Escraches es una palabra, pero también es un acto. Es
término y practica que hoy es objeto de polémica. Siendo así la definición misma
no me es ajena y es por eso que indago e interpreto lo que para otros es
sentida querella, porfía lingüística incluso. Es definición y aquí va:
Escrache
es el nombre dado en Argentina, Uruguay y España a un tipo de manifestación
pacífica en la que un grupo de activistas de Derechos Humanos se dirige al
domicilio o lugar de trabajo de alguien a quien se quiere denunciar. Se trata
de un método de protesta basado en la acción directa que tiene como fin que los
reclamos se hagan conocidos a la opinión pública.
Lo que para muchos puede resultar un acto de hacer
justicia en sus inicios se trasforma en una práctica que hace del acoso y lo
degradante ejercicio cruel. Se asegura que la
palabra nació en su uso político en 1995 en Argentina, utilizada por la
agrupación de derechos humanos HIJOS .En Chile estas acciones son conocidas
como funa. La versión peruana, con una connotación más simbólica, se
llamó roche y sus activistas firmaban como "El roche".
Como esta práctica de acoso y presión de uso público
contra políticos en España se ha hecho tan frecuente, el asunto ha pasado a ser objeto de fuertes críticas y encendidas
polémicas. En el asunto que nos ocupa, se establece las protestas de la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Tal y como explican en su página web,
el único objetivo de los escraches es informar a los diputados que se muestran
en contra de la dación en pago, de las «consecuencias
dramáticas» de su negativa hacia Iniciativa Legislativa Popular (ILP).
Casa en Argentina despues de un escrache o acto de repudio |
Se trata de un acto por el cual un grupo de personas
se reserva el derecho de ir a la casa o al trabajo de alguien que para estos
grupos han violado la ley y se muestran en franca impunidad, o no se hacen partícipes
de sus reclamos. Como quiera que actúen estos grupos motivados por demandas que
deben ser objeto de atención en una sociedad institucionalizada y con apego a
la Ley; sus actos llevan el signo distintivo de la exaltación y la violencia,
en este caso una violencia verbal tal que el individuo objeto del acto en sí, y
por proximidad su familia, recibe un trato cruel, inhumano y degradante.
Algunas opiniones han exacerbado la discusión sobre estas
acciones. Es así que se ha comparado los escraches que hoy aparecen en la
escena española como practicas nazis.
Esperanza Aguirre ha subido el tono de las críticas y en su Blog señala sin tapujos lo siguiente:
Estos
violentos acosadores se creen el paradigma de los buenos sentimientos pero sólo
son simples epígonos de las tácticas de los peores totalitarismos del siglo
pasado: el acoso con que las juventudes hitlerianas o las patrullas castristas
en Cuba trataban y tratan de amedrentar a los que no se someten a sus
designios. Y también son imitadores del matonismo de los seguidores de ETA en
el País Vasco, ese matonismo que no ha dejado vivir en libertad a los
ciudadanos de esa parte de España.
En el orden personal no he sido testigo de estos
actos denominados escraches, no sé cuan agresivos se muestran los
participantes. Solo por referencias conozco que hacían o hicieron las camisas pardas hitlerianas en la
Alemania nazi, pero eso sí, conozco muy
bien el accionar de las Brigadas de
respuesta rápidas en Cuba, lo que Aguirre llama, patrullas castristas. Pero veamos el actuar de estos y otros grupos
de acosadores.
Foto a la izquierda: El SA no sólo instigó la violencia callejera contra los judíos, comunistas y socialistas, sino que también hace cumplir los boicots contra empresas de propiedad judía, como este en Berlín el 1 de abril de 1933.
El acceso de Hitler al poder en enero de 1933 marco
el inicio de las prácticas de la discriminación y el matonismo. Los nazis
instauraron una orgía de terror dirigida contra oponentes políticos y judíos, a
quienes se sometió a la violencia arbitraria de los matones que integraban las
bandas de maleantes de las SA. En realidad las
Sturmabteilung o SA fueron un
grupo o milicia con una estructura militar completa. Llamados las camisas pardas por el color de su uniforme, fueron el primer grupo militarizado nazi que
creó títulos y rangos jerárquicos propios para sus miembros. Estas hordas nazis
eran matones, no se detenían ante nada, su misión era instaurar un régimen de terror;
comenzaron con trifulcas en cervecerías y calles contra los opositores, a estas
últimas le llamaban, colisiones. No
tenemos referencias, aunque pudo haber ocurrido, que las camisas pardas nazis fueran a las casas y trabajos de los
judíos y opositores a acosarlos y hostigarlos. La intención en sí es la de hacer
a la gente vulnerable e inculcarles el miedo. Esto lo conocemos muy bien los
que hemos vivido en una dictadura totalitaria.
En el caso de la Argentina los escraches son una práctica que buscaba hacer justicia cuando esta
estaba ausente. La impunidad hace que las víctimas se sientan ofendidas y en un
estado de indefensión ante la justicia. El objetivo es poner en evidencia a alguien;
alguien que lejos de ser el centro de
un acto de “señalamiento” debía de
estar respondiendo en los tribunales por sus actos. La investigación, la
instrucción de cargos y la conducción
ante la instituciones encargas de aplicar la Ley es un asunto y otro muy serio
es el de localizar, asediar e intimidar
a un individuo y su familia. No se trata de linchar sino de actuar con apego al
derecho y mostrando cierta compasión.
Un periodista español va al punto, cuando afirma que esto de escrachar
es distinto para España. Dice Losada:
El copyright lo tiene los llamados “actos de repudio” cubanos en la que
cientos de violentos rodean tu casa y te amenazan a ti y a tu familia. Y aquí
está la clave. Porque una cosa es el derecho de opinión y de manifestación y
otra el acoso. Máxime cuando el acosado es un familiar cuyo delito es haber
contraído matrimonio, ser padre o ser hijo. El derecho de manifestación tiene
que ser compatible con el derecho a la privacidad y a la intimidad personal y
familiar. Así que el gobierno ya ha advertido que defenderá el derecho de
manifestación, pero también los derechos y la seguridad de todos. O sea que a
diferencia de Cuba o Argentina, aquí la Policía no mirará para otro lado. Lo
suyo.
Acto de repudio contra las Damas de Blanco en Cuba |
Losada esta en lo cierto, nada más cercano a los
escraches que los actos de repudio en Cuba. Excluida del análisis y comparación
el desempeño temprano de las acciones criminales del nacional socialismo alemán que organizaron
tempranamente las SA; los actos de repudio aparecieron en Cuba en
el 1980, mucho antes de los escraches de la izquierda latinoamericana. En tanto
que los grupos que participaban en los actos de repudio se organizaron como las
Brigadas de respuesta rápida en el año de 1992 y se involucró a todos los individuos
a través de los sindicatos en los centros de trabajo y los comités de defensa de la revolución (CDR) en los vecindarios.
Las mañas para intimidar y asediar a políticos que hoy se discute en España, ya es actuación desalmada en Cuba mediante los actos de
repudio y aquellos que los ejecutan están
organizados como grupo
paramilitar en las brigadas de repuesta rápida; su forma de agredir es verbal y
en ocasiones física sin llegar a causar la muerte de lo que entienden como
adversario. Son matones verbales y
pueden si se lo proponen matar.
Hace algunos años escribí un artículo sobre los actos de repudio en
Cuba, se trataba de
hacer conciencia de las personas que no son cubanos y no conocen de este accionar cuyo derecho patrimonial, lamentablemente, lo tenemos en Cuba. Con el título de: ¿Qué es un acto de repudio? Señalé lo siguiente:
Un acto de repudio solo puede tener lugar en una
sociedad envilecida, donde el odio es política de Estado. La Revolución en Cuba
es una obra de maldad de principio a fin, lo abominable es su signo distintivo.
No hay margen para la piedad; esta resulta vergonzosa para mentes torcidas por
una ideología perversa e infausta. Somos un pueblo que a fuerza de odiar, solo
conocemos los caminos de la iniquidad por donde transitamos con los corazones
endurecidos, envenenados por las palabras y discursos interminables de
contumaces engañadores, que empeñados en mantener el poder a toda costa,
empujan a los ciudadanos a ser partícipes de las más bajas pasiones y de los
actos más abominables.
Esta turba desalmada, bien organizada y cruel, ocupan todo su tiempo en lanzar todo tipo de
ofensas, obscenidades e insultos sobre una pobre familias acosada y sujeta a su
reducido espacio vital que es su vivienda; trasmitiéndole una sensación de
impotencia, vulnerabilidad y quebranto.
Los hombres y mujeres víctimas de estos actos, son
solo eso, víctimas de un régimen de opresión, que pisotea la dignidad humana.
Los otros, esos que gritan y agreden son también víctimas, convertidas por obra
de una Revolución traicionada en desechos humanos.
Viviendo bajo una despiadada dictadura, siendo
objeto y testigo de innumerables actos de violación al derecho y deseando que
un día desaparezca la impunidad y haya justicia; es lógico suponer que un acto
de señalamiento público a un represor
pueda parecer justo y deseable. En realidad no es así. Hay injusticias que
clama el cielo y aun cuando los detentadores del poder hacen uso de la violación
del derecho, la injusticia y el crimen, la mejor forma de denunciar este estado
de cosas es buscando las evidencias y exponerlas ante las
instituciones encargadas de aplicar la justicia y cuando estas no existen, presentarlas
en los medios y ante las organizaciones internacionales que velan
por el derecho individual y colectivo.
No es señalando, acosando e intimidando a un trasgresor
como debemos de buscar la justicia. Admitimos que nadie será sometido a tratos crueles, inhumanos y degradantes (Art. 5
Declaración Universal de los Derechos Humanos), como hacen los represores, para
luego llevar lo que entendemos por justicia a un hogar, en forma de ejecución verbal, donde residen
otras personas. Una forma más novedosa del acoso es la que se produce en la Red
y a través de las redes sociales que será objeto de un artículo futuro.
Fui objeto de dos actos de repudio que fueron
abortados por los organizadores de la policía política cubana, esto en el
hospital donde trabajaba y en el vecindario donde residía. Un tercer acto de
repudio se llevó a efecto en el local de seccional de los Comités de Defensa de
la revolución cerca de mi hogar. Aun cuando no fui objeto de burlas, agresiones
verbales o físicas, la sensación de vulnerabilidad y quebranto ante tanta injustica es algo que lo deja a uno
marcado para siempre.
Tal es la forma en que muchos individuos se
desempeñan en estas sociedades envilecidas, no necesitan muchas motivaciones
para abundar en obras de maldad para hacerse diestros en iniquidades. Esto solo
ocurre cuando un país que se hace infeliz y la conmiseración se hace vergonzosa;
los corazones se han endurecidos al límite…, no hay discernimiento alguno. La
virtud ha sido desechada.
©2013
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