Hoy, Domingo de Ramos, el día de celebración humilde que abre la puerta a los siete días en los que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Jerusalén, a donde Jesús
quiso entrar montado en un asno, es la ciudad de la Pasión, narrada en los
Evangelios. Jerusalén recibe a Cristo, el Rey, montado en un pollino, para dar
cumplimiento a la profecía de Zacarías: “¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita
de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, salvador y
humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna”.
Junto a esta noticia, si
es que lo es. El régimen de la Habana, este el Castro-tardo-comunismo, ha
convocado en 60 ciudades del mundo y también la transitada vía del Malecón
habanero; un acto de reafirmación revolucionaria buscando “el fin del bloqueo”.
A esta marcha en La Habana solo pueden participar si va en automóviles o bicicletas.
Un día como hoy, cuando
se celebra la entrada triunfal de un Rey
montado en un pollino, este: justo, salvador y humilde; debemos asumir, si nos
alcanza la conciencia el compromiso
personal, y colectivo en tanto que somos parte de una sociedad en sí; de todos
los seguidores de Jesús con los hombres y mujeres que necesitan más nuestra
ayuda para recobrar su dignidad perdida de hijos de Dios.
Este…, el de andar
desnudo, necesitado y acabado es merecedor de la gracia de Dios.
De un país, que es Cuba,
estamos necesitados de un año de Gracia del Señor. Para ver si nos alcanza a todos,
entre tantos, a este que hoy anda por las calles de la Habana vieja.
Eloy A González.
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