diciembre 10, 2025

El Síndrome del Pedestal en la Iglesia

 El Síndrome del Pedestal

El "Síndrome del Pedestal en la Iglesia" alude a una dinámica que ocurre cuando los miembros o líderes (pastores) son idealizados, colocados en un pedestal de perfección. Esto produce pretensión, miedo al fracaso y aislamiento, y genera una presión insostenible tanto para el individuo como para la iglesia; este último batalla por sostener una imagen inmaculada en lugar de ser genuino y vulnerable. A menudo, esto desemboca en crisis individuales o de congregación cuando la realidad entra en conflicto con dicha imagen idealizada.

Algunos líderes , sobe todo pastores, muestran una necesidad abrumadora de "lucir bien", evitar errores y no mostrar defectos o vulnerabilidades. Se esfuerzan por proyectar una imagen de éxito, rectitud y espiritualidad impecable. Promueven un falso perfeccionismo ocultando la realidad. Entre tanto los líderes como la congregación pueden aislarse y se hacen incapaces de ser honestos sobre sus contradicciones y temores.


Es una cultura de idealización que fomenta la represión emocional y la hipocresía, en vez de la autenticidad y la comunidad solidaria, donde los individuos no pueden ser ellos mismos.

Una de las causas que deteriora la fe de la Iglesia es cuando una familia, ya sea pequeña o grande, toma el control absoluto y decide todo lo que es importante. En tal situación, el propósito principal de la iglesia es satisfacer las necesidades y el control de una familia, en vez de servir al Reino de Dios.

Estas y otras causas hacen que la realidad de una iglesia afectada por el síndrome del Pedestal termine en una condición disfuncional, al punto de llegar a una situación de crisis y postración inminentes.

Dale O. Wolery y Dale S. Ryan en su artículo: “Superando el síndrome del pedestal…,” señalan lo siguiente:

Esto es especialmente cierto si la persona que se tambalea en las aguas de la crisis y el fracaso es su pastor. ¿Qué pasa entonces? ¿Qué está haciendo allí? ¿Cómo sucedió esto? Esto no se supone que suceda. ¿No se supone que él debe ser un modelo a seguir? ¿No tiene el cargo de pastor unos estándares más altos? ¿No debería estar por encima de este tipo de problemas? Estas y otras mil preguntas dolorosas surgen en rápida sucesión cuando los fracasos de un pastor se hacen públicos. La lista de emociones dolorosas que subyacen a estas preguntas también es larga: decepción, traición, desesperanza, ira, incredulidad. Las congregaciones pueden encontrarse ahogándose en un mar de emociones dolorosas. ¿Cómo puede uno lanzarle una soga al otro si ambos se están ahogando? Lo hemos visto muchas veces: el ahogamiento innecesario y evitable de personas e iglesias talentosas que de otra manera podrían haber contribuido significativamente a la obra del Reino de Dios.

Comencemos por cuestionarnos: ¿cuál es la causa de la crisis pastoral y del trauma congregacional? Es fundamental entender que la vida de cualquier persona, sistema familiar o comunidad eclesial está en alguna parte de un continuo entre la incertidumbre y el orgullo, por un lado, y el amor y la gracia, por otro.

El Paradigma del Pedestal.

Los autores antes mencionados señalan lo que catalogan como: El paradigma del pedestal. Lo que resumo de la siguiente forma:

"Cuando la vergüenza y el temor afectan a un pastor o a una congregación, se distorsionan las intenciones de Dios, creando un 'Paradigma del Pedestal'. Esta malignidad sistémica se compone de dos elementos: primero, la iglesia se coloca inconscientemente en un pedestal, creyéndose excepcionalmente 'correcta' o bendecida; y segundo, se asume, aunque no formalmente, que el pastor es más que un simple ser humano, un líder espiritual 'por encima' de las luchas y fracasos comunes. Esta arrogancia es a menudo una tapadera para la vergüenza y el miedo profundamente arraigados."

Una cita que contrarresta directamente la idea de que cualquier ser humano (incluido un pastor) esté "por encima" de los demás o libre de luchas es: Santiago 5:17 (Nueva Versión Internacional - NVI) "Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró para que no lloviera, y durante tres años y medio no llovió sobre la tierra." Esta cita subraya que incluso los grandes siervos de Dios son fundamentalmente humanos, lo cual es un antídoto contra el "Paradigma del Pedestal" y la suposición de que el pastor no lucha o no fracasa.

Continuará…,

Recopilación y notas de Eloy A González. [10 de diciembre de 2025]

No hay comentarios: