La falta de perdón, el rencor y la raíz de amargura, hace al hombre vivir afligido y en una
dimensión inferior a la diseñada originalmente para él; es un veneno espiritual
que emana del alma que no perdona y que rebasa las fronteras del hombre
interno. El ser humano no fue diseñado para vivir con falta de perdón. De la
misma manera que cuando un hombre se encaja una pequeña astillita de madera, si
no se la saca tiempo aparecerá un
líquido espeso de color amarillento o verdoso llamado pus. Ídem a esto la falta
de perdón provoca un veneno que no se ve pero que desajusta las funciones
principales del organismo.
El perdón es más grande que la venganza. Así lo demostró José cuando
perdonó a sus hermanos que quisieron matarlo. Hay una ley de siembra y cosecha
que no la inventé yo. Lo que el hombre sembrare eso recogerá. Si se
arrepienten, que lo dudo debido a su orgullo, Dios los perdonará en el acto, y
ese es el deseo del Todopoderoso. Sin embargo la historia jamás los perdonará,
pues sus desmanes, fechorías y abusos, que han hecho contra gente buena e inocente,
estarán fotografiados no sólo en la memoria de la generación actual, sino
también en las próximas, a la vez que serán recogidas en las crónicas de la
nueva patria que se avecina.
Apóyanos al apóstol Bernardo de Quesada y a su ministerio en oración y
si hiciera falta algo más también estamos dispuestos a ayudar. Coloco mi correo electrónico para si algún
pastor del ministerio de Bernardo necesita ayuda sepa que puede constar con
nosotros.
Todas las iglesias apostólicas cubanas y sus más de 30 mil feligresías
rechazan la visita del secretario
general del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI).
1 comentario:
Sí lo sé. El odio y el rencor corroen los sentimientos. La venganza oprime al alma.
Publicar un comentario