Por: Armando Añel.
Las cosas que hay que oír. A propósito de la ocupación pacífica por una docena de opositores de la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Caridad este martes, en La Habana, y en vísperas de la visita del Papa, la Iglesia Católica ha circulado un comunicado criticando el hecho. “Nadie tiene derecho a convertir los templos en trincheras políticas”, dicen los jerarcas religiosos. Como si desde sus inicios mismos como institución la Iglesia no hubiera hecho otra cosa que política.
A la derecha, Cardenal Jaime Ortega y Alamino.
Si Jesús aterrizara en la Isla seguramente arrojaría del templo a latigazos no a los miembros del Partido Republicano de Cuba, sino a estos mercaderes “de la palabra de Dios”, a estos usureros del espíritu incapaces no ya de condenar el crimen de Estado y la represión, sino siquiera de emitir un mísero comunicado de reprobación contra el gobierno que ha convertido a ese pobre país en un gigantesco gulag. ¿Lo hicieron cuando el castrismo hundió un remolcador repleto de mujeres y niños en las afueras de la bahía de La Habana? ¿Lo hacen ahora cuando mujeres indefensas, con una flor por arma, son vejadas y golpeadas en las calles de Cuba? Por poner sólo dos ejemplos de tantos y tantos que pudieran citarse. Política es convivir con, y hacerle el juego a, un régimen liberticida que carga sobre su conciencia miles y miles de asesinatos políticos. Lo demás es paisaje.
Se dice que la Arquidiócesis de Miami es un hervidero de agentes de la Seguridad del Estado castrista. Aquí y allá pulula el político artero en sotana, con alma de degollador. Basta ver cómo la Iglesia ha corrompido hasta la médula el espíritu fundacional del cristianismo para comprender que nada puede esperarse de estos cómplices de la miseria, la separación familiar, la pedofilia y la muerte. Mucho menos en Cuba, país desde hace mucho tiempo olvidado por Dios.
Fuente: Neoclubpress.
*Escritor, periodista y editor. Reside en Miami, Florida. Edita el Blog Cuba Inglesa.
2 comentarios:
La iglesia católica cubana lo que tiene es miedo al gobierno y a proclamar su propia doctrina social cristiana o está totalmente penetrada por el castrismo.
Una iglesia no debe participar en política partidista pero tiene que defender y proclamar el derecho de sus fieles y no fieles a la libertad que nos dejó Cristo, que a nadie obligó a creer, y defender a la dignidad humana que es inherente a la ley natural.
Ya sacaron por la fuerza a los opositores que protestaban en la iglesia de La caridad.
Publicar un comentario