mayo 11, 2025

LA “DEIFICACIÓN” DEL HOMBRE

 La «deificación» del hombre.

Mediante la oración del corazón, mediante la gracia de la iluminación, el ser recobra su armonía interior, su unidad. Vuelve la espalda a la dispersión, a la multiplicidad, a la división. El espíritu y el corazón, el alma y el cuerpo, se reconcilian. El hombre recobra su unidad original. Se recubre con la imagen de Dios y la semejanza divina. Es «deificado». La «deificación» (théosis, en griego), es obra, no del hombre, sino de la gracia.

«En primer lugar, la gracia muestra al hombre su pecado, lo hace surgir ante él y, colocando constantemente ante sus ojos ese terrible pecado, lo conduce a juzgarse a sí mismo. Le revela nuestra caída, ese espantoso, profundo y sombrío abismo de perdición donde ha caído nuestra raza por la participación en el pecado de Adán. Luego, poco a poco, otorga una profunda atención y el enternecimiento del corazón en el momento de la oración. Habiendo preparado así el vaso, de una manera súbita, inesperada, inmaterial, toca las partes separadas y éstas se reúnen. ¿Quién es el que ha tocado? Yo no puedo explicarlo. No he visto nada, no he escuchado nada, pero me he visto cambiado; repentinamente me he sentido transformado por el efecto de un poder todopoderoso. El Creador ha actuado, para la restauración, del mismo modo que actuó para la creación. Cuando sus manos tocaron mi ser, la inteligencia, el corazón y el cuerpo se reunieron para construir una unidad total. Luego se sumergieron en Dios y permanecieron allí durante todo el tiempo en que fueron sostenidos por la mano invisible, inasible y todopoderosa». Teófano el Recluso, “El arte de la oración” , “La Filocalia”

Teófanes el Recluso , también conocido como como Teófanes el Eremita.

Nota del Editor del Blog:

Los Padres de la Iglesia, también llamados como Santos Padres, Primeros Padres de la Iglesia o Padres Cristianos, son un grupo de sacerdotes, teólogos y escritores eclesiásticos cristianos, obispos en su mayoría, que van desde el siglo I hasta el siglo VIII, y cuyo conjunto de doctrina es considerado testimonio de la fe y de la ortodoxia en el cristianismo. Para varias ramas del protestantismo, los escritos emanados de la patrística son eminentemente testimoniales, corroborativos en la medida en que se sometan a una sólida exégesis de la Biblia.

[11 de mayo de 2025]

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