La luz resplandecía en las tinieblas: Cómo los cristianos lograron
vivir su fe en la URSS
Vladimir Vorobev es sacerdote ortodoxo, rector de la Universidad Ortodoxa
de Tichon, en la cual preside el Departamento de Historia Moderna de la Iglesia
Ortodoxa. Es también rector de la iglesia de San Nicolás de Moscú, y miembro de
la comisión sinodal para la canonización de los santos. Y de la redacción
científica de la Orthodox Encyclopedia.
Su testimonio fue esta mañana en el ´Meeting de Rímini para la Amistad
entre los Pueblos´ que se combinó con la exposición: “Luz en las tinieblas: el
testimonio de la Iglesia ortodoxa rusa en los años de la persecución soviética.
La relación de Comunión y Liberación con el cristianismo ruso tiene 50 años. Se
remonta a cuando el fundador de dicho movimiento católico, Don Giussani, hacía
rezar a sus jóvenes delante del ícono de la Trinidad.
Lenin y Stalin intentaron acabar con la fe de su pueblo |
El testimonio más importante de la resistencia cristiana al comunismo
fue la del padre Vsevolod Spiller (1902-1984), que profetizo que en pocos años
caería el sistema soviético y se volvería a la Rusia de la fe.
El rector de la universidad de Tichon contó como el régimen soviético
en sus inicios había planificado científicamente exterminio y anulación de la
fe ortodoxa a partir de sus sacerdotes y obispos. A tal propósito, dijo, existe
una carta de Lenin que documenta este intento.
El momento más violento y negro de las persecuciones anticristianas
fue entorno al 1937-38 y se lo llama el período del “gran terror”. Lo que
distinguirá al régimen soviético respecto a otras dictaduras fue la voluntad
exterminar no solamente miles de personas sino a también enteras categorías
sociales.
El tragicómico paradoxo de aquellos años, contó Vorobev, es que el
régimen a un cierto punto llegó a difundir por las calles un cartel con la
propaganda “La vida se ha vuelto más alegre" e insistía en modo obstinado
sobre el mito marxista de que “la religión es el opio de los pueblos”...
¿Cómo fue posible entre tanto que la Iglesia en Rusia haya podido
sobrevivir casi 70 años de persecuciones, con sus más altos representantes
fusilados, encarcelados, mandados en los gulag o en la mejor de las hipótesis
obligados a vivir en la clandestinidad? “Gracias a que existió un pequeño grupo
que conservó la fe y que la trasmitió a las generaciones sucesivas”, explico
Vorobev.
La fuerza de la oración hizo florecer miles de testimonios de mártires
o de sobrevivientes, muchos de los cuales con carismas especiales.
Algunos de ellos tenían poderes taumatúrgicos, otros tenían el don de
la profecía, otros aún podían leer en la mente de su interlocutor respondiendo
todas las preguntas que iban a recibir. Todos entretanto tenían una virtud, la
incapacidad de odiar y la constante misericordia por el propio perseguidor.
Vorobve dijo que la ideología que había perseguido a los cristianos en
la Rusia soviética era la misma ideología que persigue a los cristianos de hoy
en todo el mundo.
Al despedirse con gratitud al
público del Meeting de Rimini, Vladimir exhortó a “conservar la memoria de
estos mártires” y concluyó que “quien vive segundo la fe será perseguido. Y que
solamente la fe puede permitir al mundo de seguir viviendo”.
Fuente: Religión
en Libertad
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