La presencia cristiana en el país se remonta a los primeros años del cristianismo. Desde Siria, esta fe se extendió a todos los rincones del mundo. Camino a Damasco, Pablo de Tarso experimentó su célebre conversión a ella. Hoy más del 10 % de la población es cristiana.
En la ciudad siria de Antioquía se habrían encontrado los
apóstoles Pedro y Pablo y es el lugar donde los discípulos de Cristo recibieron
por primera vez el nombre de cristianos de todo el Oriente.
A pesar de que no constituyen una mayoría, a través de la
historia los cristianos lograron integrarse plenamente en la sociedad siria,
ocupando espacios en los campos de la cultura, el pensamiento político y social
y las instituciones.
Recientemente, más de 1,000 cristianos han muerto en los
combates, 450,000 se han convertido en desplazados internos o refugiados en los
países vecinos y más de cuarenta iglesias han sido destruidas. Es significativo
el asedio de grupos yihadistas contra el poblado de Ma’loula, posiblemente el
símbolo más importante de la presencia cristiana en Siria y que, junto a otras
aldeas como Jabaadin y Bakhaa, ha resguardado su herencia aramea desde la época
de Cristo.
Escribiendo para el sitio web de Foreign Affairs (www.foreignaffairs.com) el pasado 13
de septiembre, el profesor Reza Aslan auguraba «ninguna presencia cristiana
significativa en Oriente Medio en una o dos generaciones». Aslan añadió: «Lo
que estamos viendo no es más que una limpieza religiosa que pronto llegará a
ser un desastre histórico para cristianos y musulmanes por igual.»
Nos toca orar por los cristianos en Siria.
Eloy A González [3 de diciembre de 2024]