En su momento el documento: “Cuba, su Pueblo y su Iglesia de cara al comienzo del Tercer Mileno”, material de trabajo que sirvió para un encuentro de presbíteros de las Diócesis de Santiago de Cuba, Holguín, Bayamo-Manzanillo y Guantánamo; constituyó un texto revelador de las evaluaciones de este grupo de religiosos que optaron por la verdad, superando los temores.
Ellos se preguntaron, a un año y medio de la visita del Papa a Cuba: ¿Dónde estamos y qué conseguimos con la visita del Papa a nuestro país? La respuesta es: NADA. Pero más aún estos sacerdotes, desafiaron al régimen y a la jerarquía católica. Cuando esto ocurrió, el Cardenal fue llamado para un largo interrogatorio de más de 4 horas. La cobardía se acentuó.
Hoy a 10 años de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, la respuesta sigue siendo la misma: Estamos en las mismas, nada se ha conseguido.
En aquel documento*, que aún hoy tiene plena vigencia, los sacerdotes señalaron lo siguiente:
En los días previos a la visita del Papa a Cuba todo el mundo esperaba algo. La Iglesia, mayores espacios para realizar su misión; los presos, la libertad; las amas de casa, que se les diera mas comida; el pueblo, que se le resuelvan sus problemas. Pero también se sospechaban que esas enormes expectativas no serían satisfechas con la visita papal. Ahora bien, año y medio después de esa histórica visita papal a Cuba, sí podemos preguntarnos: ¿Dónde estamos y qué conseguimos con la visita del Papa a nuestro país? A eso pretendemos responder con las siguientes reflexiones.
Todas las expectativas generadas, "las objetivas" y las fantásticas, encontraron eco y encarnación en una frase que, para muchos, sintetizó y concretó el mensaje del Pontífice a Cuba y a los cubanos: "Cuba debe abrirse al mundo, el mundo debe abrirse a Cuba" (1). La frase resultaba certera, pues se refería al doble bloqueo que padece la población cubana; el interno, impuesto por el sistema comunista, y el externo, que se sintetiza en el embargo comercial a la Isla. Para los que sólo afirman la importancia del primero, el problema de Cuba se resuelve a partir del cambio interno, con la evolución, transformación o disolución del actual sistema. Para los que culpan de todo al bloqueo externo, con su levantamiento (decisión que depende de un gobierno foráneo) se alcanzaría la solución del actual y dificilísimo estado de la nación.
Bastaría una mirada desapasionada y objetiva para descubrir que nuestros problemas son de tal calibre que involucran decisiones internas y externas, personales y colectivas, de dentro y de fuera de Cuba. El Papa lanzó esa mirada y sintetizó la situación en esta doble apertura: de Cuba al mundo y del mundo a Cuba.
……………..
La situación que ha caracterizado el desarrollo de los últimos 40 años de evolución socioeconómica y cultural de Cuba, se sintetiza en un nombre: totalitarismo. Los comunistas cubanos no inventaron el sistema totalitario, sencillamente adaptaron su versión marxista-leninista y se "beneficiaron" de la larga experiencia existente al respecto. Al enfrentarse a los EE.UU., la vecina superpotencia de la Guerra Fría, la única puerta que quedaba abierta al gobierno cubano era la de una alianza estratégica con el bloque contrario a los americanos: el Oriental, liderado por la Unión Soviética. De ese modo, la existencia y supervivencia del proyecto cubano quedaba irremediablemente ligada al así llamado "socialismo real" y a sus métodos de acción.
El totalitarismo adopta y aplica permanentemente las formas de reaccionar típicas de la guerra: "El hábito de la violencia, la simplicidad de las pasiones extremas, la sumisión del individuo a la colectividad". Consigue, así, el máximo sentimiento de solidaridad, por miedo al peligro común, el igualitarismo inducido, la unidad sin fisuras y la necesidad de una acción dirigida y controlada por un jefe. La sociedad totalitaria exhibe una rara mezcla de fraternidad y ferocidad... Se ha podido decir que "este culto a la violencia como medio y como fin, hace del totalitarismo un pariente cercano del gansterismo político, con su aguda percepción de la oportunidad".
Usted puede leer el documento completo haciendo CLIC AQUÍ
*Este documento titulado "Cuba su Pueblo y su Iglesia de Cara al comienzo del Tercer Milenio", fue elaborado durante una reunión que celebraron a principios de julio de 1999, en el Santuario Nacional de El Cobre, los 50 sacerdotes de las cuatro diócesis orientales.
Ellos se preguntaron, a un año y medio de la visita del Papa a Cuba: ¿Dónde estamos y qué conseguimos con la visita del Papa a nuestro país? La respuesta es: NADA. Pero más aún estos sacerdotes, desafiaron al régimen y a la jerarquía católica. Cuando esto ocurrió, el Cardenal fue llamado para un largo interrogatorio de más de 4 horas. La cobardía se acentuó.
Hoy a 10 años de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, la respuesta sigue siendo la misma: Estamos en las mismas, nada se ha conseguido.
En aquel documento*, que aún hoy tiene plena vigencia, los sacerdotes señalaron lo siguiente:
En los días previos a la visita del Papa a Cuba todo el mundo esperaba algo. La Iglesia, mayores espacios para realizar su misión; los presos, la libertad; las amas de casa, que se les diera mas comida; el pueblo, que se le resuelvan sus problemas. Pero también se sospechaban que esas enormes expectativas no serían satisfechas con la visita papal. Ahora bien, año y medio después de esa histórica visita papal a Cuba, sí podemos preguntarnos: ¿Dónde estamos y qué conseguimos con la visita del Papa a nuestro país? A eso pretendemos responder con las siguientes reflexiones.
Todas las expectativas generadas, "las objetivas" y las fantásticas, encontraron eco y encarnación en una frase que, para muchos, sintetizó y concretó el mensaje del Pontífice a Cuba y a los cubanos: "Cuba debe abrirse al mundo, el mundo debe abrirse a Cuba" (1). La frase resultaba certera, pues se refería al doble bloqueo que padece la población cubana; el interno, impuesto por el sistema comunista, y el externo, que se sintetiza en el embargo comercial a la Isla. Para los que sólo afirman la importancia del primero, el problema de Cuba se resuelve a partir del cambio interno, con la evolución, transformación o disolución del actual sistema. Para los que culpan de todo al bloqueo externo, con su levantamiento (decisión que depende de un gobierno foráneo) se alcanzaría la solución del actual y dificilísimo estado de la nación.
Bastaría una mirada desapasionada y objetiva para descubrir que nuestros problemas son de tal calibre que involucran decisiones internas y externas, personales y colectivas, de dentro y de fuera de Cuba. El Papa lanzó esa mirada y sintetizó la situación en esta doble apertura: de Cuba al mundo y del mundo a Cuba.
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La situación que ha caracterizado el desarrollo de los últimos 40 años de evolución socioeconómica y cultural de Cuba, se sintetiza en un nombre: totalitarismo. Los comunistas cubanos no inventaron el sistema totalitario, sencillamente adaptaron su versión marxista-leninista y se "beneficiaron" de la larga experiencia existente al respecto. Al enfrentarse a los EE.UU., la vecina superpotencia de la Guerra Fría, la única puerta que quedaba abierta al gobierno cubano era la de una alianza estratégica con el bloque contrario a los americanos: el Oriental, liderado por la Unión Soviética. De ese modo, la existencia y supervivencia del proyecto cubano quedaba irremediablemente ligada al así llamado "socialismo real" y a sus métodos de acción.
El totalitarismo adopta y aplica permanentemente las formas de reaccionar típicas de la guerra: "El hábito de la violencia, la simplicidad de las pasiones extremas, la sumisión del individuo a la colectividad". Consigue, así, el máximo sentimiento de solidaridad, por miedo al peligro común, el igualitarismo inducido, la unidad sin fisuras y la necesidad de una acción dirigida y controlada por un jefe. La sociedad totalitaria exhibe una rara mezcla de fraternidad y ferocidad... Se ha podido decir que "este culto a la violencia como medio y como fin, hace del totalitarismo un pariente cercano del gansterismo político, con su aguda percepción de la oportunidad".
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*Este documento titulado "Cuba su Pueblo y su Iglesia de Cara al comienzo del Tercer Milenio", fue elaborado durante una reunión que celebraron a principios de julio de 1999, en el Santuario Nacional de El Cobre, los 50 sacerdotes de las cuatro diócesis orientales.
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