Me atrevería a afirmar que la primera víctima de un régimen comunista es la familia. He vivido lo suficiente y he escuchado tantos testimonios sobre esto.
Somos parte de
una sociedad envilecida, donde el odio es política de Estado; lo primero que
alcanza es a la familia y el daño es tal que no hay solución en el tiempo.
Somos parte de una obra de maldad donde no hay lugar para la piedad. Los
corazones están entenebrecidos, envenenados por las palabras . Nos asisten las más bajas pasiones
y al final de la jornada nada queda porque el entorno ha fracasado, el escenario
engañoso de la revolución también ha fracasado.
He visto familias
desechas, dedicaciones tenebrosas a la delación y el encono; un silencio como
de muerte entre familiares y un aullar de odios.
No hay familia
sin virtud, esta empieza en el abrazo reparador sin importar la distancia y el menosprecio.
Para la familia nada de odios, solo amor
reparador y sano juicio.
Si aspiramos a
levantar una nación con la virtud
colectiva, debemos de comenzar remediando las heridas de la familia distante, desecha,
lastimada e inmisericorde. Nos falta, pero ya llegará, el abrazo redentor
colectivo.
Aquí tengo el
perdón…, todos son depositarios de este sin excepciones. Alcanza para todos.
Eloy A Gonzalez.
febrero 17, 2021
Esta nota la escribí después de leer el testimonio de un joven cubano
que, habiendo participado en los eventos del 27 de noviembre en La Habana y
salir en una foto en las redes; ha sido objeto del menosprecio y ataque de sus
padres, familiares, amigos y contertulios.
La nota que escribí como comentario, de inmediato, desapareció tragada
por quien sabe que el algoritmo torcido.
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