Este artículo resulta interesante de no ser por las dilatadas pretensiones
del autor en meter en un saco del comportamiento aquellas conductas que ve en
el complejo accionar de individuos insertos en algunos movimientos y
denominaciones de inspiración cristiano-evangélicas que se presentan en Cuba.
El autor se mete en el análisis de estereotipos que él va creando y recreando,
y trata de mostrar patrones
psicosociales que relaciona con el comportamiento de personas en la
sociedad cubana en las últimas décadas. No dice que son décadas de oscurantismo
político, tiranía y aberrante discriminación religiosa; pretende ahora analizar
el fenómeno de la conducta humana y su comportamiento en un contexto social
dado; solo que al autor le echa mano al desempeño de sectores hasta ayer y
aun hoy proscritos en su accionar evangelizador. Dice que es la muestra de marasmo de nuestro tiempo, en realidad el
marasmo está en una sociedad dominada por una dictadura ideológica que alcanza más
de cinco décadas…, y sigue. Vigilante, espías, ideólogo, maestro y hasta makarenkos
y oportunistas en el contexto evangélico.
Una ensalada ideológica del entramado social del país y la religiosidad cristiano
evangélica muy a destiempo. Aquí les dejo el artículo:
Por: Ariel Glaria Enríquez.*
No es secreto el auge alcanzado en Cuba por los llamados cultos o
religiones de nuevo tipo, en los que destacan aspectos y semejanzas de patrones
psicosociales de las últimas décadas en nuestro país.
Algunos de estos patrones son, a mi modo de ver, los siguientes:
El vigilante: ahora convertido en guardián de la fe, es el que más
abunda. Gusta vestir camisa blanca, clara o de cuadros, y no falta por supuesto
el bolígrafo. Usa pantalón oscuro y zapatos de cordón. Su misión de campo es
propagar la fe, su aspecto es de agente secreto del tipo última temporada de la
guerra fría, cuando ser espía o informante era un hobby.
El intelectual o ideólogo: posee los rasgos externos del anterior,
pero un detalle emocional lo reivindica a viejas doctrinas; en alguna etapa
deseó o ejerció algún tipo de poder, dando indicios de haberse involucrado en
tareas organizativas oficiales. Posee un alto nivel de convocatoria. Por lo
general, asume la oratoria en el culto, empleando como método la reiteración.
Suele mostrarse persuasivo. Sus sermones se oyen en toda la manzana.
Otro ejemplo es el maestro – encargado de enseñar el culto, cuenta con
dos perfiles fundamentales correspondiente a su generación.
Una celebracion evangelica en Cuba. (Foto de la publicacion) |
El primero. Si fue educado por Makarenkos[1] o
él lo fue, aplica su ideal pedagógico en mostrar el perjuicio de la duda como
la herramienta más elocuente al explicar las “escrituras”, según la fórmula de
interpretación más conveniente. La histeria puede aparecer en él.
El segundo perfil puede estar en discordia con el Makarenko. Siendo
más joven no fue víctima de las doctrinas pedagógicas rusas. Puede bromear
mientras enseña las “escrituras”, busca
la aceptación general, en particular, del intelectual. El Makarenko, en cambio,
se agencia un maletín de informático y se pega al vigilante.
El oportunista, este muestra más pasión que el resto. Brinca de culto
en culto hasta crear el suyo propio. Sus intereses y propósitos pueden ser muy
diversos, en no pocos casos, lográndolos.
Cuentan estas congregaciones con profesionales de todos los sectores:
abogados, médicos, artistas, deportistas, ingenieros etc.
El elemento ideológico, del cual el resto estamos excluidos y con
frecuencia sus propias familias, lo rige un igualitarismo primitivo, bucólico y
absurdo.
Por otro lado, de espaldas a la realidad social cubana; rechazan
nuestro patrimonio sincrético religioso, todo elemento de identidad nacional,
así como el respeto a la diversidad sexual.
Sin falsas expectativas el problema de género entre ellos parece no
existir.
Las mujeres de estos cultos resultan poco pintorescas. Las más
notables – acaso- son las “ilustradas” – es decir, profesionales-, estas se
distinguen por mostrar, en público, una perpetua abstracción. Otras son las
mismas y poco sutiles de siempre, solo que ahora el chisme y la desidia lo
fundamentan de cierta moral teológica. Un tema de conversación común entre
todas son las enfermedades, epidemias y desgracias de todo tipo.
No puedo ignorar la influencia que a este fenómeno aportan las nuevas
tecnologías y fuentes de información, aprovechadas en divulgar, dentro de estos
grupos, videos foráneos de histéricos predicadores y devotos feligreses que
comienzan a penetrar el imaginario colectivo de estos cultos en mi hermoso
país.
*Ariel Glaría Enríquez: La Habana, Cuba 1969. Estudio la especialidad
de Dibujo Mecánico y trabaja como restaurador .Reside en la Ciudad de la Habana.
Fuente: Havana Times.
[1] Antón Makarenko: Pedagogo
y maestro Ruso, cuyos métodos y doctrina se impusieron en la década del sesenta
en Cuba.