CARTA ABIERTA A LAS AUTORIDADES POLÍTICAS DE LA NACIÓN.
(Segunda Parte)
Continuacion….,
Si el Artículo 16 dice que el Estado Cubano: «sostiene
su voluntad de observar de manera irrestricta los principios y normas que
conforman el Derecho Internacional, en particular la igualdad de derechos […]
sobre la base de la Igualdad, el respeto y los demás principios proclamados en
la Carta de las Naciones Unidas» y esos principios según los Artículo 18 y
19 le dan derechos a las Iglesias atacadas que no se están reconociendo, lo
cual incluye:
·
El derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y
religión.
·
La libertad de tener la creencia que se quiera y
cambiarla cuantas veces se quiera individual y colectivamente.
·
La libertad de manifestar públicamente nuestras
creencias por medio de la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
·
La libertad de opinar y expresar un criterio, aunque
sea diferente.
·
El derecho a no ser molestado a causa de las opiniones
que damos.
·
El derecho para difundir nuestros criterios sin
limitación de fronteras y por cualquier medio de expresión.
Sin duda, el derecho de uno termina cuando comienza el
derecho del otro, es evidente que el conflicto entre el sector cristiano y el
LGTBI va en crecimiento, pero porque hay fuerzas políticas que se benefician de
esto. Pues acaso no dice el Artículo 16 de la carta magna que en vez de
demostrar parcialidad el Estado buscará: «el arreglo pacífico de
controversias sobre la base de la igualdad, el respeto y los demás principios
proclamados en la Carta de las Naciones Unidas». No veo políticas
conciliadoras, veo una política que totalitariamente está poniendo todos los
recursos del estado a favor de un sector y en detrimento del otro.
Por tanto, permítanme observar que, si la homofobia es
una manifestación de odio, la eclesiofobia también. Recuerdo que no son los
principios morales de la Revolución fomentar ningún tipo de discriminación,
exclusión o discurso de odio. Sin embargo, es creciente ver como líderes de
organizaciones de masa, son cada vez más explícitos en su eclesiofobia, ahora a
ellos se suman los medios de comunicación, que es lo próximo ¿será un delito
ser cristiano y pensar diferente?
En vez de buscar una política equitativa y justas se
está sintiendo como cada día hay fuerzas políticas en la nación que buscan
convertir a la Iglesia evangélica en el próximo sector social discriminado en
Cuba. Sector, que, si se sigue fomentando la eclesiofobia entre la población,
deberá salir a exigir sus derechos tarde o temprano. ¿Está realmente es una
manera pacífica de resolver las controversias en base a la Igualdad, el respeto
y los derechos humanos?
Recuerdo para concluir el inciso g del mismo Artículo
16, en el cual se enuncia que el Estado cubano: «defiende y protege el
disfrute de los derechos humanos y repudia cualquier manifestación de racismo o
discriminación». ¡Muy bien! Es hora de que nos defiendan y nos protejan,
porque desde que comenzó la lucha LGTBI por imponerle coactivamente a toda la
nación la ideología de género, los cristianos cubanos han visto como se le
violentan una y otra vez sus derechos humanos y constitucionales.
No digo que no haya cristianos que trabajen en contra
de la Revolución, pero recordemos que cada cual tiene el derecho humano a
escoger su afiliación política y mientras no cometa un delito no debe ser
molestado por pensar diferente. Además, no se puede seguir diciendo que
contrarrevolucionario y religioso es las mismas cosas, hay que respetar la
historia, hay que respetar a Maceo, a Martí, a Ignacio Agramonte, a Oscar
Lucero, a Frank y Josué País, a Sardiñas y a tantos otros religiosos que dieron
su vida por esta Revolución. Hay que recordar cuantos pastores bautistas
apoyaron con sus ofrendas y diezmos al proyecto revolucionario, como Frank País
uso sus influencias eclesiales y los locales de las Iglesias Bautistas para
fundar el movimiento 26 de Julio, hay que tener vergüenza y ser justo con la
historia y el presente.
Hay que detener el discurso de odio contra la Iglesia.
Solo porque las agencias enemigas buscan usar la iglesia cubana contra el
gobierno cubano, eso no significa que las iglesias se vayan a involucrar en
esas políticas y reacciones… ¿para qué tiene tanta gente cobrando salarios en
la contrainteligencia? Ustedes saben quiénes son y quienes no son ¿van a
permitir que se siga desacreditando a toda la fe cristiana solo porque les
conviene? Si los medios de comunicación son programados por el Estado Cubano
¿Acaso no podría considerarse que existe una política pública de descrédito
contra la Iglesia evangélica y que a ello responde estos recientes programas?
Sé que este post será visto mal por muchos. Pues todo
el mundo puede hablar mal de los cristianos y cuando los cristianos nos
defendemos somos tildados de contrarrevolucionarios. Pero hoy comienza
oficialmente con este post, mi campaña para que la eclesiofobia sea vista como
lo que es, un delito de odio.
Ante lo cual y teniendo la constitución a la mano,
espero que el gobierno cubano se sume y de la misma forma que ha apoyado al
movimiento LGTBI, contribuya a eliminar de los medios de comunicación y de los
discursos de sus dirigentes, todo discurso de odio o descrédito contra la
Iglesia cubana, pues la constitución exige:
ARTÍCULO 41. «El Estado cubano reconoce y garantiza
a la persona el goce y el ejercicio irrenunciable, imprescriptible,
indivisible, universal e interdependiente de los derechos humanos, en
correspondencia con los principios de progresividad, igualdad y no
discriminación. Su respeto y garantía es de obligatorio cumplimiento para
todos».
ARTÍCULO 42. «Todas las personas son iguales ante
la ley, reciben la misma protección y trato de las autoridades y gozan de los
mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación por
razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, edad, origen
étnico, color de la piel, creencia religiosa, discapacidad, origen nacional o
territorial, o cualquier otra condición o circunstancia personal que implique
distinción lesiva a la dignidad humana. […] La violación del principio de
igualdad está proscrita y es sancionada por la ley».
Por todo esto, la Iglesia cubana ante la creciente ola
de ataques, campañas de descrédito, discursos de odio y uso de los medios de
comunicación para fomentar la eclesiofobia como parte de la cultura del pueblo
cubano... le pedimos al Estado Cubano, la misma protección y trato, que se le
da a los que nos atacan, excluyen y discriminan. Para poder disfrutar individual
y colectivamente de los mismos derechos, libertades y oportunidades que los que
están usando los medios y las plataformas políticas para fomentar la
eclesiofobia en Cuba.
Según el Artículo 41 y 42, Es un deber del Estado
Cubano y un derecho de cada cristiano, que se nos reconozca y garantice «el
goce y ejercicio irrenunciable, imprescriptible, indivisible, universal e
interdependiente de los derechos humanos»
La eclesiofobia es un delito de odio contra la
Iglesia. No habrá equidad, ni justicia, si para mitigar la homofobia se fomenta
la eclesiofobia. No se puede resolver la violencia con violencia, ni el odio
sembrando nuevos odios, ni la discriminación discriminando, ni aceptar
discursos contra la intolerancia que sean discursos intolerantes. Es tiempo de
buscar la conciliación social, el respeto y una sociedad de derechos para
todos, no para unos más que para otros, ni para unos sí y otros no. Ni aceptaré
que nuestros líderes políticos muestran un apoyo a unos y un rechazo a otros en
materia de la defensa de los mismos derechos humanos.
Ya que hay un solo partido político en Cuba,
necesitamos que ese partido vele por los derechos de todos. Sobre todo, en este
momento por estos programas y algunos líderes políticos, han hecho pública y
fomentan su eclesiofobia, por lo cual las Iglesias evangélicas se sienten discriminadas
por estos medios y estos líderes.
No necesitamos que los medios de comunicación que nos
intentaron desacreditar se disculpen, no padecemos de infantilismo psíquico, ni
de arrogancia. Solo pedimos que se dejen de fomentar la eclesiofobia social y política
en la sociedad cubana. Si realmente estamos construyendo un «Estado de
derechos, equidad y justicia social», entonces es una contradicción si se
continúa fomentando la eclesiofobia por los medios de comunicación y en los
discursos políticos de nuestros líderes. Además de esto, seria genial si cesara
la exclusión y la discriminación de la Iglesia evangélica en los medios de
comunicación. Todo lo cual, sabemos que está en el poder de ustedes lograrlo si
quisieran.
¡Abajo la eclesiofobia!
Suyo,
Maikel Mauris
Milán Suárez.
PD para los dirigentes: Sé que muchos dirigentes y
otros funcionarios están dentro de mi lista de amigos en Facebook, espero
puedan dirigir a los ojos adecuados este post.
PD para los cristianos: Sé que falta mucho valor en el
pueblo cristiano cuba para hacerse eco de textos como este, pero si un día
usted le dijo a Dios “heme aquí” …quizás hoy sea el día en que debamos gritar
juntos ¡Abajo la eclesiofobia!
PD para los abogados: No sé qué creen, pero yo creo
que es hora de definir qué es eclesiofobia y que no, como delito de odio y
manifestación de discriminación.
El Pastor Maikel Mauris Milán Suárez trabaja en CRU
Cuba. Coordinador Nacional del Movimiento Global De Iglesias y CRU-Cuba. Vive
en Las Tunas en la provincia del mismo nombre en Cuba. Facebook
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