En la madrugada del 1ro de enero de 1959 el triunfo de
la Revolución era una realidad que sacudió a la sociedad cubana de tal forma
que, aún no nos reponemos de tan súbito y prolongado zarandeo. Las iglesias
evangélicas cubanas no estuvieron al margen de esto.
El 8 de enero cuando las tropas rebeldes hicieron su
entrada en La Habana, en la tribuna desde donde Fidel Castro se dirigió a la
nación se encontraban, el obispo
episcopal Hugh Blankingship y el reverendo Raúl Fernández Ceballos de la Iglesia
Presbiteriana. El 15 de enero, el anticipado dictador recibió a un comité de representantes del
Protestantismo integrado por Agustín González Seisdedos (pastor bautista), Raúl
Fernández Ceballos (del Consejo e Iglesias Evangélicas de Cuba, CIEC) y José M.
Sánchez (del Comité de Defensa de la Libertad Religiosa). [1]
Un mes después ,como para no quedar fuera del hechizo colectivo
que significó el triunfo revolucionario , fue convocado por las iglesias
evangélicas un Culto de Acción de
Gracias en el Parque Central de La Habana donde participaron más de doce mil
personas y una coral de doscientas voces de miembros de iglesias evangélicas de la capital . Muchos líderes
evangélicos expresaban abiertamente su simpatía por la Revolución.
En medio de esa euforia colectiva, tal vez una de los
aspectos mas interesante y desgraciado fue un artículo
que apareció publicado en la Revista Bohemia donde su
autor, el pastor presbiteriano Rafael Cepeda, afirmaba: Yo tengo la convicción –que comparto aquí con toda responsabilidad– de
que Fidel Castro es un instrumento en las manos de Dios para el establecimiento
de su Reino entre los hombres. Esto produjo una reacción enconada en la opinión del público en general. Creo
que hay que leer esta afirmación en el contexto del artículo, que por lo demás es
extenso y bien argumentado. Mostraba este la exaltación a la que sucumbía toda
la nación y selló la opinión de un pastor, tal vez el más noble y honesto que
se desempeñó dentro del movimiento ecuménico, si bien proclive al régimen.
Desde los primeros días irrumpe en este escenario el
pastor Raúl Fernández Ceballos, este si sabía cómo coligarse con el régimen, envolver
los medios y lanzarse sin miramientos a apoyar y servir al régimen. Junto a
este personaje, del cual nunca sabremos lo suficiente, venían los pastores,
Sergio Arce Martínez quien nos obsequió a los cubanos su Teología de (en) la Revolución y por ultimo un
oscuro personaje, pastor bautista el, llamado Adolfo Ham Reyes; dicen que
filósofo y rara eminencia gris del protestantismo cubano entregado al régimen.
Pero hay más, muchos más; porque la dedicación a
cooperar con una dictadura recién estrenada pero poderosa es una entrega
peligrosa pero gratificante. En este escenario y con estos actores, hay un hilo
conductor entre las organizaciones ecuménicas afines que ya venían desde la
década de los cuarentas y que mantienen relaciones de trabajo con
organizaciones ecuménicas internacionales a saber: Consejo Mundial de Iglesias
(CMI) y sus organizaciones afines. Igual de interesante, y que puede tener y
aún tiene creciente interés en el tema que nos ocupa, es
el vínculo existente entre el Consejo Mundial de Iglesias y los servicios
de inteligencia de la ex Unión Soviética (KGB) y otros países del Este comunista
por una parte, y las organizaciones regionales y nacionales ecuménicas; todo lo
cual sería de provecho para un artículo
futuro.
Por lo pronto podemos afirmar que una organización
colaboracionista desde los tempranos años en que se establecía la dictadura en
Cuba, como lo fue y lo ha sido el Consejo de Iglesias de Cuba(CIC), toma
control de buena parte de las iglesia evangélicas cubanas y sirve, en una
suerte de vinculo útil, a la dictadura Castro comunista.
Para el control de las iglesias evangélicas en Cuba el
régimen cuenta con la eficiente Oficina de Asuntos Religiosos (OAR). Esta
organización que siempre le denomino: Sicariato
para las religiones, fue creación y
entrega del infame personaje conocido como: José
Felipe Carneado. No solo esta organización es la encargada de
controlar y reprimir, si es necesario, a las iglesias en Cuba. También el así
llamado Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia trata de establecer
que hay una base legal en todo esto (Ley No 54, Ley de Asociaciones). Pero la
parte tenebrosa está en las manos de los organismos de inteligencia adjuntos al
Ministerio del Interior (DSE) que se
encargan del trabajo sucio en las iglesias e instituciones religiosas y
fraternales.
Siendo el Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) una
organización ecuménica creada desde 1941 y teniendo como referente
internacional al Consejo Mundial de Iglesias, CMI (1948) me pregunto: ¿por qué
buena parte de las iglesias evangélicas cubanas no asumieron el ecumenismo
antes de 1959 o después y por qué no lo hicieron a la sombra de la Alianza Evangélica
Mundial ? En realidad acepto que, después del 1959, la confusa colocación del
CIC a favor del régimen por una parte y la inclinación progresista del CMI por
otra ahuyentó buena parte de las iglesias evangélicas cubanas de un ecumenismo;
que no escondía sus preferencias por la izquierda de salón (CMI) y el nuevo Castro
ecumenismo habanero.
En esto punto quiero señalar que, no todas las
iglesias evangélicas que participaban en el CIC eran procastristas, menos aún las feligresías de
las mismas. Como no se puede argumentar que las iglesias evangélicas que no
estaban dentro del CIC, sus líderes, eran abiertamente anti castristas y su
feligresía anticomunista. De un lado al otro había de todo.
Lo cierto es que la mayoría la población evangélica
cubana no eran parte de las iglesias adscritas al Consejo de Iglesias de Cuba,
probablemente ahora la diferencia sería más acentuada.
Me sorprende
conocer que, mucho antes de fundado el Consejo Mundial de Iglesias y el
Consejo de Iglesias de Cuba, ya existía una organización internacional que
agrupaba a las iglesias evangélicas en el mundo; me refiero a la Alianza Evangélica Mundial o AEM (en inglés,
World Evangelical Alliance o WEA) fundada en 1846 en Londres, Inglaterra. Si es
así, ¿por qué las iglesias evangélicas cubanas no fueron parte de esta alianza
antes del 1959 o incluso después?
El pastor bautista, Mario F Lleonart señala lo
siguiente:
El 8% de los
evangélicos, unas 30 denominaciones, están afiliadas al CIC…, que tiene como
referente internacional al Concilio Mundial de Iglesias (CMI). Otro 80% de las
denominaciones evangélicas sin embargo simpatiza con la Alianza Evangélica
Mundial (AEM) pero ha visto negado sus intentos de fundar con reconocimiento
legal la Alianza Evangélica Cubana (AEC) que le tendría como referente, aunque
ya en la práctica existe extraoficialmente; su principal oponente es precisamente
la OAAR que ha invalidado todo intento de solicitud; e incluso ve con malos
ojos y obstaculiza que los líderes de estas denominaciones evangélicas celebren
reuniones de oración o de confraternidad entre ellos, a pesar de lo cual sus
líderes colaboran y mantienen todo contacto posible.[2]
Esto quiere decir que, en los senderos indescifrables
de la iglesia en Cuba, ya venía avanzando la idea de crear una alianza de
iglesias evangélicas y que algunas eventos hicieron posible la aparición de
esta comunidad de iglesias tal y como acaba de presentarse en el escenario
nacional religioso.
Continuará.
20019©
[1] Caridad
Massón Sena. La Iglesia presbiteriana de Cuba Una contextualización de la Fe
(1959-1968).
[2]
Mari F Lleonart. Mi lectura cubana al ensayo The Stand dedicado al 500
Aniversario de la Reforma Protestante (V)
https://cubanoconfesante.com/theeconomist-mi-lectura-cubana-al-ensayo-the-stand-dedicado-al-500-aniversario-de-la-reforma-protestante-v/
Ha sido mediante las iglesias protestantes y la masonería que el castrismo ha mantenido sus contactos secretos con los grandes poderes le auspiciaron desde Los Estados Unidos e Inglaterra, ya en los tiempos de la lucha subversiva contra Batista y todavía lo protegen. Sólo así se explica que no se les eliminaran como pasó en el resto del mundo comunista.
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