Cuando los Pastores Adolfo Rodríguez y Noelia
Pereira del ministerio Amor, Precio y Poder en Antón (Vertientes, Camagüey) me
invitaron a dar la Campaña de Milagros, no pasó por mi mente que pudiese
encontrarme con la Música Cubana... en la Iglesia.
No sé los años que hacía que no me acercaba a algo
tan cubano como la tumbadora, el guayo de güira y las claves. Me fui
acostumbrando a adorar a Dios con música foránea y olvidé la voz de mis raíces.
Alabanza DC, grupo musical bautista que interpreta musica cristiana con ritmos de la musica pupular cubana en su presentacion en los EE.UU Observen que incluye maracas, bongo y tumbadoras. |
Pero lo que más me impactó no fue la congregación
que alabó sin miedos, sin restricciones y con las canciones que todos conocemos
adaptadas al ritmo de la percusión autóctona. Ni la poderosa adoración
celestial con sabor a rumba.
Lo que cautivó mi mente fue un hombre de 63 años,
llamado Rolando Rodríguez Almaguer que detrás de la tumbadora me hacía recordar
al Rey David danzando desenfrenadamente ante la presencia de Dios.
Tanto ímpetu le impregnaba a sus movimientos
musicales que sus manos revoloteaban seguras y precisas como un zunzún.
Cuando terminamos acepté la invitación a visitar su
humilde casa; compartimos el abundante café guajiro (cosechado por él) y
conversé con su esposa Ana Elva (18 años de casados). Me hablaron de sus
victorias ministeriales como mentores.
Finalmente hice la pregunta: ¿y la tumbadora? Allí
me contó que siempre tuvo inquietudes musicales y llegó, de joven, a dominar
(empírico) el tres.
He tenido fuerte oposición con la tumbadora... Yo
venía a llorar aquí cuando, en la Pentecostal, me la quitaron. Según su
criterio porque no aceptan mi "toque" que "repica” y
"maromea".
Pero yo sé que no es sólo eso. La raíz se mete en el
miedo de usar lo que el diablo usa; pero ese sonido cubano no es creación del
diablo sino de Dios. No temamos usar para alabar a Dios, lo que Él creó, aunque
el diablo lo haya robado.
Con cierta alegría el pequeño valiente, blanco y
cargado de años, me confesó que el reconocimiento que yo hice de su ministerio
delante de la congregación sirvió para callar muchas voces que todavía
murmuran.
Termino esta crónica con una frase muy suya, pero
que parecería tomada del Rey David, con respecto a la pasión: Me gusta vivir lo que hago para Dios.
*Editor del Semanario digital “Fuego y Dinámica”.
Movimiento apostólico en Cuba. E-mail: ricardoynidiana@nauta.cu
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