Recibimos este extenso artículo en dos partes del
periodista independiente, Jaime Leygonier, quien en su momento se dirigió al
director y a la Editora de la Revista “Palabra Nueva” exponiéndoles una relación
de problemas de la iglesia que no estaban resueltos a pesar de sus peticiones;
en su momento el comunicador solicito que se rectificase y poder hacer uso del
derecho de réplica. Aquí incluimos la primera parte de este artículo.
Iglesia:
Política “del avestruz” y de “la caja del gato” I
No importa
de qué problema interno o escándalo eclesiástico usted se queje a sus obispos,
sacerdotes, o Papa (hasta les pedí investigaran sobre presunta violación del
secreto de confesión) no recibirá respuesta ni solución: Sencillamente usted no
existe.
Según
experiencia de casi dos décadas tocando a esa puerta, que, opuesta a la de
Cristo, es: “llamad y no os abrirán,
buscad y no hallareis y pedid y no os darán.”
El silencio
ante la queja, es política de las autoridades castristas, enemigas de reconocer
errores y “escribir finales felices”.
Pero, por evitarse mala propaganda, alguna vez reaccionan y “se limpian”. Quienes dirigen la Iglesia,
jamás. Eternizan sus suciedades.
Función
social del periodista independiente es clamar en el desierto cubano, con la
mira de que su denuncia contribuya a una reacción positiva de las autoridades:
Como algún
mejoramiento en el 2017 de la sala de geriatría del Hospital Diez de Octubre,
sumida en el 2008 en condiciones infrahumanas de sepsis y pésima atención, la
reciente reparación de parques, parar el monumento derribado de la Loma de
Jesús el Monte.Palo “Palo Monte”,(Cuyas profanaciones podría
acabarlas el Gobierno, si quisiera, pues “los
paleros” guardan en sus domicilios los restos de difuntos y las autoridades
saben quiénes son; pero no los molestan).
Pero de nada
sirvió escribirle al Arzobispado de La Habana, a Obispos, como Mons. Jorge E.
Serpa Pérez, a la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (C.O.C.C.) sobre
diversas faltas previstas en el Código de Derecho Canónico, Código Penal cubano
o que, sencillamente, las veda la caridad, como:
Obstáculos
arquitectónicos en las iglesias; cuyas puertas coloniales las abren en forma
incompleta y así impiden el acceso a personas en sillas de rueda y ponen a los
ancianos en peligro de accidentarse.
Ejemplos: Templos
de Monserrate, de Nuestra Señora de La Guardia y Capilla del Sagrario de la
Catedral de La Habana, por la calle Cuba.
Robo de
imágenes y bienes por el párroco de Jesús del Monte, R.P. Luis Alberto Formoso,
quien no hizo la entrega correspondiente mediante inventario al párroco nuevo,
quien al sustituirlo encontró la parroquia “pelá”,
hasta sin una olla para cocinar. (Cartas al arzobispo Ortega y al C.O.C.C., 12
de marzo y 9 de junio, 2015).
El párroco
Formoso alegó ser el propietario de lo que se llevó, pese a que eran objetos de
culto público o que recibió de párrocos anteriores: El inventario viejo,
desapareció.
Disolución del catecismo en esa parroquia.
Peticiones
de que no efectuaran actos públicos y visitas papales sin obtener garantía de
las autoridades de que no acosarían, amenazarían y apresarían a opositores,
indigentes y enfermos mentales, como ocurrió con redadas masivas.
Sabían que
ocurriría, por experiencia y por nuestro aviso y la moral, no deja lugar a
dudas en la elección entre suspender el acto o efectuarlo a costa de ese
sufrimiento de miles de represaliados. La Diplomacia se concede el ser inmoral,
la Iglesia no puede.
Difamación
por parte del obispo Serpa contra “los
70” (presos de conciencia condenados en el 2003) mediante libelo en la
revista Palabra Nueva, del Arzobispado de la Habana, Mons. Serpa, declaró, sin
argumentarlo, que “algunos de los 70 no
eran presos políticos sino presos comunes”.
Ni este
obispo ni la revista, respondieron las peticiones, fundadas en códigos de ética
periodística y en el Código Penal, delito de difamación, de que demostraran
esta declaración sobre ”los 70” o la
rectificaran u otorgaran derecho de réplica a la agencia “Hablemos Press”.
Silencio de
ese mismo Obispo y de subordinados suyos, sobre la Pastoral Penitenciaria,
visita a presos; secreto que autoriza a creer que tal pastoral es más ficticia
que real, “atole con el dedo” del
Gobierno a la Iglesia, para aparentar que ya no prohíbe la atención religiosa a
los presos.
Robos,
escándalos y mecanismos de secta en la parroquia de La Medalla Milagrosa, cuyo
tiránico párroco Jesús María Luzarreta, falleció recientemente. En vano
llovieron quejas al Arzobispado y a la Orden de los Paules.
Pedí
investigaran una posible violación del secreto de confesión y ni eso los movió.
Agregaré en
próxima publicación las herejías que predican en la Iglesia de los Pasionistas
de La Víbora, con negación de la enseñanza bíblica y del magisterio de la
Iglesia:
Al Maligno,
a los pasajes sobre el juicio de Dios, a la Transfiguración y casi a cada
milagro, los presentan como “símbolo”,
“ficción literaria”, “eso no fue así, el autor bíblico quiso
decir…”
Advertencia:
Si el lector es no católico, no tire la primera piedra; también conozco de
malos manejos, mercantilismo, sumisión a la Dictadura, lucha por el poder,
acaparamiento de cargos y viajes, nepotismo y predica de barbaridades en
iglesias de otras denominaciones.
Recuerde que
“no luchamos contra carne y sangre sino
contra príncipes y potestades”; olvidarlo y la ilusión de “los malos son los otros, nosotros somos los
buenos”, facilita estas trasgresiones.
En
próxima, trataré más sobre esta política de cero transparencia y de dejar hacer
el mal. ¿Cuáles pueden ser las causas de esta relajación en que los superiores
consienten a sus subordinados lo indebido?
*Periodista
independiente cubano. Ha colaborado con la agencia de prensa independiente Hablemos
Press y sus notas aparecen en distintos sitios de internet sobre temas cubano. E-mail:
jaimeleygonier@gmail.com
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