El comunismo bestializa a los hombres y los hace capaces de las mayores canalladas.
Teresita Saavedra Pérez se llamaba una joven cubana de
24 años. Se había educado en el Colegio de Santa Teresita, de Sancti Spíritus,
provincia de Las Villas. Era hija de un herrero, José María Saavedra.
Pertenecía Teresita a la Agrupación de Estudiantes Católicos
de la Parroquia de La Caridad y trabajaba en una modesta oficina del pueblo. Su
condición de militante católica la empujó a trabajar contra el comunismo que
azota Cuba. Hacia labores de poca importancia: esconder personas y llevar
recados.
El jefe del G-2[1]
en Sancti Spíritus, Bernardo
Arias Castillo, sospecho de Teresita. Ordenó a uno de sus agentes que
la enamorara. Este se hizo novio de ella
después de muchos meses de halagos y promesas. Ha mediados del mes de diciembre
pasado el propio Bernardo Arias Castillo la sacó detenida de su casa.
La llevaron a Santa Clara y la incomunicaron varios días.
Después regresó a su casa. Teresita contó
a su padre que, en Santa Clara, en las oficinas del G-2, la desnudaron frente a
su novio. La habían maltratado y vejado.
Además, le dieron Pentotal para atontarla, violarla y hacerla hablar. Ella no sabía
lo que había dicho y apenas que había ocurrido.
A los pocos días
volvió el jefe del G-2. Teresita, aterrorizada. Corrió a su habitación, se roció
alcohol y se dio fuego mientras gritaba que nunca la volverían a torturar. Moribunda, acudió a
confesarla el Padre Gratiano de la Congregación de los Padres Carmelitas y ella
le suplico al sacerdote que huyera, que lo
iban a detener.
Teresita murió. Miles de personas fueron detrás de su ataúd
por las Calles de Sancti Spíritus.
Los hombres sin moral habían cumplido su misión. No
importan los medios, para llegar al fin.
Enero de 1961.
Fuente: “Diario de una traición, 1961” de Leovigildo
Ruiz. Páginas 9 y 10. 30 junio 1972. Acceso en: http://www.latinamericanstudies.org/book/Diario-Traicion-1961.pdf
Información relacionada:
[1] La Dirección de Inteligencia, DI, o G2 ―anteriormente conocida como Dirección General de Inteligencia o DGI― es el principal organismo estatal de inteligencia del
Gobierno de Cuba.
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