Hoy muy temprano en la mañana, en el horario del
insomnio, la reflexión y el encono — veces—, porque no somos perfectos. Recibo
un mensaje que me llega a mi cuenta de Facebook y me sorprende la información:
Bienvenidos a la Iglesia de los imperfectos. Agrega el volante la ubicación de
la Iglesia en Fort Worth y los horarios.
¿Una iglesia para los imperfectos?
Asumo la pregunta sin ánimo de menoscabar la intención,
el tema de la imperfección de aquellos que llegan a la iglesia y buscan la
perfección que viene de Dios [Fil. 1:6]. Tampoco destilo un fino humor en esto
de denominar a una iglesia, en este caso evangélica, ni asumir alguna que otra
crítica propensa.
Hace mucho tiempo leí un artículo sobre los nombres, muy
originales, con que se denominaban muchas iglesias evangélicas en Brasil. ¡Y sí
que eran interesantes y sugestivos! Este, en cambio, asume que los convocados a
la congregación son imperfectos.
Pero recuerdo las palabras de Pablo a la iglesia de
Filipos. Él dijo en Filipenses 3:12: “No es que ya lo haya conseguido todo, o
que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello,
para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí”. Hay que reconocer que nadie de esta
tierra es perfecto, pero Dios pone prioridad en la perfección y esto es un
trabajo mutuo, lo que enfatiza lo que significa congregarse o encontrarse en el
camino de la Fe [Efesios 4.13]. El propósito final es buscar la perfección [1
Pedro 5.10].
De manera que, como pueden ver, la nota me llevó a la
reflexión y la reflexión a esta entrada. ¿Cómo la ven?
Por lo demás, el buscador se encargó de llevarme a la
información sobre la Iglesia de los imperfectos en la ciudad donde vivo…, por
el momento.
Nota al pie de página: La Iglesia como tal se denomina, Iglesia Una Nueva Familia.
E.A. González [1 de febrero de 2025]
No hay comentarios:
Publicar un comentario