Ariel Ruiz Urquiola ,en su séptimo día de huelga de
hambre.
Hoy
nos levantamos en nuestra zona de confort ; a fin de cuentas, ya estamos instalados
en un país donde nada nos falta. Lejos de la dictadura que creemos haber dejado
y que está metida en nuestra conciencia. Nos preparamos para un día de domingo
creyentes y no creyentes. En unos minutos nos vestimos de domingo e iremos a
los habituales servicios religiosos donde, escucharemos la palabra de Dios,
cantaremos y regresaremos a nuestros hogares para el habitual encuentro de familia.
Todo
esto cuando allá lejos , en Ginebra Suiza, un hombre muere lentamente sentado
en la calle en huelga de hambre y sed pidiendo a las autoridades que le dejen morir
en paz.
Muchos
elevaran sus opiniones sobre la santidad de la vida y si vale la pena tal
sacrifico. Hablaremos eso de : “El ayuno que a mí me agrada/es que liberen a
los presos/encadenados injustamente,/es que liberen a los esclavos,/es que
dejen en libertad a los maltratados/y que acaben con toda injusticia;,,,,’ .
¡Y de eso precisamente se trata!. Cuando un hombre decide de tal suerte valerse
de su vida , ofrecerla en sacrifico vivo por todo un país secuestrado , por
tantos cubanos esclavizados, por tantos vilipendiados, por tantos encarcelados…,
No
, no estamos listo hoy endomingados y Biblia en mano, sentarnos en el banco de
la Iglesia mientras un cubano va camino a la muerte allí en una calle de
Ginebra. Sobre todo, porque, ante sacrificio así, no hemos mostrado ni la más mínima
expresión de solidaridad y respeto. Hoy no estoy para citas bíblicas, ni discursitos
moralistas ni mucho menos para rifirrafes politiqueros. Se nos muere Ariel y
eso puede ocurrir en un cálido domingo de Iglesia y almuerzo en familia.
Me
quedo en estos momentos dramáticos y reveladores con las palabras estas, tal
vez familiares para muchos , en tanto que les llegue también este video.
Yo los guiaré constantemente, les daré agua en el
calor del desierto, daré fuerzas a su cuerpo, y serán como un jardín bien regado,
como una corriente de agua. Reconstruirán las ruinas antiguas, reforzarán los
cimientos antiguos, y los llamarán: “Reparadores de muros caídos”, “Reconstructores
de casas en ruinas”.[Is. 58]
Eloy A Gonzalez [julio 10, 2022]
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