Hay un dicho que escuchaba de niño en Cuba que dice: “no
solo Bonachea hace los capiruchos” se refiere a que, hacer tal o más cual
cosa, no solo lo hace Bonachea. Es decir que el mencionado “Bonachea”
es un sujeto muy inquieto…, por así decirlo; pero no es el único que hace el
desplante.
Traigo a colación este dicho, porque recientemente salió una nota periodística
en el conocido sitio de temas cubanos Cibercuba. El autor de la nota reseñaba un libro recién publicado titulado: “Nadie me lo contó” y dice que , “en una ocasión Soto le aseguró
que el cardenal cubano Jaime Ortega y Alamino había sido reclutado por
oficiales del MININT como informante durante su estancia en los campamentos de
las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), en Camagüey, a mediados
de los años 60”.
Esta fue la anotación, dentro del extenso artículo,
que todo indica ha causado no pocos comentarios. Esto llevó al autor a escribir este artículo que hoy sale publicado en la
red.
Una aclaración necesaria: ¿Fue reclutado el Cardenal
Jaime Ortega por la inteligencia cubana?, se pregunta y dice Cancio Isla:
Según el autor del libro, en una de las charlas sostenidas en Miami,
Soto le aseguró que el Cardenal Ortega había sido reclutado como informante del
MININT cuando se encontraba en uno de los campamentos de trabajo forzado de las
llamadas Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), entre 1966 y 1967.
Según se narra en las páginas del libro, "el buen desempeño de
Ortega en función de los intereses del aparato represivo durante los años que
cumplió en la UMAP, le dieron el aval y los créditos suficientes para ser
considerado como una persona confiable. Y le ha valido desde entonces —según
afirmó Hugo Soto— para recibir el apoyo del gobierno cubano en su meteórico
ascenso a las más altas posiciones de la nunciatura católica cubana".
Hay información, no solo con relación a ese aspecto,
concerniente al finado Cardenal Jaime Ortega y Alamino. Hay asuntos que merecen
ser considerados por las profundas
implicaciones que pueden tener no solo en lo relativo a la importancia de la institución
o instituciones que comprometen, como es la iglesia y sus organizaciones afines;
sino también por las víctimas de esta canallesca dedicación a colaborar con un
régimen represor.
Se guardó y se guarda silencio con las implicaciones
de figuras dentro de la iglesia en Cuba (católicos o evangélicos) sobre su
colaboración abierta o encubierta con los órganos de la Seguridad del Estado;
las consecuencias que esto puede tener o han tenido para las víctimas nunca
llegaremos a saberlo.
La iglesia guardó silencio sobre la saga de Manuel
de Jesús Ortega, un sacerdote católico reclutado en 1983 por la Seguridad del
Estado de Cuba para espiar en los medios eclesiásticos y su amiga Raquel
Norbert Téllez que se convirtió en su amante . A pesar de la información existente
nunca se aclaró todo le relativo a este caso.
Sobre este y otros temas hay mucha tela por donde
cortar. Concierne a católicos, evangélicos, masones, santería y sociedades
secretas. También organizaciones religiosas, no gubernamentales e incluso, me
atrevo a incluir algunas organizaciones espejos “opositoras”, que aparecen y
desaparecen con mucha celeridad.
No creo que es necesario documentar la información,
basta con asomarse a los hechos; porque no hay duda de que hay muchas gentes
dentro de la iglesia en Cuba, muchos Bonachea, que hacen los capiruchos
o algo más que los capiruchos.
abril 26, 2021