Por: Oscar Sánchez Madan. *
Matanzas, Cuba, enero 2007 - En su edición del domingo 17 de diciembre del año 2006, el diario Juventud Rebelde publicó un artículo del periodista José Aurelio Paz **, en el que el autor convoca a los comunicadores a utilizar la palabra no para engañar a los lectores, sino "como hálito restaurador que mueva los mejores sentimientos humanos".
Estimula saber que a pesar de que los cubanos vivimos bajo un régimen totalitario, haya alguien como el señor Aurelio Paz, que nos exhorte a defender la verdad en el periodismo.
¡Que bueno sería que mi colega predicara con el ejemplo! "Hacer -dijo José Martí- es la mejor manera de decir".
Si José Aurelio se decidiera a difundir la verdad, tal vez los cubanos leeríamos en Juventud Rebelde informaciones sobre los reclusos que mueren cada año en las cárceles de la Isla en condiciones sombrías, como el joven Lázaro Baró Montalvo, de 27 años, quien residía en el poblado de Cidra, municipio Unión de Reyes, provincia Matanzas. Baró padecía serios problemas mentales, fue sancionado por un tribunal y recluido en la tenebrosa prisión Combinado del Sur, en la que, según diversas fuentes, no se le prestó debida asistencia médica para curarlo de afectaciones respiratorias y falleció el pasado 8 de enero.
José Aurelio Paz y sus compañeros de la prensa oficial jamás se han referido a los cientos de agentes de la policía que en los últimos 10 años han sido sancionados o expulsados de dicha institución por cometer indisciplina, muchas de ellas graves, o por inmiscuirse en reprobables actos de corrupción y abuso de poder.
No he leído en Juventud Rebelde los desgarradores testimonios narrados por las decenas de sobrevivientes del hundimiento del remolcador 13 de Marzo, ocurrido el 13 de julio de 1994 en las inmediaciones de la Bahía de La Habana, donde murieron a 37 compatriotas que intentaban abandonar la isla, entre ellos 10 niños.
¿Sabrá algo mi colega sobre las golpizas que se les propina a los reos en las cárceles de nuestro país, o sobre el sufrimiento que estos experimentan debido al hacinamiento en el que sobreviven? Dudo que el Sr. José Aurelio haya visto alguna vez a un joven recluso cubano caer desmayado sobre su propia sangre luego de ser golpeado.
Que le pregunte al prisionero político Juan Carlos Herrera Acosta, recluido en el penal de Kilo 8, en Camagüey, que se ha cosido los labios en varias ocasiones para protestar contra las condiciones infrahumanas de la prisión.
Si el periodista José Aurelio Paz** se propusiera cumplir con el mandato de su artículo escribiría algo que ayude a restaurar a la enlutada familia Lázaro Baró Montalvo. De hacerlo lo consideraría un periodista honrado, que actúa de acuerdo a lo que escribe.
* Periodista independiente cubano.
** Periodista “dependiente” cubano (ver en la foto) .Escribe para la Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación. ALC Noticias.
Matanzas, Cuba, enero 2007 - En su edición del domingo 17 de diciembre del año 2006, el diario Juventud Rebelde publicó un artículo del periodista José Aurelio Paz **, en el que el autor convoca a los comunicadores a utilizar la palabra no para engañar a los lectores, sino "como hálito restaurador que mueva los mejores sentimientos humanos".
Estimula saber que a pesar de que los cubanos vivimos bajo un régimen totalitario, haya alguien como el señor Aurelio Paz, que nos exhorte a defender la verdad en el periodismo.
¡Que bueno sería que mi colega predicara con el ejemplo! "Hacer -dijo José Martí- es la mejor manera de decir".
Si José Aurelio se decidiera a difundir la verdad, tal vez los cubanos leeríamos en Juventud Rebelde informaciones sobre los reclusos que mueren cada año en las cárceles de la Isla en condiciones sombrías, como el joven Lázaro Baró Montalvo, de 27 años, quien residía en el poblado de Cidra, municipio Unión de Reyes, provincia Matanzas. Baró padecía serios problemas mentales, fue sancionado por un tribunal y recluido en la tenebrosa prisión Combinado del Sur, en la que, según diversas fuentes, no se le prestó debida asistencia médica para curarlo de afectaciones respiratorias y falleció el pasado 8 de enero.
José Aurelio Paz y sus compañeros de la prensa oficial jamás se han referido a los cientos de agentes de la policía que en los últimos 10 años han sido sancionados o expulsados de dicha institución por cometer indisciplina, muchas de ellas graves, o por inmiscuirse en reprobables actos de corrupción y abuso de poder.
No he leído en Juventud Rebelde los desgarradores testimonios narrados por las decenas de sobrevivientes del hundimiento del remolcador 13 de Marzo, ocurrido el 13 de julio de 1994 en las inmediaciones de la Bahía de La Habana, donde murieron a 37 compatriotas que intentaban abandonar la isla, entre ellos 10 niños.
¿Sabrá algo mi colega sobre las golpizas que se les propina a los reos en las cárceles de nuestro país, o sobre el sufrimiento que estos experimentan debido al hacinamiento en el que sobreviven? Dudo que el Sr. José Aurelio haya visto alguna vez a un joven recluso cubano caer desmayado sobre su propia sangre luego de ser golpeado.
Que le pregunte al prisionero político Juan Carlos Herrera Acosta, recluido en el penal de Kilo 8, en Camagüey, que se ha cosido los labios en varias ocasiones para protestar contra las condiciones infrahumanas de la prisión.
Si el periodista José Aurelio Paz** se propusiera cumplir con el mandato de su artículo escribiría algo que ayude a restaurar a la enlutada familia Lázaro Baró Montalvo. De hacerlo lo consideraría un periodista honrado, que actúa de acuerdo a lo que escribe.
* Periodista independiente cubano.
** Periodista “dependiente” cubano (ver en la foto) .Escribe para la Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación. ALC Noticias.
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