Por Lee H. McCoy
Este resumen se basa en las ideas fundamentales presentadas por Lee H.
McCoy en su artículo original publicado en El Promotor de la Educación
Cristiana en 1960.
Lee H. McCoy sostiene que una de las necesidades actuales de las iglesias
(bautistas, pero aplicable a otras congregaciones) es la adopción de una
Constitución sencilla y un Reglamento Interior.
El autor testifica que una iglesia que adoptó estos documentos pudo: A) Resolver situaciones complejas al referirse a acuerdos preestablecidos y B) Evitar discusiones graves y resolver muchos problemas de manera pacífica.
Según Lee H. McCoy, en su artículo sobre las constituciones de las iglesias,
la Constitución es el documento fundamental que establece los principios
básicos y las leyes por las cuales la iglesia se autogobierna, abarcando temas
esenciales como el propósito, la membresía y la administración. Por otro lado,
el Reglamento Interior es un conjunto de reglas secundarias diseñadas para
llevar a efecto y detallar estos principios fundamentales, incluyendo
procedimientos para la disciplina, la elección de oficiales y las finanzas.
Aunque una iglesia puede operar con uno solo, o incluso sin ninguno, McCoy
enfatiza que la forma más clara y completa de funcionar es adoptando ambos
documentos por separado, asegurando siempre que el Reglamento Interior se
mantenga sujeto y en armonía con las leyes establecidas en la Constitución.
Lee H. McCoy destaca que adoptar estos documentos no es solo un asunto de
organización, sino un medio para preservar la paz y la democracia:
Provee a los miembros un documento escrito que disipa la ignorancia sobre
cómo se gobierna la iglesia, evita la usurpación de autoridad por parte de una
minoría, ya que los procedimientos están claros para todos y evita la confusión
e inseguridad al proporcionar los trámites y procedimientos que se deben seguir
al tratar los asuntos. También, ayuda a resolver desacuerdos y evita
malentendidos permitiendo que, un acuerdo ya no es la opinión acalorada de una
persona, sino la opinión de toda la congregación asentada en la Constitución. Define
las responsabilidades de cada persona y protege al moderador de ser acusado de
tendencias dictatoriales.
El autor también advierte sobre los peligros como son la lentitud de los
procedimientos democráticos que pueden ser lentos, lo cual puede ser frustrante
para líderes agresivos que prefieren actuar de inmediato. Puede ser un estorbo
para líderes que quieren "llevar la batuta" y hacer nuevas reglas
continuamente y existe el riesgo del legalismo en tanto que la observancia de
las leyes se vuelva más importante que los fines espirituales de la iglesia.
Esto ocurre cuando la Constitución se usa para sofocar la iniciativa o el buen
juicio.
McCoy aconseja, conseguir copias de Constituciones de otras iglesias como
guía, adaptándolas a las propias necesidades y en algunos casos, buscar el
consejo de fuentes legales.
Aprobada y publicada, debe ser distribuida a todos los miembros y
entregada a cada miembro nuevo. Aun así, debe ser estudiada, revisada y
corregida periódicamente (idealmente cada año) para mantenerla al corriente y
eliminar ambigüedades.
Como conclusión, el artículo de Lee H. McCoy nos invita a ver la
Constitución y el Reglamento no como documentos de simple burocracia, sino como
herramientas divinamente inspiradas para preservar el orden, la paz y la
democracia en la iglesia, permitiéndonos enfocarnos en nuestra misión
espiritual.
Hasta aquí el texto resumido que ustedes pueden leer íntegramente AQUÍ
Me permito incluir tres peguntas que pueden contestar los que así lo deseen
en los comentarios:
1. ¿Podría
la falta de documentos claros (Constitución/Reglamento) estar afectando la
unidad o la toma de decisiones en nuestra iglesia hoy?
2. ¿Cómo
podemos nosotros, como iglesia, adoptar y seguir estos documentos de orden sin
caer en el legalismo?
3. Si
adoptáramos estos documentos, ¿qué compromiso personal asumiría usted para
estudiarlos y entenderlos?
Recopilación, resumen y notas adicional al final de, Eloy
A González.
[18 de noviembre de 2025]

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