CEHILA – Cuba (Capítulo cubano de la Comisión para el Estudio de la Historia de la Iglesia en Latinoamérica) E-mail: mifi39@yahoo.es , monitorhavana@enet.cu
La Habana.- En la mañana de este viernes 4 de abril, en la céntrica esquina de 23 y F, en el Vedado, fue conmemorado en La Habana el 40 Aniversario del asesinato del Dr. Martin Luther King, Jr., pastor bautista afro estadounidense y el líder más relevante de la lucha pacífica por la reivindicación de los derechos civiles de su pueblo, durante los años ’60 del pasado siglo XX.
Con la presencia de representantes del Consejo de Iglesias de Cuba, de la Dra. Caridad Diego ---diputada nacional y jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba---, de representantes del Departamento de América de esa institución partidista, del Departamento de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), de miembros de otras Iglesias y religiones, y de algunos estudiosos, tuvo lugar la evocación del Dr. King, mientras cuatro jóvenes estudiantes de la academia de artes plásticas “San Alejandro”, empleaban la técnica del carboncillo para dejar plasmada la figura del religioso.
Martin Luther King, Jr., cuyo protagonismo en la lucha por los derechos civiles va entrelazado con igual posición en la lucha contra la discriminación racial ---una y otra iban/van, en toda Afroamérica, unidas---, rebasó en significación sus límites de origen territorial ---donde por su importancia es la única persona a la que se dedica una jornada anual---, religioso, político, racial, instituyéndose entre las personalidades de mayor relevancia mundial.
Mientras en la mañana del viernes los cuartetos Voces Negras y Catarsis le dedicaban negros spirituals, llegaba a su jornada de clausura el VII Congreso de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), que durante sus cuatro días de sesiones (del 1ro. al 4 de abril) tuvo entre sus temas de debate la marginalidad y el racismo, ambos presentes en la sociedad cubana a pesar de tener un sistema social surgido de una revolución nacional, de carácter socialista, que creyó haberlos eliminado por decreto, para cuatro décadas después comprobar que estaban/están ahí, reproduciéndose, y que es preciso enfrentarlos con planes estratégicos.
Algo que ya sabían los jóvenes raperos, en La Habana como en Nueva York, quienes en la impetuosidad juvenil expresan mayores afinidades por el también líder afro estadounidense Malcom X, coincidente en el tiempo con el pastor bautista, pero que empleó una estrategia más radicalmente belicosa que aquel.
En palabras en las que pudieron algunos interpretar cierto trasfondo anticatólico ---en momentos en los que las autoridades políticas del país y las de la Iglesia católico-romana muestran muchos elementos de sintonía, y recién finalizada la visita del Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado de la Santa Sede (febrero del 2008)---, el pastor bautista y diputado nacional Raúl Suárez, Director fundador del Centro Memorial Martin Luther King, Jr. ---que tuvo a su cargo el discurso conmemorativo---, expresó: “hoy celebramos no su muerte, porque nosotros los cristianos ¡¡protestantes!! y ¡evangélicos! no rendimos culto a la muerte. ¡Nuestro Cristo no es un Cristo derrotado en la cruz! ¡Ni lo paseamos! El Cristo nuestro es un Cristo que ¡vive! ¡y lucha! junto a todos los que luchan por la igualdad y la justicia social de nuestros pueblos. No rendimos culto a la muerte ¡sino a la vida! Porque hoy el es más ¡vivo! que nunca”.
En el mes de enero, la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana había conmemorado, en acto igualmente sencillo, pero íntimo, el nacimiento del reverendo King. En esa ocasión, funcionarios del cuerpo diplomático acreditado en la Isla, opositores cubanos y algunos estudiosos participaron de una sobria velada en la que se proyectó un video con momentos significativos de la activa vida cívica del Dr. King, incluida su marcha hacia Washington.
Febrero, “Mes de la Africanía” en el cercano país, de hermano pueblo, tradiciones históricas y culturales compartidas, y gobierno divergente, también fue motivo de convocatoria a celebración por su sede diplomática. En una noche fresca y con concurrida participación, se escucharon poemas, jazz latino y música para los orixas, excelentemente bailada por una joven negra española, aunque muchos creyeron que era cubana.
Hace más de cuatro décadas (28 de agosto de 1963), ante el monumento a Abraham Lincoln, en Washington, había dicho Martin Luther King, Jr.: “Y, si América debe ser una gran nación, que eso se haga verdad”. Lo que no podría suceder mientras no fueran reconocidos y puestos en práctica los derechos de parte de su población. A inicios del Siglo XXI, Estados Unidos de América, como el resto del mundo con población afro descendiente, tiene pendiente al menos parte su deuda con esta.
Durante el VI Congreso de la UNEAC (1998), el entonces presidente cubano Fidel Castro Ruz, ante intervenciones de los delegados en las que explicitaban sus preocupaciones por el racismo en la sociedad cubana, se refirió a la necesidad de hacer al respecto “un análisis verdaderamente profundo”. Transcurridos 10 años, continúa el tema continúa vigente. Se ha tardado 100 años para por primera vez recordar la creación del Partido de los Independientes de Color, ilegalizado, masacrados sus miembros que se levantaron en armas y prácticamente silenciado en la historia nacional. En el presente Congreso se supo de la creación de un grupo de trabajo adscrito al Comité Central del Partido, para ampliar y socializar las acciones tendientes a enfrentar la discriminación racial.
Tras cuarenta años del asesinato del reverendo, la política estadounidense no ha cumplido el sueño de King, según el senador Barack Obama. "En vez de tener una política que cumpla con el pedido de unidad del doctor King, tuvimos una política que ha usado la raza para separarnos", ha dicho quien pudiera convertirse en el primer presidente afro estadounidense (demócrata), y que ya ha sido entre los de su raza el que más ha conseguido avanzar en la estructura política de su país.
“No, no, no estaremos satisfechos ni nunca lo estaremos, hasta que el derecho corra como el agua, y la justicia como un torrente que no se agota”. El enfático juicio del Dr. King en su ya histórico discurso de Washington, ante 250 mil personas ---unas 70 mil eran blancas, porque el racismo es asunto de todos y todas---, sigue vigente, en su país, en el nuestro, en cualquier espacio físico en que se manifiesten las discriminaciones ---raciales u otras---, que siempre fragmentan, segmentan, atomizan, enturbian, inquietan y disgustan.
* Antropóloga e Historiadora. Directora del Programa de Diálogo Intercultural e Interreligioso de CEHILA – Cuba (Capítulo cubano de la Comisión para el Estudio de la Historia de la Iglesia en Latinoamérica) E-mail: mifi39@yahoo.es , monitorhavana@enet.cu
2 comentarios:
Rinden homenaje a Martin Luther King en Báez, Villa Clara
Miembros del Partido Democrático 30 de Noviembre “Frank País” y del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba, rinden homenaje a Martin Luther King, el pasado 4 de abril, en un conversatorio en el que resaltaron sus importantísimas conquistas en los derechos civiles y políticos, no sólo para el pueblo norteamericano sino para toda la humanidad.
Martin Luther King, que se destacó también en la lucha por los derechos de los negros en Estados Unidos, en el 40 aniversario de su muerte fue recordado con admiración, respeto y cariño por los cubanos, y como ejemplo a seguir.
La actividad se efectuó en la vivienda de Luis Silvano Agüero, ubicada en calle Zoila Estrella #32 en Báez, Villa Clara, Cuba.
Centro de información del Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba.
Miembros de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales, FLAMUR, conmemoraron el asesinato del Dr. Martin Luther King un 4 de Abril de 1968, en Memphis, Tennessee.
A cuarenta años de su muerte, Luther King es recordado por su lucha pacífica por los Derechos Civiles para que tanto a los negros como a los blanco se les garantizara los inalienables derechos de la libertad y la igualdad.
“Su acción directa no violenta en los derechos civiles marco un paradigma en la historia de la lucha de la oposición, por eso nos vemos reflejados en el doctor King en nuestra lucha porque se respete los derechos humanos en Cuba”, expresó Julio César Valcarcel Ballester, invitado a esta actividad, el cual es miembro del Partido Republicano de Cuba del Municipio Palma Soriano en Santiago de Cuba.
Este homenaje a Martin Luther King se realizó en la Biblioteca Independiente “Luis Quevedo Remolina”, ubicada en calle Fresneda, No. 210, e/. Millar y Recreo, Municipio Regla, Ciudad de La Habana.
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