diciembre 17, 2013

La jerarquía de la iglesia católica cubana no se ha pronunciado sobre los abusos y atropellos que sufren las Damas de Blanco.

Por Julio Cesar Álvarez.*
La jerarquía de la iglesia católica cubana aún no se ha pronunciado sobre los abusos y atropellos que sufren las Damas de Blanco en Cárdenas, provincia de Matanzas.
Las Damas de Blanco han entregado cartas de denuncia en la fiscalía municipal de Cárdenas, y en el tribunal militar. El 25 de octubre también entregaron una carta en el arzobispado de La Habana, donde relataban el vía crucis por el que han estado obligadas a pasar desde hace 5 meses.
Ellas piden que la Iglesia intervenga, y se pronuncie contra la represión para tratar de frenar los abusos y  las represalias del gobierno, que se han convertido en el pan nuestro de cada domingo.
A la ropa blanca de las Damas le lanzan tinta al vestuario blanco que las distingue.
Pruebas de la violencia ejercida por la chusma alentada por agentes de la Seguridad del Estado (DSE), y de la brutalidad de los propios oficiales de policía aflora en Leticia Ramos Herrería, representante de las Damas en la provincia de Matanzas.
Leticia denuncia que la golpearon y patearon tres oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).
A Mayra García Álvarez, operada de cáncer de mama, las turbas le quitaron el pullover en plena calle. Una forma denigrante de humillarla.
Otras Damas y activistas de derechos humanos como Odalys Hernández Hernández, Katiuska Rodríguez Rives, Margarita Cienfuegos Acosta, Yamila Sembra, Marisol Fernández Socorro, Hortencia Alfonso Vega y Mercedes de la Guardia Hernández también han denunciado maltratos.
Todas refieren haber sido víctimas de tácticas intimidatorias para impedirles expresar su oposición pacífica. Una de esas tácticas, la  más habitual, es la de detenerlas en la calle y llevarlas a sitios apartados y de difícil acceso, donde son abandonadas para que retornen por sus medios.
Que la fiscalía y la justicia militar no se interesen en denuncias de este tipo no sorprende. Esos órganos son los que brindan la protección legal a los sicarios del gobierno para que abusos de este tipo queden impunes.
Pero incomprensiblemente la iglesia no ha respondido tampoco a la llamada de auxilio de las Damas de Blanco de Matanzas. Según ellas, nadie en el arzobispado se ha tomado la molestia de contestar a su misiva.
Este silencio eclesiástico deja mucho que desear de una institución que históricamente dice velar por la salud de su rebaño. La estrategia de poner la otra mejilla una  y otra vez hiede a complicidad. Esta versión de concordato caribeño que la iglesia ha hecho con el régimen cubano parece haber puesto de rodillas la solidaridad de la iglesia católica contra los abusados de la Tierra.
Las Damas de Blanco de Matanzas aseguran que seguirán tocando en la puerta “de la casa de Dios”, hasta que los ejecutivos de la Iglesia se dignen responderles y decidan, como se diría en buen cubano, si están con dios o con el diablo.
*Julio César Álvarez López (1968) Graduado en 1990 de la Escuela Superior de Contrainteligencia Hermanos Martínez Tamayo. Detenido en 1992 por colaborar con los Grupos de Derechos Humanos y sancionado por un Tribunal Militar a 19 años, de los que cumplió 16, siete de ellos en la Prisión de Máxima Severidad de Camagüey. Salió en libertad condicional en abril de 2008 y cursó estudios de computación y fotografía digital en la iglesia San Juan Bosco. Sabe inglés y en la actualidad estudia alemán. Reside en La Habana.

Fuente: Cubanet

1 comentario:

Jose Carlos Perez dijo...

Julio Cesar Alvarez es ademas periodista graduado en La Seccion de Intereses en Cuba, en 2012.Escribe para cubanet y Primavera Digital.Rev. Jose Carlos Perez