En mi participación en
el programa de Navidad ayer en la Iglesia donde me congrego dije al final de mi
intervención:
“Nunca
en la historia ha ocurrido tantas cosas trascendentes e intrascendentes en tan
poco tiempo. El alcance de ese momento culminante es y ha sido por siglos el
momento excelso en que Dios se hizo hombre y vino a habitar entre nosotros. Los pastores, acostumbrados a la simplicidad,
tal vez no alcanzaron a comprender el significado de tan eminente mensaje que,
daba Gloria a Dios y prometía Paz en la tierra a los hombres de buena
voluntad. Esa noche de santa excelencia
en Belén fue un regalo de Dios. Un regalo de amor y de vida que celebramos con
el nombre de Navidad. Tiempo de agradar a Dios y tiempo de mirarnos los unos a
los otros porque siempre hay un instante para mostramos, de manera recíproca,
la buena voluntad y desearnos la Paz”.
Quiero señalar que, el pedido
en aquella Noche de Belén a personas tan sencillas como los pastores; nos hace
pensar que, si hay un lugar en el que urge que se haga posible el propósito de : “Paz y buena
voluntad para con los hombres” es en nuestros querida y atribulada Patria, que
no es distante.
Eloy A González.
[Mi intervención a
partir de los 50 min].
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