A
partir del 1992 los cubanos acercados a la caída del socialismo en un país miserable
vieron como el régimen castro comunista administraba la fe y decretaba que los
cristianos eran bienvenidos al
experimento revolucionario, ateo y marxista. La engañifa prendió y de igual
forma los creyentes podían ser revolucionarios, esto es militantes del único partido
político existente, que por demás es comunista y por principios ateos. ¡La que se
formó! Hasta los pioneritos se pusieron las vestimentas y los collares, la santería
irrumpió en la sociedad del tal suerte que los cubanos, abrumados por un
capitalismo que no nos toco,en los noventa , abrazaron la Santería pero también,
llenaron los templos católicos y evangélicos en número tal que condujo a una adecuación
del discurso político. Parafraseando al poeta “que forma más vil de torcernos”, hasta ahí llegados..., El Editor
Por: Luis Cino Álvarez .*
El
cristianismo anárquico que reina en Cuba
Fruto de la intervención no divina, sino ‘revolucionaria’
Hace varios días conversaba en una cafetería del Vedado con el pastor
Manuel Morejón cuando una mujer de unos 50 años que compartía la mesa con
nosotros, al escuchar que hablábamos de religión, intervino abruptamente en la
conversación para patentizarnos su decepción con las iglesias. Con todas, sin
excepción.
Dijo que todas mienten, malinterpretan y pervierten la palabra de Dios.
Para ella, que se mostraba más apegada al judaísmo que Abraham y Moisés juntos,
Dios no es Jehová, ni siquiera Yahvé, sino el nombre impronunciable. Y su hijo
Jesús para ella es Joshua, nada de Cristo. En vano le explicamos que toda esa
confusión de nombres se debía a las traducciones del hebreo al griego y al
arameo en que aparecieron los primeros textos bíblicos. Mientras más tratábamos
de explicarle, más se enardecía.
Nos dijo que, empezando por la Iglesia Católica —que considera “es la peor, la más falsa y manipuladora,
la Gran Ramera”—, ha pasado por todas las iglesias cristianas, y ha quedado
defraudada porque, según afirmó, “están
llenas de mentirosos e hipócritas” y en ninguna ha hallado respuestas que
la satisfagan.
“Te dominan, te utilizan.
Pertenecer a una iglesia es como estar en el Partido Comunista”, aseguró.
Habló horrores de los testigos de Jehová, del Vaticano, de los pastores
que pertenecen al Consejo de Iglesias como Raúl Suárez, Ricardo Pereira y Odén
Marichal, que asegura están solo interesados en recibir prebendas del Gobierno,
donaciones de iglesias norteamericanas y en viajar al exterior.
Ahora es una especie de cristiana por cuenta propia, totalmente
independiente, que se nutre directamente —no explicó cómo lo consigue— de las
fuentes originales, “para que no le
distorsionen las cosas”. Solo que eso la convierte prácticamente en una
feroz fundamentalista. Tan furibunda parecía estar la señora en la mesa de
aquella cafetería.
He conocido a varias personas así. Mi amigo el pastor Morejón atribuye
su existencia a lo que llama “el
cristianismo anárquico” que reina en Cuba, debido a la carencia de pastores
con una formación adecuada.
Culto Evangelico de Accion de Gracias
por la Revolucion cubana
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Recordemos que en los primeros años del régimen revolucionario, muchos
sacerdotes y pastores fueron obligados a marcharse del país. Sus puestos al
frente de las iglesias los ocuparon personajes que por entonces eran
seminaristas y que fueron domados en las UMAP, como Jaime Ortega y Raúl Suárez,
que resultaron ser mejores servidores del régimen que de Dios.
En las tres últimas décadas, luego de que el régimen se decidiera a permitir
las creencias religiosas, ha aumentado el número de santeros, católicos y
evangélicos. Es lógico: en tiempos de crisis y desesperanza, los humanos, en
busca de ayuda, se vuelcan a la religión.
La religiosidad de los cubanos, que durante décadas tuvo que esconderse
o camuflarse debido al ateísmo de Estado, ahora se exhibe multiplicada. Cada
vez se ven más iyabós y personas con collares y la mano de Orula, hay colas
para consultarse con los babalaos, se han vuelto a llenar las iglesias
católicas, los niños se bautizan, las bodas por la Iglesia son más frecuentes,
y la gente no se oculta para decir, incluso en la TV, “gracias a Dios” o “si Dios
quiere”.
Más que la Iglesia Católica, han crecido las distintas denominaciones
evangélicas: Bautistas, Pentecostales, Metodistas, Adventistas del Séptimo Día,
Nazarenos, etc. Desde hace más de un cuarto de siglo, sus templos brotan por
doquier y se abarrotan, especialmente los domingos.
Abakuas desfilan en La Habana
Foto de E Leal
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En muchos de esos templos suelen usar prácticas carismáticas de tipo
efectista. Hay quienes aseguran poseen el don de sanar con las manos y algunos
caen en trance, se retuercen y hablan en lenguas, dicen que poseídos por el
Espíritu Santo. Es la versión cristiana de los muertos montados en los toques
de santo: un particular aporte del evangelismo cubano postrevolucionario.
Los fieles de estas iglesias, mayoritariamente, son personas pobres, de
poca escolaridad y provenientes de zonas rurales. En manos de pastores con una
pobre capacitación, y a veces improvisados, que no pasan más allá del recitado
de algunas citas bíblicas mal aprendidas, esas personas se fanatizan y se
llenan de confusiones, aterrados por la proximidad del fin de los tiempos.
Muchos, si no consiguen la solución de sus problemas, terminan por
desencantarse y emigrar a otras iglesias.
También pueden convertirse en francotiradores de la fe, como la mujer de
la cafetería y otros tantos exaltados místicos que andan por ahí, listos para
el siquiatra.
Fuente: Cubanet
*Luis
Cino Álvarez (La Habana, 1956). Trabajó como profesor de inglés, en la
construcción y la agricultura. Se inició en la prensa independiente en 1998.
Entre 2002 y la primavera de 2003 perteneció al consejo de redacción de la
revista De Cuba. Es subdirector de Primavera Digital. Colaborador habitual de
CubaNet desde 2003. Reside en Arroyo Naranjo, Cuba. E-mail: luicino2012@gmail.com