A
continuación, la carta firmada por los sacerdotes Alberto Martín Sánchez,
Castor Álvarez Devesa, Alberto Reyes Pías, Rolando Montes de Oca Valero, Lester
Zayas Díaz, Jorge Luis Pérez Soto, Jorge Luis Gil Orta, Fernando Gálvez Luis,
Kenny Fernández Delgado, Ramón Rivas, Danny Roque Gavilla, José Conrado
Rodríguez Alegre y el diácono Maybgl Gómez Hernández.
A las autoridades
civiles y militares.
A los miembros de la Policía Nacional
Revolucionaria.
A los miembros de
la Seguridad del Estado.
A
todos aquellos que en estos días han sido convocados para reprimir la marcha
ciudadana del 15 de noviembre.
Los
que firmamos esta carta somos cubanos, sacerdotes católicos llamados a ser
pastores de nuestro pueblo, que queremos sólo el bien de nuestra patria,
queremos una Cuba donde reinen la justicia, la libertad y la paz.
El
11 de julio miles de cubanos salieron a las calles con un clamor que durante
muchos años fue un grito ahogado: ¡Libertad! Libertad para expresarnos sin ser
reprimidos, para que exista una pluralidad política, para ser protagonistas de
la marcha y el destino de nuestra tierra. Muchos de ellos fueron golpeados,
detenidos, denigrados. Muchos están siendo juzgados y condenados duramente sin
haber hecho el mal.
En
estos momentos el gobierno está haciendo lo imposible para que la población
desista de la manifestación pacífica
programada para el 15 de noviembre. Hay un llamado masivo al enfrentamiento
violento. Hay citaciones y advertencias a muchas personas que han expresado su
adhesión a esta convocatoria. Y no estamos de acuerdo con eso, no queremos
violencia, rechazamos la orden de combate, los palos entregados en los centros
de trabajo, las convocatorias a “ejercicios de defensa”.
No
queremos volver a ver policías golpeando y maltratando a su propio pueblo. No
queremos que se vuelva a derramar sangre, no queremos volver a escuchar
disparos. No, porque ese no es el camino que nos llevará a la Cuba que
necesitamos y que todos deseamos.
No
golpees a los manifestantes porque tanto ustedes como ellos viven entre tanta
escasez y miseria. No los calumnies como mercenarios, porque tanto ustedes como
ellos tienen padres, madres, amigos, conocidos, que lo dieron todo por un ideal
y que hoy no tienen nada. No les impidas marchar pacíficamente porque tanto
ustedes como ellos quieren vivir sin miedo a decir lo que piensan, sin miedo a
ser vigilados, sin miedo a “caer en desgracia”. No arrestes a ningún cubano por
expresarse en paz, por soñar, por sentirse con derecho a vivir en una Cuba de
todos, por sentirse con derecho a participar en su construcción.
No
reprimas, esta marcha es por ellos y es por ustedes.
Cuando
se escriba lo que sucedió el 15 de noviembre, sólo habrá dos alternativas:
hablar de aquellos que fueron convocados a golpear y reprimir, pero decidieron
proteger y cuidar a sus compatriotas; o se cuente cómo golpeaste a tu hermano y
cómo reprimiste a aquel que estaba reclamando lo que otros muchos añoran.
Les
pedimos que sigan siempre la voz de sus conciencias, esa voz que nos dice que
el camino no es ni la intolerancia ni la represión. Hazlo por Cuba, por ti, por
tus hijos. Este 15N elige el respeto, el cuidado, la paz, y no aceptes ninguna
invitación a la violencia.
Todos
somos cubanos, todos hermanos. Demos ejemplo al mundo diciendo sí a la paz, a
la libertad y al civismo.
Que
la Virgen de la Caridad del Cobre, Madre y Patrona de todos los cubanos,
interceda por nosotros ante su Hijo Jesucristo; Él es nuestra paz. A sus pies
encomendamos los esfuerzos y anhelos de los que sueñan y trabajan por una Cuba
de todos, con todos y para todos.
noviembre
10, 2021
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