Por: Aimée Cabrera. *
LA HABANA, Cuba julio 2007 - La Caravana de la Amistad de los Pastores por la Paz arribó a la Habana el 20 de julio. Fue recibida por dirigentes del estado y miembros de varias iglesias vinculadas al gobierno.
Los participantes trajeron más de 90 toneladas de ayuda humanitaria de todo tipo: desde un ómnibus escolar hasta ropas y medicamentos.
La prensa oficialista dice que los más de cien religiosos, procedentes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, México y Gran Bretaña, traen un mensaje de solidaridad con Cuba, y en específico señala cómo los que iban de Estados Unidos para México fueron asediados por las autoridades norteamericanas.
La prensa dice que les fueron decomisadas 12 computadoras de la carga que salió en un barco cubano anclado en el puerto mexicano de Tampico, antes de que los miembros de la caravana hicieran su viaje por avión a la Isla.
Los visitantes que se quejan de la pérdida no tienen en cuenta que la cifra confiscada fue insignificante, además, que sólo Dios sabe a quiénes estaban destinados los equipos. Por supuesto, de haber llegado a Cuba, nunca hubieran sido repartidos entre los feligreses de las comunidades cristianas vinculadas a ellos.
A los cristianos que no pertenecen a la élite de esas iglesias bien relacionadas con el gobierno, les toca muy poco, o casi nada de dichas donaciones.
Una persona que pidió el anonimato recuerda haber visto artículos de excelente calidad que nunca fueron entregados en las iglesias: "En una ocasión contamos muchos estuches con espejuelos graduados de armaduras doradas y diseños modernos, pero no supimos a dónde los mandaron, nosotros recibimos los de uso, amontonados en cajas y jabas".
El criterio de los cubanos que asisten a estos templos donde se supone que sean distribuidas gran parte de las donaciones, es que los artículos son enviados a centros de venta en divisas o regalados a entidades gubernamentales.
Los Pastores por la Paz proceden de naciones desarrolladas y quizás desconozcan, o quieran desconocer, los trapicheos que se fomentan con sus regalos, motivo por el cual ni averiguan a dónde van a parar.
Aparentemente, ellos ven a los congregados felices en los diferentes recibimientos en que participan e ignoran, por candidez o conveniencia, la verdad oculta.
Las visitas de los pastores se ha convertido en un show de matices políticos y nada religioso; un lucrativo juego para oportunistas del gobierno y del grupo de la jerarquía religiosa que, sirviendo a dos señores, puede vivir a sus anchas.
* Periodista independiente cubana.
LA HABANA, Cuba julio 2007 - La Caravana de la Amistad de los Pastores por la Paz arribó a la Habana el 20 de julio. Fue recibida por dirigentes del estado y miembros de varias iglesias vinculadas al gobierno.
Los participantes trajeron más de 90 toneladas de ayuda humanitaria de todo tipo: desde un ómnibus escolar hasta ropas y medicamentos.
La prensa oficialista dice que los más de cien religiosos, procedentes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, México y Gran Bretaña, traen un mensaje de solidaridad con Cuba, y en específico señala cómo los que iban de Estados Unidos para México fueron asediados por las autoridades norteamericanas.
La prensa dice que les fueron decomisadas 12 computadoras de la carga que salió en un barco cubano anclado en el puerto mexicano de Tampico, antes de que los miembros de la caravana hicieran su viaje por avión a la Isla.
Los visitantes que se quejan de la pérdida no tienen en cuenta que la cifra confiscada fue insignificante, además, que sólo Dios sabe a quiénes estaban destinados los equipos. Por supuesto, de haber llegado a Cuba, nunca hubieran sido repartidos entre los feligreses de las comunidades cristianas vinculadas a ellos.
A los cristianos que no pertenecen a la élite de esas iglesias bien relacionadas con el gobierno, les toca muy poco, o casi nada de dichas donaciones.
Una persona que pidió el anonimato recuerda haber visto artículos de excelente calidad que nunca fueron entregados en las iglesias: "En una ocasión contamos muchos estuches con espejuelos graduados de armaduras doradas y diseños modernos, pero no supimos a dónde los mandaron, nosotros recibimos los de uso, amontonados en cajas y jabas".
El criterio de los cubanos que asisten a estos templos donde se supone que sean distribuidas gran parte de las donaciones, es que los artículos son enviados a centros de venta en divisas o regalados a entidades gubernamentales.
Los Pastores por la Paz proceden de naciones desarrolladas y quizás desconozcan, o quieran desconocer, los trapicheos que se fomentan con sus regalos, motivo por el cual ni averiguan a dónde van a parar.
Aparentemente, ellos ven a los congregados felices en los diferentes recibimientos en que participan e ignoran, por candidez o conveniencia, la verdad oculta.
Las visitas de los pastores se ha convertido en un show de matices políticos y nada religioso; un lucrativo juego para oportunistas del gobierno y del grupo de la jerarquía religiosa que, sirviendo a dos señores, puede vivir a sus anchas.
* Periodista independiente cubana.