¿Hasta cuándo se van a auto engañar con que la dictadura
de Cuba “cambia”? ¿Cuántas décadas
más de haitianización y mentiras
necesitan para no hacerle el juego?
Alguien
apela a los cristianos enviándoles por correo electrónico una propuesta de usar
las asambleas de análisis del proyecto de la
nueva Constitución de la Dictadura, para proponer la modificación del
artículo referente al matrimonio homosexual, dejarlo como antes y de paso
aclarar que los cristianos no son homofóbicos.
Quiero
creer que quien promueve la propuesta obra de corazón y no que intenta
confundir para que los cristianos acudan a votar a favor del Comunismo.
Proporcionándoles
la coartada de la modificación para que cometan esa inmoralidad en nombre del
amor al término medio de “una vela a Dios
y otra al Diablo”.
Mi
duda la autoriza su entusiástico afirmar que en Cuba hay cambios positivos y
otras falsedades en las que es bochornoso y peligroso creer a estas alturas.
Ingenuo
cantarle a los Castro saurios aquel bolero que dice: “miénteme más que me hace tu maldad feliz”; y amnesia con los mentidos cambios anunciados
desde 1990 y 2007 (por no arrancar desde los cíclicos ofrecimientos de mejoras
y cambios desde 1959).
Muy
bueno apelar a los cristianos para que se opongan a leyes contrarias a la Ley
de Dios.
¿Pero
acaso “el matrimonio entre dos personas”
es lo único contrario a la Ley de Dios en esa “Constitución” que valida “legalmente”
el “partido único, fuerza rectora de la
sociedad” (que nadie eligió ni elige y que queda “constitucionalmente” por encima de “la Constitución”)?
¿Y
“la propiedad del pueblo” y “la planificación estatal de la economía”?
¿Es decir, propiedad del Estado y planificación por el Estado, que ya demostró
de sobra ser pésimo administrador y al que “el
pueblo” no controla en nada, propiedad y planificación que destruyeron la
economía?
¿La
educación monopolizada por el Estado que inculca el Comunismo y el culto a
Fidel Castro y “educación sexual”
pro-homosexualidad; hace repetir a los niñitos: “Seremos como el Che”?
¿Y
los cristianos pueden moralmente votar a favor de todo eso y de “el deber de defender a la Revolución con las
armas si fuera necesario”?. Plataforma legal para la eventual movilización
militar de sus hijos para mandarlos a morir y matar a tiros por la Dictadura.
¿Plataforma
de los fascistas “mítines de repudio”,
donde para “defensa de la Revolución”,
una pandilla movilizada por la Policía insulta y pega a las Damas de Blanco y a
opositores?
¿Con
solamente modificar el artículo del matrimonio los cristianos no pecarán al
votar a favor de las otras monstruosidades de la “Constitución”?
¿Y
estamos en Suecia o en Estados Unidos? ¿Cumplió alguna vez la Dictadura su
Constitución de 1976, que Fidel Castro inventó, como sus herederos inventan
esta, para propaganda de que se democratizaba y cambiaba el régimen?
¿Cumple
la Policía o algún funcionario su deber o las leyes, tan siquiera la Ley de
Procedimiento y el Código del tránsito y las normas de prevención de incendios;
ordenar a alguien que baje el volumen de su equipo de música? ¿Por qué creer
que estos arbitrarios empezarán a cumplir sus leyes?
¿Alguien
cree que en Cuba y hoy son algo más que un paripé el referéndum y “las consultas populares” y el voto “del pueblo”?
Quien
quiera proponer desde el punto de vista cristiano las modificaciones que
quiera, que lo haga, lo aplaudo, aunque se trague la lengua por miedo respecto
a las inmoralidades que no tocan a la homosexualidad pero nos esclavizan a
todos y destruyen igualmente a la niñez y a la familia.
Pero
ningún cristiano necesita una voz del cielo que le profetice que:
1) Si les va de capricho a los
opresores imponer su “matrimonio”
homosexual, no les importará que millones de cubanos les pidan que no.
2) Para votar a favor de la
modificación de ese artículo, lo modifiquen o no, tendrán que votar los
cristianos a favor de la “Constitución”
anticristiana, dictatorial.
La trampa está en que tenemos que votar por un todo y
que votarlo es inmoral.
*Periodista independiente cubano. Ha colaborado con la agencia de prensa
independiente Hablemos Press y sus notas aparecen en distintos sitios de
internet sobre temas cubano. Reside en la Ciudad de la Habana.
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