El Islam en Cuba
El Islam en Cuba comienza cuando el primer grupo de musulmanes organizado comenzó por iniciativa de Pedro Lazo (Iahya), quien por azar encontró un ejemplar del Noble Corán y, dado que hacía años se encontraba en busca de un espacio espiritual, lo leyó con interés. Sobre este encuentro con una religión para él desconocida, Lazo ha dicho: "Llegué a comprender el Islam y aceptarlo como fe revelada" desde ese momento se vinculó a estudiantes y personal extranjero musulmán, los cuales le ofrecieron literatura y conocimiento de la liturgia islámica., con ello fue creando una base teológica que lo impulsó a realizar en el año 1990 su conversión.
A partir de esa conversión surgió interés por el Islam por parte de sus familiares, amigos y vecinos, lo que devino en un incremento de miembros para la incipiente comunidad. Pero no fue sino hasta 1992 que se logró una mayor aceptación del Islam. Bien sea porque las religiones existentes no satisfacían sus necesidades espirituales o los preceptos islámicos les eran afines.
A los interesados en integrar la naciente comunidad islámica se les prepara, instruyéndolos en los principios básicos de la religión, fundamentalmente en los cinco Pilares: la unicidad de Dios y la aceptación de Muhadmmad (BP) como su profeta, los cinco rezos diarios, el ayuno en el mes del Ramadán, la caridad que todo musulmán debe ofrecer a los necesitados y la peregrinación a la Meca, si la salud y los recursos económicos lo permiten. Si los aspirantes pueden entender y aceptar esto, se produce su conversión al Islam.
En Cuba no existe mezquita, ya que el Islam no existió de manera organizada dentro de las prácticas religiosas del pueblo cubano, y no fue hasta inicios de los años 90, cuando comenzó de forma grupal. No obstante, los musulmanes cubanos realizan sus actividades litúrgicas en las casas de los practicantes de mayor conocimiento de la religión.
Sin embargo, hay una en particular, que ha sido tomada simbólicamente como mezquita , la que han denominado "de la Piedad" y es ahí, por lo general, a donde concurre la mayoría de los musulmanes cubanos y extranjeros que residen en el país para realizar el rezo de los viernes, estudiar el Noble Corán y otras actividades propias de la religión.
Desde sus inicios, la comunidad islámica cubana observó el ayuno del mes del Ramadán, así como el sacrificio que se hace como culminación de la peregrinación a la Ciudad Sagrada de la Meca, como culminación de estas dos actividades litúrgicas se realiza las festividades correspondientes la que desde el año 2000 se realizan en centros de recreo estatal al aire libre con capacidad para acoger a la mayoría de sus miembros e invitados que se dan citas para celebrar en colectividad tales importantes acontecimientos.
Dentro de la joven comunidad musulmana cubana existen actualmente las dos principales escuelas de pensamiento islámico la sunnita y la chiíta. La mayoría es sunnita. En las festividades del Ramadán y en la del Sacrificio se unen para celebrar juntos tan importante celebraciones litúrgicas.
En general, los profesionales y estudiosos musulmanes cubanos tienen un amplio sentido ecuménico, mantienen relaciones con diferentes instituciones y denominaciones religiosas así como centros científicos y estudiosos de la religión, participan en conferencias, talleres, cursos de postgrados y mantienen una actividad científica activa así como actividades culturales.
La mujer musulmana cubana
Dentro de la comunidad islámica cubana la presencia femenina está presente, hasta hace poco se trataba de los familiares cercanas de los musulmanes en estos momentos se han incorporado mujeres que les ha atraído el Islam no sólo como religión sino como modo de vida. Realizan las mujeres musulmanas cubana una vida activa.
Se reúnen todos los cuartos domingos de cada mes para estudiar y confraternizar, e intercambiar impresiones. Todos los sábados y domingos realizan en colectividad estudios coránicos. No obstante, hay algunas tradiciones que no observan de forma ortodoxa como es el de vestirse de forma tradicional islámico.
Esto se debe al clima, unido a las agitadas actividades cotidianas y también a que aún no se encuentran arraigadas esas costumbres islámicas en sus tradiciones. Sin embargo, se observa un interés en ampliar sus conocimientos teóricos y prácticos del Islam.
Paralelo a sus actividades religiosas, la mayoría de las musulmanas cubanas se encuentran incorporadas al proceso laboral, educacional, cultural y político del país, sin dejar de cumplir sus actividades religiosas.
Las investigaciones en el orden social es una preocupación de las mujeres profesionales musulmanas de ello, se realizó una puebla exploratoria en la que se tomó una muestra de 42 mujeres de la población musulmana cubana, por parte de la doctora Fátima Linares (2000:8), la que aplicó una encuesta con el ánimo de conocer ciertos datos sociodemográficos. En la muestra se constató diversidad de edades que oscilan entre 25 al 65 años, un nivel educacional que se mueve entre secundaria, enseñanza media superior y universitaria, mientras que por ocupación se encontraron diversas categorías: profesionales, técnicos medios, obreras calificadas y amas de casas.
En la sociedad cubana actual, la mujer tiene muchas facilidades para integrarse a la vida laboral activa, educacional y política y no pesan sobre ella limitaciones particulares para desarrollar sus potencialidades intelectuales. Ni abandonar sus obligaciones como madre, esposa y ama de casa. A la vez, en el Islam no existen trabas para que la mujer pueda incorporarse a cualquier actividad que pueda llevar a cabo siempre y cuando pueda cumplir con su familia. Estos dos importantes elementos se conjugan en la mujer musulmana cubana para poder desempeñar cualquier actividad.
Los musulmanes cubanos están agrupados en la Asociación Islámica de Cuba aunque no tiene reconocimiento jurídico, pero se encuentra acreditada ante el gobierno y goza de toda la libertad para realizar sus actividades litúrgicas, recibe delegaciones de musulmanes de otros países, realizan estudios coránicos semanales y festividades religiosas sin ningún tipo de interferencia estatal. Sus miembros se encuentran en la vida activa del país, lo mismo económica, política que en la cultura. No hay duda que los musulmanes cubanos a pesar del poco tiempo que lleva constituida, se ha desempeñado y ha ganado en conocimiento teológico y práctico, sus miembros expresan un concepto ecuménico positivo y, en particular, se advierte la intención de alcanzar un mayor espacio en el contexto religioso y cultural de la sociedad cubana contemporánea.
12/10/05