julio 10, 2006

El Cardenal Jaime Ortega Alamino de La Habana, Cuba y el Padre Marcos González, de Glendale, California.


Por Jose Luis Fernandez.

Como cubano y como católico asistimos a la misa y conferencia dada por el Cardenal Jaime Ortega Alamino, en la iglesia la Sagrada Familia en la ciudad de Glendale.

Como la mayoría de los cubanos me sentí extremadamente defraudado por el mensaje que dio el Cardenal a los exilados presentes. Debo destacar que la misa fue la ceremonia que regularmente dan cada domingo al medio día en idioma español, por lo que el templo estaba lleno de los acostumbrados feligreses en los que la mayoría son mexicanos y centroamericanos.

Después de la misa, se había anunciado que el Cardenal compartiría con los cubanos y contestaría a sus preguntas. Pero había que someter las preguntas por escrito.

A pesar de que se le pregunto directamente -entre ellos este periodista- el Cardenal no quiso hablar del futuro de los hospitales, sanatorios, centros de enseñanza, hospicios y asilos católicos que con gran trabajo y esfuerzo económico fueron creados por generaciones de católicos cubanos. Estas instituciones fueron confiscadas por el gobierno de Fidel Castro en 1961. Tampoco quiso hablar de los cientos de sacerdotes y monjas que el gobierno castrista expulso de la isla, embarcándolos como fardos en el buque de carga español "Covadonga".

Y mucho menos quiso que se mencionara los fusilamientos entre 1961 y 1965 de los jóvenes de la "Juventud Obrera Católica" y de la "Juventud Masculina de Acción Católica", que gritaran "¡Viva Cristo Rey!" en el momento de recibir el plomo asesino en sus juveniles pechos. También eludió la pregunta sobre la dependencia de los Hermanos Maristas, conocida como Villa Marista, hoy convertida en lúgubre centro de torturas de la Seguridad del Estado Castrista.

Muchos aun se preguntan ¿A que vino el Cardenal Ortega a Los Ángeles? Los que esto se preguntan quizás ignoren que el Padre Marcos Gonzalez, de la Parroquia La Sagrada Familia de Glendale, es el encargado de recibir los dólares para ser enviados a la iglesia católica cubana, especialmente a la organización Caritas.

Después que dejo de recibir los 5 mil millones de dólares del Imperio Soviético, en 1994 o 1995, no estamos seguros, y con el malestar que tenían los comunistas debido a los dólares que estaban recibiendo algunos cubanos desde Estados Unidos, Fidel Castro declaro en una Asamblea del Poder Popular "Desde la desgracia ocurrida al Campo Socialista necesitamos divisas. No importa como entren los dólares en Cuba. Los puede traer un turista europeo. Los puede enviar la comunidad de Miami. Como quiera que entren esos dólares legan finalmente a nuestro Banco Nacional."

Los dólares que recauda el Padre Marcos Gonzalez para la iglesia Católica Cubana NO SON UNA EXCEPCION.

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