Por Alfredo M. Cepero.*
"Yo soy el Buen Pastor. El
buen pastor da su vida por las ovejas". Parábola del Buen Pastor -Juan
10,1-18.
La parábola del Buen Pastor es una de las más emblemáticas e
ilustrativas de la Santa Biblia porque sintetiza en muy pocas palabras el
mensaje y la misión por los que vino a la Tierra el Hijo de Dios. Es la máxima
expresión del amor de un pastor que sacrifica hasta la propia vida para
proteger a aquellos que se le han encomendado a su cuidado. Ese mensaje y esa
misión fueron expresados con vehemencia y valentía en días recientes por un
prelado venezolano. El Cardenal y Arzobispo de Mérida, Baltazar Porras Cardozo,
demostró ser el buen pastor del pueblo de Venezuela.
En un mensaje de conmovedoras palabras, el purpurado se despoja de sus
merecidos atuendos de Príncipe de la Iglesia y se abraza a los jóvenes que se
juegan la vida por la libertad de la patria. En su mensaje, Porras Cardozo deja
bien claro que no está interesado en el favor de los poderosos sino
comprometido con el bienestar de los desamparados y perseguidos de su pueblo,
el "Juan Bimba" consagrado en la poesía y la prosa de Andrés Eloy
Blanco.
Aunque no acostumbro a hacer citas demasiado largas de otros autores, en
esta ocasión no puedo resistir la tentación de hacerlo. El tema es tan
importante y las palabras tan elocuentes que deben de ser repetidas hasta el
cansancio para que las escuche un mundo hasta ahora insensible a la tragedia de
Venezuela.
El Cardenal y Arzobispo de Mérida, Baltazar Porras Cardozo |
En su mensaje a los jóvenes, emitido el 13 de abril pasado, el cardenal
hace un acto de confesión patriótica cuando dice: "Yo estoy con los muchachos,..con los que se escapan de las madres, que
ya no pueden atarlos a las casas… Con los muchachos que se empecinan en
despertar un país dormido que solo se lamenta, un país verbo, país paz de la
fea, de la sumisa…Estoy con los muchachos, porque creo en las conquistas, no en
las regalías, porque soy como ellos, un poco tonto, otro bravío, o simplemente
porque no me da la gana de dejarle mi país a las hienas". ¡Bravo
Cardenal, Bolívar lo bendice desde su gloria eterna!
Como era de esperar, la jauría que se ha apoderado por la fuerza de
Miraflores y que repite las consignas ofensivas que le envían desde La Habana,
la emprendió contra el prelado. La respuesta soez expresó que: "Guiado por el demonio, el Cardenal Baltazar
Porras envía carta apoyando odio y violencia de guarimberos. Rompiendo con toda
regla y paradigma, los religiosos venezolanos se han dedicado a politizar la fe
católica y a apoyar a vándalos que sólo buscan violencia y
desestabilización".
Pero, en honor a la justicia, Porras Cardozo no es la excepción entre
los miembros de la curia venezolana sino la regla. En enero de este año, la
reportera en Caracas del ABC de Madrid, Ludmila Vinogradoff, daba cuenta de
que: "El arzobispo de Caracas,
cardenal Jorge Urosa, instó a los sacerdotes a leer en todas las misas del
pasado domingo una homilía en la que animaba a los venezolanos a "no
dejarse intimidar" y a "erradicar la dictadura" por la vía
"pacífica y democrática". Con esto no queda duda alguna de que la
Iglesia de Venezuela, a diferencia de la de Cuba, ni pide permiso ni acepta
órdenes de Roma a la hora de enfrentarse a los tiranos que oprimen a su patria.
¡Qué contraste entre esta Iglesia de Venezuela erguida ante sus
opresores y la Iglesia de Cuba arrodillada ante los diablos que martirizan a mi
patria! ¡Qué contraste entre sus buenos pastores y nuestros falsos pastores!
¡Qué contraste entre Baltazar Porras Cardozo y Jaime Ortega Alamino! El primero
confrontando a sus tiranos y el segundo al servicio de nuestros déspotas. A
propósito, volvamos a la parábola del buen pastor donde hace referencia a los falsos
pastores. "No así el asalariado, que no es el pastor ni las ovejas son
suyas. Cuando ve venir al lobo, huye abandonando las ovejas, y el lobo las
agarra y las dispersa. A él sólo le interesa su salario y no le importan nada
las ovejas".
Esa ha sido la conducta de Jaime Ortega. No sólo abandonó a las ovejas
encomendadas a su cuidado para servirse a sí mismo sino fue más allá.
Vilipendió y despersonalizó a quienes se atrevieron a denunciar su miserable
conducta. Durante una conferencia en la Universidad de Harvard, Ortega
manifestó que la ocupación de la Basílica Menor de la Iglesia de Nuestra Señora
de la Caridad, en Centro Habana, por un grupo de 13 opositores, fue organizada
por la "gusanera" que opera desde Miami.
La realidad es que la ocupación fue una operación pacífica organizada en
Cuba y que Ortega aprobó con antelación el operativo militar que puso punto
final a una de las más significativas acciones de la oposición en víspera de la
visita del papa Benedicto XVI a Cuba, realizada del 26 al 28 de marzo de 2012.
Y en un acto de supina vileza, este Judas negó que hubieran sido sacados por la
fuerza y agregó que: "Ellos eran un
grupo que, me apena mucho, pero todos eran antiguos delincuentes”, afirmó
Ortega. “Había un ex preso cubano que
había sido devuelto a Cuba, había estado seis años en la cárcel, y fue una de
las personas excluibles que fueron mandados a Cuba [...]. Había toda una gente
allí sin nivel cultural, algunos con trastornos sicológicos”.
Pero la maldad de este hombre para justificar su repulsiva conducta no
conoce siquiera el límite del respeto a la memoria de los muertos. En ese mismo
viaje a los Estados Unidos declaró a la prensa que Monseñor Agustín Román le
recomendó no mencionar la palabra reconciliación en su primera visita como cardenal
a Miami en los años 80. “Román me llamó aparte y me dijo: ‘En tus discursos, en
tus homilías tú hablas de reconciliación. No menciones esa palabra en Miami’”.
Una frase que jamás pudo haber salido de la boca de aquel hombre santo y
humilde que fue Monseñor Román y una mentira más de quien ha hecho de la farsa
un modo de vida de lujos y privilegios.
Otro incidente que ilustra la perversidad de este sujeto se produjo con
motivo de la celebración del 4 de julio de 2015 en la residencia del jefe de
misión de la Oficina de Intereses de EE.UU. en La Habana. Un grupo de
opositores, entre los cuales se encontraban el dirigente Egberto Ángel Escobedo
y las Damas de Blanco Leticia Ramos y María Labrada le reprocharon que hubiera
negado que hubiera presos políticos en Cuba. La respuesta tajante de Ortega: "No, para mí no hay presos políticos.
Nosotros hicimos la gestión en el 2010 para sacar a los últimos presos
políticos que habían y la Iglesia católica fue la que hizo eso". Acto
seguido los amenazó con llamarles a la Seguridad del Estado. No creo que sean
necesarios más ejemplos.
Lo que sí quiero ratificar es que esta reconciliación farisaica
predicada por Ortega de las víctimas con sus victimarios es inaceptable y
humillante. No puede haber reconciliación con quienes han asesinado a millares
de seres humanos para preservar el poder. Además, los centenares de jóvenes que
murieron por su iglesia y por su patria ante los paredones de fusilamiento
gritando "¡Viva Cristo Rey! dieron testimonio de que morían por su fe en
el máximo exponente de los buenos pastores, el que fue crucificado hace dos
milenios en El Gólgota. Este falso pastor cubano los habrá traicionado, pero
todos son tan mártires como los del Circo Romano, los de la Guerra Civil
Española, los de los campos de exterminio nazis y los decapitados por el
terrorismo islámico. Un día serán elevados a unos altares donde pido a Dios que
no oficien sacerdotes de la baja calaña de Jaime Ortega.
La opción de la Iglesia Cubana en estos momentos es muy clara. Se une a
su pueblo en la defensa de la libertad como ha hecho la Iglesia Venezolana o se
prepara a pagar las consecuencias de su complicidad con la tiranía en la Cuba
democrática que ya se avecina. El momento de estar del lado correcto de la
historia es ahora. Después será demasiado tarde.
* Director de www.lanuevanacion.com
. http://twitter.com/@AlfredoCepero
TEXTO COMPLETO DEL MENSAJE DEL CARDENAL PORRAS A LOS JÓVENES VENEZOLANOS.
http://www.lanuevanacion.com/articles.aspx?art=7448
Fuente: La Nueva Nación es una publicación independiente cuyas metas son
la defensa de la libertad, la preservación de la democracia y la promoción de
la libre empresa. Visítenos en: http://www.lanuevanacion.com
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