Muchos cubanos fueron ofendidos por un insulto publicado en escrito político en "Vida
Cristiana" y lo correcto es la disculpa. ¡Caramba, que casi estamos en
Cuaresma Realmente!, lo normal sería la renuncia del director de "Vida Cristiana, pero en Cuba no hay...varias
cosas. También les pido honren a los tres sacerdotes que publicaron una carta
al Gral. Raúl Castro. Publicándola, y si no hay espacio, dando la noticia.
Petición a los Obispos católicos cubanos.
Presidente: Monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez, Secretario
General: S. E. R., Monseñor Juan de Dios Hernández Ruíz, Secretario Ejecutivo
Adjunto: Mons. José Félix Pérez Riera.
A cada uno de los Obispos católicos de Cuba y a cada cubano sacerdote católico o pastor de
otras denominaciones.
“Arrepentirse”, “cambiar de vida”
es el llamado de la Cuaresma.
En
este momento de crisis nacional y descrédito de la Iglesia, por acciones y
omisiones, los sacerdotes Castor José Álvarez, José Conrado Rodríguez y Roque
Nelvis Morales, la honran al escribir
una carta pública al general que heredó de su hermano a Cuba con sus once
millones de habitantes.
Carta
donde le dicen la verdad en defensa del
pueblo y que los obliga moralmente a Sus
Excelencias, los obispos, a romper el silencio que acostumbran como método
evasivo. A abstenerse de reprimir a estos tres sacerdotes, como parece hacen, al
relegar al padre José Conrado a rincones del país y cambiarlo de templos. A
apoyarlos en sus justas peticiones, con declaraciones públicas.
Recién
escribieron ustedes a la Conferencia de
Obispos de Venezuela, diciéndoles que están con el sufrimiento del pueblo Venezolano
y que oran por la paz, el dialogo y el cumplimiento de su constitución.
Desde
el 2007, y antes, no escatimaron ustedes declaraciones para decirle al mundo y
a Cuba que Raúl Castro hacia y quería “cambio”,
y que, por tanto, Europa y Estados Unidos debían levantarle las sanciones.
Esos
político interesados en el desguace de
ese barco encallado que es nuestra Patria, declaran ahora que en Cuba “se cumplen los Derechos Humanos” y se apoyan en la autoridad de esas
declaraciones de la Iglesia.
Coincide
con esta carta, que la
publicación católica “Vida Cristiana”,
censura bajo pseudónimo la política del presidente de los Estados Unidos y nos insulta a miles de cubanos, llamándonos
“gusanos”, lumpens”, con las descalificaciones que Fidel Castro propagó para
deshumanizar a sus disidentes a los ojos del pueblo.
Pero,
“cuando hay muchos hombres sin decoro,
hay hombres que llevan en si el decoro de muchos hombres”, escribió José
Martí; y se cumple entre ustedes en
estos tres sacerdotes y en muchos cubanos que se ponen en peligro por civismo: “gusanos” y no “cubanos decentes”, según el “amor evangélico” de “Vida
Cristiana”.
Cristo,
dijo: “El buen pastor pone su vida por
las ovejas, mientras que el mercenario huye” y Pablo de Tarso, en la
Palabra de Dios, manda: “el Obispo ha de
ser hombre irreprensible”.
No
son “irreprensibles” si ven “cometer un crimen en silencio” y siguen
del lado de los poderosos que destruyen material y moralmente a la sociedad
cubana y no del lado de los que sufren. Obstinarse en ese silencio, tras
mendaces declaraciones y documentos eclesiales a favor del Gobierno, no es
prudencia sino suicidio moral.
La
crisis del poder es tan grande que de declarar Sus Excelencias la verdad, ahora
podrían sospecharlos de que cambiaron por oportunismo.
Apoyen
la carta, apoyen al pueblo. “Cambiar de
vida” es el llamado de la Cuaresma. Y si no obran por miedo o porque los
chantajean por algún pecado, confiésenlo, que es lo que ustedes predican en
Cristo, o retírense si no quieren estar a la altura del tiempo en que viven.
No
les basta proclamarse sucesores de los apóstoles, que todos padecieron
martirio. Ni estamos en la Edad Media para que nos impresionen mitras y
vestiduras. Obren. Los templos, repletos a fines de los años ochenta y noventa,
se vacían.
Como
Obispos, al llamado de San Pablo y al de la Patria, ¡de ustedes!, “no tengan miedo”, “no endurezcan sus corazones” y prueben ser “hombres “e “irreprochables”,
no instrumentos.
Feligrés de El Buen Pastor de Jesús del Monte.
P.S: Exhorto a los lectores a escribir a los Obispos en apoyo de
la carta de los tres sacerdotes. Aunque jamás respondan una petición, como es
deber del servidor público, ello no justifica que no llamemos a sus puertas.
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