noviembre 17, 2021

La ignominia visitó Santa Clara.

 Por: Bárbaro Abel Marrero, PhD

Amo a Santa Clara, mi ciudad natal, la ciudad de Marta. Tal vez por eso me afectó tanto ser testigo virtual de los repugnantes eventos que mancharon sus calles este 15 de noviembre. La ignominia se hizo presente disfrazada de un traje horroroso: los tristemente célebres actos de repudio.

Se acercó, cargada de odio, a una casa de familia, profiriendo improperios. Su magra creatividad solo alcanzaba para repetir una y otra vez frases revolucionarias antológicas tales como “Pim pom fuera, abajo la gusanera”. Puro lirismo. ¿Quiénes eran los “gusanos” que pretendían exterminar? Una familia lacerada por la injusta prisión de un hijo (y un hermano), solo por el “delito” de manifestarse pacíficamente el 11 de julio. Ese joven de 23 años fue arrestado violentamente, golpeado con brutalidad y encarcelado desde entonces arbitrariamente. Para los repudiadores profesionales de turno todo este dolor no era suficiente, sino que se empeñaron en aumentar el sufrimiento, ofendidos por un cartel en el balcón familiar, de solo tres palabras: Libertad para Andy. La jauría enfurecida, bien organizada, con sus carteles preelaborados, vestía predominantemente de rojo, como si quisieran despejar cualquier duda acerca de qué ideología estimula tanta maldad y rencor irracional. Me impresionó cómo esta familia respondió con música, con argumentos, por momentos hasta con una sonrisa; mientras que sus acosadores solo recurrían a alaridos y consignas trilladas.

La segunda familia que visitó la ignominia, también con el ropaje despreciable del repudio, fue la de una madre y su hija. Allí también se dispuso a amedrentar, ofender, calumniar, amenazar y denigrar con furia inquisidora. ¿Quién sería la víctima en este caso? Una joven culta, graduada del IPVCE de la ciudad y de la Universidad Central de Las Villas. Desde antes del amanecer y hasta la noche, una turba enardecida se mantuvo acosando a estas dos mujeres (¡pero qué mujeres!). Los represores eran fundamentalmente féminas con sobrepeso, que reflejaban un odio visceral en la mirada, sedientas de violencia. Casualmente, repetían las mismas consignas. ¿Qué era lo que estaban repudiando en este caso? Una intelectual que se atrevió a pensar diferente y a expresar lo que cree. Una inteligencia que deseó proponer un camino diferente para la tierra que la vio nacer. Una joven que anhelaba salir de su casa y caminar por las calles de su ciudad vestida de blanco, con una rosa en la mano. Quien observe las expresiones a ambos lados de la cerca puede sacar sus propias conclusiones. Saily respondió con una ecuanimidad admirable. Sin dudas, la cumbre más alta desde la que brilló su sol moral fue el momento en el que recitó los versos de la rosa blanca de nuestro Martí y se los dedicó a aquellas criminales del odio. Martí lo aprendió de Cristo, quien nos enseñó a amar aun a nuestros enemigos y a bendecir a quienes nos maldicen. Qué bueno si todos los cubanos siguiéramos estos referentes. Esa es nuestra única esperanza para vivir en paz; más aún, Cristo es nuestra única esperanza de salvación.

Mi oración a Dios es que episodios vergonzosos de esta índole no se repitan en nuestra patria. Independientemente de la posición política que la persona abrace (y no estoy abogando aquí por ninguna), nadie debería ser sometido a semejante maltrato y abuso psicológico. También intercedo por los infelices que se han degradado a semejante vileza, para que puedan arrepentirse sinceramente, por su propio bien. Finalmente, clamo por las familias que han sido laceradas por abyectas saetas de odio, que sus heridas sean sanadas y que su causa sea vindicada; que no sean vencidas de lo malo, como enseña el apóstol Pablo, sino que venzan con el bien el mal. Padre, ten misericordia de Cuba.

Fuente: Facebook.

*Rector del Seminario Teológico Bautista de la Habana. Ministerio Pastoral y Teología en Seminario Teológico Bautista de la Habana "Rafael Alberto Ocaña". Ph.D. in World Christian Studies in Southwestern Baptist Theological Seminary, Fort Worth, Texas

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